Nace en el Distrito Federal. Hijo de los actores Julio Taboada y Aurora Walker, inició su carrera en 1950 como argumentista y director de programas en la naciente televisión mexicana. Su relación con el cine nunca fue armoniosa. En 1954, desilusionado por los resultados en pantalla de su primer guión cinematográfico, se retiró de este medio por cinco años. Aunque durante su carrera tras las cámaras abordó diferentes temas y géneros, ha pasado a la historia del cine mexicano como uno de los mejores representantes del escasísimo cine de horror nacional. La popularidad alcanzada por sus películas de horror es indiscutible: Hasta el viento tiene miedo (1967) o El libro de piedra (1968). En el caso de Nosotros los pobres (1947), la televisión mexicana ha contribuido a popularizar su cine de horror entre las nuevas generaciones de cinéfilos. Además de las dos cintas mencionadas, sin duda las más populares, su filmografía de horror incluye a Más negro que la noche (1974) y Veneno para las hadas (1984). Ni Taboada mismo, ni sus otras trece películas, han logrado un reconocimiento semejante al de su tetralogía de horror gótico. En parte por lo disparejo de su filmografía y porque nunca se distinguió como un director con estilo propio, su figura ha quedado ensombrecida por sus escasos pero meritorios logros en un género con pocos exponentes en el cine nacional. A pesar de que él se concebía como un director de actores, sus películas demuestran una extraordinaria habilidad para la narrativa puramente fílmica. Buena parte del éxito alcanzado por sus cintas de horror se debe más a las virtudes del director para elaborar atmósferas inquietantes que a la interpretación de sus actores. En este sentido, fue un director mexicano que comprendió la importancia de la sutileza en el horror. De su otro cine es importante destacar La guerra santa (La cristiada) (1977), su cinta más ambiciosa y la más cercana a su ideología anticlerical. Justo en el momento en que la crítica nacional comenzaba a apreciarlo vuelve a alejarse al final de su carrera.
Carlos Enrique Taboada was born in the Federal District, Mexico, the son of actor Julio Taboada and actress Aurora Walker. He began his career in 1950 as a scriptwriter and director of programs of the rising Mexican television. He had a harmonious relationship with the cinema. In 1954, disappointed by the results on screen of his first screenplay, he withdrew from the medium for five years. Even though, throughout his career behind the camera he tackled different themes and genre, he is identified in the history of Mexican cinema as one of the best representatives of the very scarce national horror film production. The popularity achieved by his horror films is indisputable: Hasta el viento tiene miedo (1967) or El libro de piedra (1968). As is the case of Nosotros los pobres (1947), the Mexican television has contributed to popularize his films among the new generations of movie goers. Besides the two above mentioned films, there is no doubt that his most popular horror films include also: Más negro que la noche (1974) and Veneno para las hadas (1984). Neither the figure of the own Taboada or his other thirteen films have achieved such recognition as his tetralogy of Gothic horror reached.
Partly due to an uneven film production and also because he never distinguished himself as a director with a personal style, his figure has been darkened by his few but laudable achievements in a genre with few examples in the national cinema. Despite the fact that he viewed himself as an actors' director, his films prove his extraordinary ability for pure film narrative. An important part of the success achieved by his horror films `was due to the virtues of the director to elaborate unsettling atmospheres rather than to the actor’s performance. In this sense, he was a Mexican director who understood the importance of the subtlety of horror. From the other genre films he made, it is important to highlight La guerra santa (La cristiada) (1977), his most ambitious film and the closest to his anticlerical ideology. Just when the national critic had begun to acknowledge his work, he withdrew again at the end of his career.
References in the multimedia
Hasta el viento tiene miedo, 1967, Direction