Los medios audiovisuales se han imbricado con tal fuerza en la vida cotidiana de los sujetos, que constituyen un elemento esencial en la configuración de las relaciones y las subjetividades sociales. Potentes estructuras socializadoras en tanto vehículos de intercambio, expresión artística, espacio de entretenimiento y transmisión de ideología, sus efectos en la construcción de la realidad, reafirman de forma creciente la necesidad de encarar los retos educativos que esta abrumadora influencia impone.
Paradójicamente, durante mucho tiempo, los medios pese a su importancia socializadora, no ocuparon un lugar central en las instituciones de enseñaza escolar y educación ciudadana. Los esfuerzos formativos descansaban en agencias sociales tan arraigadas y sedimentadas como la escuela y la familia. Sin embargo el rápido desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación, la accesibilidad y centralidad que han ido adquiriendo, imponen la certeza de que éstos no constituyen un elemento complementario. De hecho gran parte de los conocimientos adquiridos provienen de los medios. “Escuela paralela” que ha puesto en crisis, no solo la educación en su concepto tradicional, sino otros cimientos de nuestras sociedades como la visión de la vida, la cultura, las relaciones familiares, el ocio, el consumo etc. (Vallet, 1970 )
En este contexto la preocupación por alcanzar una enseñanza de calidad, dirigida a formar individuos capaces de enfrentar los nuevos y cambiantes retos sociales, ha hecho que el asunto sobre la educación para los medios gane relevancia. Especialmente la promoción de acciones cuyo objetivo sea dotar a los ciudadanos de todo un conjunto de recursos cognitivos que le permitan saber desenvolverse en un espacio audiovisual, inundado de mensajes e imágenes que escapan a su control y evitar así la condición de vulnerabilidad y precariedad producida por el analfabetismo en este campo. En síntesis alcanzar a formar personas aptas para interactuar con los medios de una manera responsable, meditada y cautelosa. Tal como nos sugiere Eco (1968) hacer del “lenguaje de la imagen una provocación a la reflexión crítica, no una invitación a la hipnosis1.”
Esto nos introduce en el tema del espectador crítico, concepto que nos habla de la necesidad de lograr públicos que tengan una visión abarcadora de las particularidades de los medios con que actúan, las funciones sociales que cumple, cómo se elaboran sus productos, las intencionalidades ideológicas o económicas que movilizan y representan. Ello supone un conocimiento de lo audiovisual tanto desde punto de vista estético y técnico, como el de quién lo produce y controla, a quiénes va dirigido, con qué fines y en qué contexto.
Alcanzar formar una conciencia critica; potenciar la capacidad para interpretar, intercambiar, elegir y delimitar los productos audiovisuales a consumir; reconocer el papel primordial que tienen los medios en las sociedades actuales y su trascendencia desde un punto de vista histórico, en su conformación, son propósitos centrales, cuando hablamos de formación crítica para el desarrollo de nuevos públicos en el audiovisual latinoamericano
Latinoamérica es una de las regiones que ha trabajando de manera constante y sistemática en esta línea de acción. Desde la década de los 70 y 80, multiplicidad de actores han implementado diversas experiencias y programas de educación audiovisual, con variados objetivos, metodologías y respaldo ideológico. Bajo distintas denominaciones este eje trasversal de enseñanza se reconoce como Educación para los medios; Educación para la comunicación; Lectura critica de la comunicación; Educación para la recepción activa-critica; Lectura Dinámica de Signos; Pedagogía de la imagen; Educación para la percepción Pedagogía de la imagen, entre otros. (Aguaded, 2000)
Actualmente este movimiento ha seguido creciendo y diversas organizaciones y grupos continúan sus prácticas. Lograr reunir información básica sobre las diferentes iniciativas para la formación de un público crítico que se emprender hoy en el entorno del audiovisual latinoamericano y reflexionar sobre los logros, avances y obstáculos en este campo, es la intención de esta propuesta de estudio.
Coordinadora: Cecilia Liñares
Equipo: Yisel Rivero (Cuba), Ana Zermeño (México), Susana Velleggia (Argentina)
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1 ECO, U. 1968 Apocalípticos e integrados, Lumen, Barcelona.5