Nico está en el final de la adolescencia. Apenas balbucea monosílabos, expresa sentimientos de manera poco elaborada, se divierte mirando el techo de su casa y se relaciona de una manera dificultosa con su propio hermano, y con cuanta gente conoce, incluso con su amigo, Santi, un torpe incluso a la hora del delito menor: el robo de medicamentos de una farmacia con la complicidad de un empleado que conoce.
Algunos premios y distinciones:
2005, BAFICI - Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, Edición 7º, Largometraje Argentino, Mejor Película