Es una de las figuras más destacadas del cine, la televisión y del teatro cubano, en los que ha incursionado lo mismo en dramas intensos que en comedias y melodramas. Un rostro carismático y una fuerte presencia escénica, siempre orgánico en cada personaje, desde la juventud hasta la tercera edad.
Su primera aparición sería en un clásico del cine cubano, de hace ya cuatro décadas, La primera carga al machete, dirigido por Manuel Octavio Gómez. Bajo la batuta de este realizador volvió a trabajar en Los días del agua y en Una mujer, un hombre, una ciudad. Después vinieron otras películas, entre las que sobresale El Hombre de Maisinicú, de Manuel Pérez, en la que ejecutó uno de sus más notables trabajos. En el género de la comedia se destacó bajo la dirección de Juan Carlos Tabío, dentro del elenco de Plaff o demasiado miedo a la vida. Más de veinte filmes cubanos han contado con el talento histriónico de Pomares, al mismo tiempo que el actor se insertaba en los hogares cubanos, gracias a su trabajo en la televisión.
Ha incorcionado en varias telenovelas, como El naranjo del patio, que dirigió Xiomara Blanco; Salir de noche, de Mirta González Perera, Al compás del Son, de Rolando Chiong; Lo que me queda por vivir, de Mayté Vera; Oh, la Habana, la última que escribiera el desaparecido Abraham Rodríguez y que dirigió Charles Medina; hasta en la actual teleserie Diana, de Rudy Mora. Raúl Pomares también ha incursionado en la docencia, activo en el plantel de la Escuela Internacional de Cine y Televisión y en la Escuela de Instructores de Arte Raúl Delgado.