Entre los más reconocidos creadores del documental en Brasil se encuentra Octavio Bezerra, que alcanzó una primera relevancia con Amerika (1980) con guión, fotografía y producción (Octavio Beçerra Produçoes Cinematográficas) del director, y que en diez minutos sintetizaba los principales conflictos políticos, sociales y económicos de la mayoría de los países latinoamericanos. Cuatro años después, con duración similar, se estrenó Beco S/No, en la cual Bezerra se reservaba solo la dirección, el guión y la música, para explorar las principales políticas oficiales de urbanización, que intentan dar solución al problema de la vivienda en las grandes ciudades brasileñas, y el modo en que las poblaciones de las fabelas inspiradas en el espíritu del héroe de la Guerra de los Canudos, buscan organizarse colectivamente para superar su miseria.
La consagración internacional de Bezerra llegó con A resistencia da lua (1985), Gran Premio Coral en La Habana, media hora de inmersión en el centro histórico de San Salvador de Bahía, donde centenares de personas habitan las históricas edificaciones en ruinas, y además reflexiona sobre la cultura negra y el modo en que ha sobrevivido a quinientos años de colonización cultural y discriminación.
En 1987, Bezerra se decidió por el largometraje con Memoria viva, que también escribió y produjo. Se trata de un cuestionamiento sobre la política cultural brasileña, a partir del discurso de Aloisio Magalhaes, con referencias a los verdaderos y permanentes valores de una nación enfrentada a una invasión cultural despersonalizante, sumamente agresiva para los países en vías de desarrollo.
Tal vez su obra maestra sea Una avenida llamada Brasil (1988), que Bezerra produjo, escribió y dirigió. Es uno de esos documentales que consigue atrapar en sonido e imagen la esencia cultural y espiritual de un espacio, de un tiempo y de una nación. Le siguió A divida da vida (1992) hasta que decidió volver a reseñar el impacto de los medios, sobre todo de la televisión, en cuanto al público masivo, en el largometraje de ficción El lado cierto de la vida errada (1996) que muestra a un demente encerrado en enajenante diálogo con la pantalla del televisor, la cual replica a su vez el drama del confinamiento.