Nina es una joven moderna y urbana, como tantas otras que viven en grandes ciudades. Trabaja en una cafetería, frecuenta la noche de San Pablo y vive en un cuarto de pensión, en el apartamento de Eulalia, una mujer de unos setenta años, amarga y desilusionada de la vida. Nina pierde su empleo y se queda sin dinero; la relación con Eulalia va de mal en peor. Nina pasa la mayor parte del tiempo intentando conseguir dinero de forma nada convencional. A medida que la situación financiera y la emocional se deterioran, los enfrentamientos con Eulalia se hacen cada vez más punzantes.