La reina Nzinga, famosa guerrera, vivió en Angola en el siglo XVII. Su nombre sirve de bautismo a la protagonista del filme, en una referencia a los orígenes de la presencia negra en Brasil. Un recorrido por la tradición musical afrobrasileña, teniendo a la percusión como motivo, desde el toque ancestral del candomblé hasta la época contemporánea.