María Eugenia Vargas lo pierde todo cuando una avalancha provocada por el deshielo del Nevado del Ruiz arrasa con el pueblo de Armero y deja damnificadas algunas poblaciones como Honda y Mariquita. Reacomodarse en el mundo, nacer de nuevo, es un proceso de lenta mitigación, de duelo intenso, de resplandores y encuentros insospechados, sorpresivo, que hacen mirar al horizonte, después de todo, con amor y con templanza.