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Entrevista a Ignacio Aliaga. Director Cineteca Nacional de Chile
Cuál es el objetivo que se fijaron al presentar esta gran cantidad de películas, algunas de ellas muy poco difundidas en Chile, a la gente?
El objetivo central es poner el archivo a disposición de la gente y de esa manera también llamar la atención sobre la importancia que tiene tener un archivo de películas que da cuenta de la historia del país, de cómo ha cambiado. En este caso, se trata de la historia desde 1903 que es la fecha de la película más antigua que se puede ver, porque las más antiguas eran de 1897 según las últimas investigaciones pero  todas ellas se han perdido en  “la noche de los tiempos”. De ahí en adelante tomamos cien años –hasta el 2003-, para presentar 61 largometrajes de ficción, 127 documentales y además materiales de películas familiares que hemos rescatado y una colección notable de Roberto Gerstmann, que fue un fotógrafo alemán que recorrió América desde Colombia a la Antártica.

Cuando hablamos de películas familiares estamos hablando de registros que la Cineteca compiló al invitar a la gente a compartir sus registros audiovisuales, ¿no?
-Sí, prácticamente desde que nos creamos en el año 2006, hicimos una campaña a nivel nacional para invitar a las familias a que entregaran las películas que sus abuelos o ellos mismos hubiesen filmado y reunimos sobre 40 horas de filmaciones que van desde 1929 –con unas imágenes de Recoleta preciosas- hasta el año 1985, materiales en 9, 5 mm, en 8, Súper 8 y también algunas en 16, que recorren todo Chile. Son muy notables. Encontramos entre ellas, por ejemplo, imágenes de Óscar Castro con el grupo Los Inútiles, que tiene una cosa mítica en la literatura chilena, y allí aparecen, incluso está el funeral del propio Óscar Castro. También hay imágenes del funeral de Pedro Aguirre Cerda en esos materiales, entre otras maravillas. Vamos a presentar un programa especial de una hora con una selección de ellos.
La filmación más antigua que van a exhibir es Un paseo a Playa Ancha (1903). Cuéntanos un poco de esos lugares que nosotros conocemos y que ahora podremos presenciar cómo eran en el pasado.
-Uno podría decir que podrá ver la historia secreta del país, la que está detrás de los grandes acontecimientos.  Incluso cuando uno toma el material sobre el funeral de Aguirre Cerda es desde la mirada de quien asistió como espectador, no es la mirada oficial. La de Playa Ancha es una película de las que se llamaban “vistas”, que eran cintas cortas que duraban lo que duraba el rollo de la cámara de los Lumière, filmada por uno de los camarógrafos de los Lumière que se quedó un tiempo en Chile. Muestra una fiesta popular en el verano donde, suponemos,  que es donde hoy están las canchas Alejo Barrios, al lado del estadio de Playa Ancha que no existía en esa época, era sólo un peladero. Al parecer fue financiada por el famoso “huaso” Rodríguez de esa época, que era un personaje. Aparecen ahí los primeros avisos, pasa una propaganda de una panadería, la gente baila cueca, es muy curioso, muy típico de las películas de los Lumière.

Es interesante que lo que hicieron los Lumière de mandar a sus camarógrafos con su cinematógrafo a filmar por otros países lo que hizo fue empezar a abrir el mundo para los espectadores, darse cuenta de que el mundo era más grande.

-Bueno, es el primer gran acto de globalización en ese sentido, de las comunicaciones planetarias. Lo que se va a ver en este ciclo van a ser tanto las ficciones- que van mostrando cómo va cambiando  la estética, la manera de armar el imaginario- como los documentales, desde estas “vistas” , después con documentos que van profundizando un poco más cada una de las realidades. Se cumple bien una frase que a mí me gusta mucho del filósofo (Fernando) Savater que dice que la cultura es nuestra prótesis de inmortalidad y el cine es el cumplimiento exacto de eso. Hay una imagen del ’29 de Recoleta, que te mencionaba, que fue regalado por una señora de edad, que aparece en esa película como una niñita. Cuando presentamos esa cinta por primera vez, fue muy tremendo para ella ver esas imágenes del pasado, nos contaba que fue un gran golpe emocional. Para cualquiera que vea esas imágenes se va a ir encontrando con un pasado pero también nos damos cuenta en qué hemos cambiado, en qué seguimos igual…

