Con el objetivo de ofrecer un merecido homenaje a la obra del cineasta Manuel Octavio Gómez, La Cinemateca de Cuba y Ediciones ICAIC, han decidido publicar una selección de textos referentes a lo que es considerado uno de los clásicos del cine nacional: La primera carga al machete. La introducción corre a cuenta de Manuel Herrera, (realizador y director de la Cinemateca de Cuba), donde se dignifica la capacidad creadora de este creador, en un extraordinario esfuerzo por realizar un largometraje novedoso, de ruptura. O, como bien escribiera Joel del Río " (…) para comprender la excepcionalidad de un filme cubano que –justo a finales de los años sesenta, en pleno apogeo de los metarrelatos modernos típicos del llamado Nuevo Cine Latinoamericano- le confirió posmoderna relevancia al discurso, el estilo y la representación."
En este fugaz pero profundo libro, nos es mostrada la ficha técnica y sinopsis de la película, los personajes y actores de la talla de Idalia Anreus, Miguel Navarro, René de la Cruz, Eslinda Núñez, Adolfo Llauradó, Raúl Pomares, entre otros. Son ubicados también diversos testimonios y antecedentes, como por ejemplo, la idea de reflejar un hecho histórico con formas cinematográficas actuales (cine-encuesta, free cinema), cuya finalidad consistía en apartarse de los fuertes lazos del documental tradicional, con efectos sugerentes que mostraran la ilusión de estar filmando en el preciso momento histórico, amén de las altas dosis de improvisación, tanto en lo relativo al guión como en lo fílmico. Un conjunto de datos técnicos interesantes, como la invención de un blimp manuable, que ofreciera una mayor facilidad de sonido directo, con cámara manual para la labor de fotografía -nuestra idea fue que la cámara se convirtiera en un mambí más- así como al ingenio de utilizar un proceso llamado solarización, con el objetivo de aumentar el contraste haciendo que los tonos blancos fueran más blancos y los tonos negros más negros. El empleo de un negativo de cámara de película usada normalmente como negativo de sonido, recurso solo utilizado por Rossellini en Roma, Ciudad Abierta (1945), también fue un acto de genialidad. El libro continúa su recorrido con fragmentos de críticas y reseñas, tanto nacionales (palabras de Josefina Ruiz, Daniel Díaz Torres y Carlos S. Francos) como foráneas (Morning Star, Eric Rhode-The Listener, Dilys Powell-The Sunday Times, Leo Pestelli-La Stampa, Aldo Scagnetti) entre otras, en el decenio comprendido entre 1968-1978. Una de las críticas realizadas al filme fue la de incorporar el personaje de Pablo Milanés para que las secuencias fueran relatadas y anunciadas por sus canciones. Mirándolo desde un punto de vista, y a juzgar por la plena libertad y alegría con que trabajaron los actores en esta cinta, tal vez Octavio se remontó al Medioevo, donde las figuras de los juglares, peregrinos y bardos, eran tenidos acaso como la mejor posibilidad de comunicación pública. Los premios y reconocimientos entregados a este director también están presentes, organizados por año, por sólo mencionar algunos: Medalla de Oro y Premio Luis Buñuel de la Crítica Cinematográfica Española e Hispanoamericana. Mejor mediometraje y seleccionado entre los diez mejores filmes estrenados en el año (1959), Seleccionada en cuarto lugar entre las mejores películas cubanas en el período 1959-1989 en una encuesta convocada por la revista Cine Cubano (1989), ocupa el séptimo lugar entre los mejores filmes cubanos de ficción del período 1959-2008, en una encuesta convocada por la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica, con motivo del quincuagésimo aniversario del ICAIC, en la que participan 73 críticos y especialistas de cine cubano. (2009)
El presente volumen culmina con una biofilmografía de este importante cineasta. Como bien menciona Manuel Herrera en su introducción: La primera carga… representó un enorme paso de avance en el reflejo de nuestra identidad cultural desde el cine. Es válido reconocer que, aunque este director no tuvo una formación académica en el mundo del Séptimo Arte, toda su filmografía estuvo impregnada de renovación. Sencillamente, no caben dudas de que su machete cinematográfico, aún se resiste a ser guardado.
