Emilio El Indio Fernández nace en Coahuila, el 26 de marzo de 1904. Siendo un niño se hace soldado y en 1920 ingresa al Colegio Militar de donde es expulsado tres años después, y se marcha a los Estados Unidos. Entre 1925 y 1934 se desempeña como extra y bailarín de tango en Hollywood. Con una cámara prestada comienza a filmar y vislumbra las posibilidades de una estética mexicana en el cine cuando descubre las propuestas plásticas de ¡Qué viva México!, de Serguei Eisenstein. Regresa a México en 1931, decidido a convertirse en realizador.
Entonces inicia una intensa actividad como actor, bailarín y argumentista. Primero en Corazón bandolero (1934), de Raphael J. Sevilla, y luego en varias películas, entre las que destaca Janitzio (1934), de Carlos Navarro, cinta de corte indigenista, cuyo tema le inspira la posterior realización de María Candelaria (1943), Maclovia (1948) y Adiós Nicanor (1937), de Rafael E. Portas, que protagoniza y escribe. Luce sus dotes como bailarín en María Elena (1935), de Rapahel J. Sevilla, y en 1936 en Las mujeres mandan y en Allá en el Rancho Grande, de Fernando de Fuentes.
Su primera participación como libretista es la coadaptación de Los muertos hablan (1935), de Gabriel Soria, seguida por trabajos para otros directores, hasta que finalmente, con la ayuda de David Silva y la asesoría de Raúl de Anda, dirige La isla de la pasión (1941).
A partir de su tercera realización, integra un equipo extraordinario: Gabriel Figueroa, Maurico Magdaleno, Pedro Armendáriz, Dolores del Río, María Félix, Columba Domínguez y Roberto Cañedo, con los que en el breve lapso de seis años logra, después de la Segunda Guerra Mundial, llamar la atención en Estados Unidos y Europa, tanto por su fuerza plástica y dramática, como por la consciente promoción de las costumbres y de los valores nacionales asociados a la Revolución Mexicana: Flor silvestre y María Candelaria, en 1943, Las abandonadas y Bugambilia en 1944, La perla, en 1945, Enamorada, en 1946, año en que participa como codirector nominal en The Fugitive de John Ford, Río escondido, (1947) y Maclovia y Pueblerina, en 1948.
Aunque su obra se asocia a la vida rural, lega en Salón México (1948) y Víctimas del pecado (1950) monumentos al danzón y a la música afroantillana, un leve pesimismo sobre los logros de la Revolución y un vivo deseo por recuperar el sórdido ambiente de los barrios bajos citadinos y de la vida de prostíbulo. En 1954 abandona la filmación de La rebelión de los colgados, que debe terminar Alfredo B. Crevenna, hasta Erótica (1978), su último trabajo como realizador.
Desde 1958 con La cucaracha, de Ismael Rodríguez, reaparece como actor de carácter en cintas nacionales y norteamericanas, en las que continúa casi hasta el día de su muerte, incluyendo la telenovela La traición (1984).
Su obra suma 98 películas como actor y 42 como director. Por su carácter visceral se involucra en varios hechos de sangre, entre otros, hiere al escenógrafo Carlos Grandjean en 1939, tirotea a unos periodistas en 1958 y en 1976 es arrestado por homicidio, lo que dificulta que termine la cinta México Norte. Su trabajo es reconocido varias veces con el Ariel y en 1984 recibe el Colón de Oro en Huelva, además de una cátedra con su nombre en la Escuela de Cine de Moscú.
Muere en 1986, debido a las complicaciones de una caída en la que se fractura la clavícula. En 1994 Televicine produce la versión libre de Salón México, bajo la dirección de José Luis García Agraz.
Su presencia y constante actividad lo convirtieron en un símbolo de continuidad para una maltrecha industria cinematográfica que daba tumbos sin lograr recuperar su antiguo prestigio. Su leyenda quedó firmemente enraizada en el imaginario fílmico mexicano, el cual no podría existir sin la presencia del Indio Fernández.