Ustedes han decidido no sólo mostrar este archivo al público sino también para que se pronuncie. Cuéntanos sobre esa posibilidad que tendrán los espectadores de elegir entre todas estas cintas aquélla que sea su preferida.
-Sí, la votación será para las películas de ficción porque pensamos que era demasiado exigirle a la gente que votara, por ejemplo, por documentales, que son muchos y no van a poder verlos todos. Lo ideal es que vean muchos documentales porque ahí está la historia del país trabajada casi cronológicamente.  En la votación para las películas de ficción queremos incentivar la participación de la gente, que pueda hacer el ejercicio de decir qué película le llama más la atención o le impactan más. Para eso los vamos a premiar con cinco pases para la Cineteca para todo el año, válido para dos personas, para que vayan a todas las funciones que quieran. Nos interesa que la gente se acerque, participe y aproveche esta programación.

Una de las cosas interesantes es que aquí podremos ver por primera vez algunas cosas que antes simplemente no estaban y que la Cineteca ha recuperado recientemente. Por ejemplo va a estar El Ídolode Pierre Chenal, una película de 1952 y que es mítica…
-Es una gran película. Nosotros con la colaboración del archivo SODRE de Uruguay pudimos acceder a una copia que estaba en regular estado e hicimos duplicados negativos y copias nuevas. Además la estamos transfiriendo a digital en la idea de que la conozca mucha gente. Es una película de género negro y muy notable, no sólo por lo mítica y porque la figura de Chenal en Francia tiene mucha importancia, sino porque es una suerte de radiografía de la sociedad chilena de mitad del siglo pasado. La mirada de un director como Chenal, que ve casi como un entomólogo esta sociedad chilena, nos permite ver cómo alguien puede establecer una visión mucho más profunda que lo que el cine chileno era en esa época, que era más de melodrama, comedias, más de entretención que de reflexión. Justamente esta película instalada allí y, juntamente con Río abajo de Miguel Frank, son como las dos películas que hacen una inflexión en el cine chileno y que permiten que posteriormente empiecen a aparecer directores que comienzan a hacer un cine mucho más analítico sobre la sociedad chilena.

También van a mostrar El hombre que se llevaron que es una película de Jorge Délano de 1946.
-Sí, según los críticos que han analizado la obra de Délano es la mejor película que él ha hecho. Es una cinta con una fotografía extraordinaria, con un clima dramático bastante interesante y que vale la pena ver. Como esa hay varias películas muy entretenidas además, porque nos abren una ventana hacia un pasado del cual sabemos poco, a pesar de que afortunadamente han ido apareciendo películas.

Nuestra época de cine mudo fue una de las más fructíferas que tuvimos pero sólo conservamos tres de las más de cien que se hicieron por esos años. Esta es una oportunidad de verlas todas: El húsar de la muerte, El LeopardoyCanta y no llores corazón.
-Correcto. Cada una en su estilo son muy entretenidas y también permite fijarse en figuras como quien hizo la fotografía de El Húsar de la muerteyCanta y no llores corazónGustavo Bussenius, por ejemplo. Alcanzaron ellos a desarrollar en la época muda trabajos artísticos bastante notables.

Hay películas y directores que están en el imaginario colectivo pero que las posibilidades de verlos son pocas. Para hablar del caso más emblemático, todo el mundo ha escuchado hablar de El Chacal de Nahueltoropero no siempre podemos verla. Háblanos sobre la  posibilidad de reencontrarse con esas películas de las que, en general, sabemos pero que no necesariamente hemos visto.
-Sí, incluso hemos hecho un esfuerzo por ordenar las películas por ciertos períodos o dar una orientación en el folleto al que la gente tiene acceso, de manera de llamar la atención sobre el cine de los ’60 que sin duda fue un período muy fructífero no solo en cantidad sino que obviamente en la calidad de las películas. Allí junto con El Chacal, en una copia muy buena que tenemos,  van a poder ver Valparaíso, mi amor, Largo viaje, con una copia también restaurada, Morir un poco con una copia digitalizada en Estados Unidos para recuperar profesionalmente el audio, y también se exhibirán muchos documentales de ese período. Uno se puede armar un buen panorama de lo que significó culturalmente Chile en ese período, y social y políticamente porque el cine estuvo ahí mucho más vinculado que en otras épocas.

