Historias de dos hombres marcados por la natación. Desplegando una imaginería inagotable, que por momentos alcanza la abstracción, se muestran los cuerpos como masas mecánicas programadas para repetir movimientos precisos. Tanto en la pileta como en el río, la cámara avanza con ellos, capta la tensión de cada músculo e ingresa en el ritmo de sus pulmones.