De extrema utilidad resultaron los estudios de Psicología de Eliane Caffé (1962) para desempeñarse en una profesión, la de cineasta y guionista, que mucho requiere del conocimiento a fondo de los comportamientos y móviles del ser humano. En la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo se graduó como psicóloga, y en el periodo que va de finales de los años ochenta, a principio de los noventa, recibió el título de Máster en el Instituto de Estética y Teoría de las Artes, en Madrid, y participó en varios talleres en la Escuela Internacional de Cine y Televisión, de San Antonio de los Baños.
Antes de dirigir su primer largo de ficción, dirigió los cortos O nariz (1987, adaptación de una pequeña fábula de Luiz Fernando Verissimo), Arabesco (1990) y el mediometraje Caligrama (1995). El primer largo con guión y dirección de Eliane Caffé es Kenoma (1998), nombre de uno de esos pueblos que, a pesar de haber entrado en el mundo moderno, todavía respiran un modo de vida primitivo. Entre sus habitantes, el artesano Lineu lucha por realizar uno de los sueños más antiguos de la humanidad: construir una máquina de movimiento perpetuo. Sobre su filme, ha dicho la directora: “Kenoma creció del deseo de conocer la realidad de estos personajes que viven aislados de la modernidad. La búsqueda de este hombre, carente de acceso a toda nueva tecnología, proviene de la convicción, tal vez ingenua, de que está más en sintonía con lo que es vital y esencial en la vida”.
Su segundo largometraje de ficción, y último hasta ahora, es Narradores de Javé (2003), una comedia costumbrista que enfrenta el tema de la identidad y la pertenencia, con guión escrito por la autora junto con Luiz Alberto de Abreu, y protagonizada por José Dumont. Es la historia de los habitantes de una aldea confrontados con la decisión oficial de construir una presa que inundará la tierra donde ellos viven. Solo si demuestran que la aldea posee valores históricos y patrimoniales se renunciará a la construcción de la presa. Así, todos empiezan a relatar las leyendas e historias que recuerdan, pero todas y cada una de las versiones se contradicen entre sí.
Narradores de Javé ganó el premio FIPRESCI en el Festival de Fribourg “por su aguda descripción del deseo humano de crear mitologías y por su hábil guión y notables actuaciones”.