Nacida en Buenos Aires en 1943 y residente en Alemania desde 1964, Jeanine Meerapfel se diplomó en cinematografía en el Estudio de Cine del célebre Alexander Kluge, el artífice del nuevo cine alemán desde los años sesenta, y el autor que introdujo en Alemania las técnicas de Godard y del free cinema.
Su primer trabajo como realizadora es el documental de largometraje en 16 mm titulado Diario regional. Entre 1961 y 1964 se traslada a Buenos Aires, donde estudia periodismo y lo ejerce. En 1969 realiza un largometraje con otros directores, en dirección colectiva: A la búsqueda de la felicidad, precedida por el cortometraje Distancia (1966), el documental Periódico regional (1968), el programa de televisión Los siete años de edad (1968), todos ellos realizados en Alemania.
Durante casi una década se dedicó a una labor que vinculaba sus dos vocaciones, el periodismo y el cine. En publicaciones alemanas escribió críticas de cine, y dio clases sobre este medio en la Universidad de Ulm, hasta que debutó en el largometraje con Malou (1980), seguida por En la tierra de mis padres (documental de televisión de 1982), el video de encuesta Mientras exista Europa-Preguntas por la paz (1984) y el largometraje Días para recordar (1986).
Una de las grandes películas argentinas de los años ochenta también fue realizada por Jeanine Meerapfel. Se titula La amiga (1988) y relata la amistad entre dos mujeres (interpretadas magistralmente por Liv Ullmann y Cipe Lincovsky) que nacen y crecen en un barrio del sur de Buenos Aires. En 1976 se inicia el gobierno militar que afecta la vida de las dos mujeres: el hijo mayor de una es secuestrado, la otra se exilia en Alemania. La primera transforma el dolor y el miedo en fuerza y oposición contra la dictadura, la segunda vive sumida en la nostalgia.
Desembarcos, de 1989, también tocó el tema de los secuestrados, desaparecidos, torturados y asesinados en Argentina. Mucho después, en 2002, volvió a hablarse de esta directora al estrenarse El verano de Ana, filme protagonizado por la española Angela Molina y hablado en español, griego, alemán e inglés; una película sobre sentimientos íntimos, sutiles, asociados a la delicadeza que, parece decir tácitamente el filme, serían atributos esenciales de la memoria y la introspección femeninas.