En la Andalucía del siglo diecinueve, la joven Pepita Jiménez -que había sido obligada por su tía Salvaora a casarse con el vulgar usurero Gumersindo- enviuda durante su banquete de bodas. Después del funeral de su marido, Pepita es pretendida por un conde y por el hacendado Pedro, padre del seminarista Luis. La joven se siente atraída por Luis, pero él se contiene por respeto a su padre.