A lo largo de más de cinco décadas, el de Oberhausen se ha transformado en uno de los festivales cinematográficos más prestigiosos del mundo. Este festival de cortos ha logrado marcar tendencias, ya sean el temprano reconocimiento del vídeo como forma artística, la presentación de videos musicales o la experimentación con nuevos formatos digitales. A través de su aproximación poco convencional al filme corto, el Festival de Oberhausen siempre logró eludir las clasificaciones esquemáticas, si bien siempre se consideró de vanguardia logrando también llegar desde hace años a un amplio público.