Emilio El Indio Fernández was born on March 26, 1904 in Coahuila, Mexico and died in 1986. Being still a child, he became a soldier and in 1920 he entered the Military School (Colegio Militar) from which he was expelled three years later; then he traveled to the United States. From 1925 to 1934, he worked as extra and as tango dancer in Hollywood. With a borrowed camera he began filming and envisioned the possibilities of creating a Mexican film aesthetics when he discovered the visual proposals of ¡Qué viva Mexico!, by Sergei Eisenstein.
In 1931, he went back to Mexico determined to become a filmmaker. He began then an intense activity as actor, dancer and screenwriter. First in Corazón bandolero (1934), by Raphael J. Sevilla, and later in several films among which Janitzio (1934), by Carlos Navarro, a film in with indigenous theme, stands out. The theme of this film inspired him to later make María Candelaria (1943) and Maclovia (1948) and Adiós Nicanor (1937), by Rafael E. Portas, where he starred and wrote. He offered a brilliant show as a dancer in María Elena (1935), by Rapahel J. Sevilla, and in Las mujeres mandan (1936) and Allá en el Rancho Grande, by Fernando de Fuentes. His first appearance as screenwriter was in the co-adaptation of Los muertos hablan (1935), by Gabriel Soria, followed by other works from other directors, until he finally directed with the help of David Silva and the advice of Raúl de Anda, the film La isla de la pasión (1941).
From his third film on, he became a member of an extraordinary team: Gabriel Figueroa, Maurico Magdaleno, Pedro Armendáriz, Dolores del Río, María Félix, Columba Domínguez and Roberto Cañedo. With this team he was able, in a short time after the Second World War, to call the attention of the United States and Europe, nor only for the visual and dramatic strength of his work but also for the conscious promotion of national customs and values associated to the Mexican Revolution: Flor silvestre and María Candelaria, in 1943, Las abandonadas and Bugambilia (1944), La perla (1945), Enamorada, in 1946, a year in which he participates as nominal co-director in The Fugitive by John Ford, Río escondido (1947) and Maclovia and Pueblerina (1948).
Even though his work is associated to the rural life, with Salón Mexico (1948) and Víctimas del pecado (1950) he regaled the audience with monuments to the danzón and the Afro-Antilles music, a brief pessimism about the achievements of the Revolution and a strong desire to recover the sordid atmosphere of the city’s poor neighborhood and life at the brothels. In 1954, he quit the filming of La rebelión de los colgados, which had to be finished by Alfredo B. Crevenna, until he made Erótica (1978), his last work as filmmaker.
From 1958 on, with La cucaracha, by Ismael Rodríguez, he reappeared in the role of actor in national and American movies, and he continued doing so almost until his death, including the soap opera La traición (1984).
All his works include 98 films as actor and 42 as director. Due to his bad temper and troublemaker nature, he got involved in several bloody crimes, among others, he injured the scenographer Carlos Grandjean in 1939, shot some journalists in 1958 and in 1976 was arrested for a homicidal act, which made difficult for him to finish the film Mexico Norte. His work was acknowledged several times with the Ariel and in 1984 he received the Colón de Oro award at the Huelva Film Festival, besides a chair with his name was created at the Moscow Film School, former USSR, now Russia.
He died in 1986, due to complications resulting from a fall in which he fractured his collarbone. In 1994, Televicine produced the free version of Salón Mexico, under the direction of José Luis García Agraz.
His presence and constant activity made him a symbol of continuity for the ruined Mexican film industry which was tumbling over without being able to recover its old prestige. His legend is firmly rooted in the Mexican film imaginary, which could not be imagined without his presence.
References in the multimedia
Flor silvestre, 1943, Direction
María Candelaria (Xochimilco), 1943, Direction
Las abandonadas, 1944, Direction
La perla, 1945, Direction
Enamorada, 1946, Direction
Río escondido, 1947, Direction
Pueblerina, 1948, Direction
Salón Mexico, 1948, Direction
La malquerida, 1949, Direction
Víctimas del pecado, 1950, Direction