Hay mucho que ver y varias de las películas se van a mostrar más de una vez durante el ciclo…
-Claro. También decir que todas estas películas van a quedar a disposición en la Mediateca que tenemos ahí al lado de las salas, donde la gente puede ir desde las dos de la tarde hasta las ocho de la noche con su carnet y gratuitamente revisarlas. Por lo tanto, si alguien se pierde una de las funciones puede volver y revisarla personalmente. También hay muestras que van a Maipú y a El Bosque, dentro de la Región Metropolitana, y otras van a Temuco y a Concepción. Incluso hay una muestra que se hace en Porto Alegre, sobre cine chileno, que va también parte de esa colección. Estamos tratando de llevar adelante un plan de difusión mucho más fuerte, especialmente hacia el interior del país, porque somos la Cineteca Nacional y obviamente tenemos que servir al conocimiento del cine en todo el país. Así que una colección de esas películas va a salir a circular a partir de octubre a través de todo Chile, así que esperamos que mucha más gente que la que vaya a las salas, por tanto, tenga acceso a ellas.

La Cineteca tiene un tiempo de vida relativamente reciente en comparación con el largo período de tiempo que se han propuesto cubrir. ¿Qué te pasa a ti como director de la Cineteca cuando te encuentras con esto que al fin se puede poner a disposición del público?
-La verdad es que nos da mucha alegría poder armar esta muestra. Es una parte del archivo en realidad, tenemos mucho más material, pero decidimos que en una categoría no hubiese más de dos películas por director. Hay directores de los que tenemos las colecciones completas pero obviamente se trataba de dar un panorama, un arco amplio. Nos da mucha alegría la confianza del medio audiovisual, las pesquisas y los apoyos de otros archivos que nos han ayudado a ir encontrando materiales. Estamos prontos a recibir ocho negativos, cuatro completos, que están en Argentina en el Instituto del Cine de ese país, por lo tanto vamos a tener copias nuevas de películas que estaban prácticamente desaparecidas como Los Testigos de (Charles) Elsesser , A la sombra del sol  de (Pablo) Perelman y (Silvio) Caiozzi, que sólo conocemos una versión en digital. Entonces, la verdad es que cuando nos dimos a la tarea de organizar la muestra fue de alegría, por una parte, y también de un autoanálisis bastante fuerte porque es mucho más lo que hay que hacer. Hay que procesar todos estos materiales, hay mucho que investigar todavía, hay mucho que poner en valor. Cada una de estas películas tiene tras sí una historia que vale la pena contar. Por ejemplo, películas como Río abajode Miguel Frank del año ’50, está justo en la mitad del siglo. Una película con una fotografía notable de Andrés Martorell, maravillosa como las del mexicano Gabriel Figueroa, y con un tema tremendamente relevante como era la situación de la mujer y la migración del campo a la ciudad. Es una película que hoy día puede ser analizada perfectamente, pero también detrás de eso hay maneras de cómo se hizo la película, los estudios que se realizaron, cómo se enfrentaron a estos temas en  esa época, en que Chile todavía estaba en una posición cultural muy primaria respecto a todas estas preocupaciones. Vemos allí cómo el cine también ha servido a lo largo de su historia para ser un espejo de lo que está pasando en la sociedad, para ir proponiendo miradas nuevas y para tratar de encontrar, con defectos en muchos momentos, una expresión que nos represente y eso es lo que uno puede leer detrás de cada una de estas películas.
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Fuente: Miradascriticas
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