En la ciudad de México realiza la preparatoria y en 1897 se recibe de ingeniero topógrafo e hidrógrafo. Este mismo año inicia su carrera como documentalista y empresario cinematográfico que alterna con el ejercicio de su profesión. Practica tanto la exhibición itinerante como fija. En 1921 liquida totalmente sus relaciones con la exhibición.

La necesidad de diversificar la oferta, enfrentar la competencia y de atraer a los públicos locales, hacen que a partir de 1898 Toscano sea, tal vez, el primer mexicano en filmar (el Zócalo y la Alameda capitalinos) con la cámara Lumière. A los paisajes le siguen las corridas de toros, festejos cívicos y populares, acontecimientos noticiosos, así como registros ocasionales de fragmentos de representaciones teatrales y de variedades como Don Juan Tenorio o Rosario Soler en Sevillanas, de 1899; y puestas en escena inspiradas por las producciones de Georges Méliès. En Las fiestas presidenciales en México (1904) comienza a ensayar el reportaje documental, estilo que culmina en Viaje a Yucatán (1906) donde recrea en forma cronológica, con vistas fijas y de movimiento, el viaje del dictador Porfirio Díaz a esa península.

 Filma las fiestas del centenario del inicio de la Independencia y, a partir de 1911, realiza cintas sobre el movimiento revolucionario y de propaganda política. En 1913 filma La decena trágica en México, y en 1914, la invasión norteamericana. A partir de 1912 inicia lo que será su más importante legado fílmico, el montaje de una Historia completa de la Revolución, que actualiza en 1915 y 1916 con la victoria del carrancismo.

A partir de todos los materiales recopilados por Toscano Barragán, su hija Carmen produjo Memorias de un mexicano, excelente documental de archivo estrenado en 1950.