En uno de esos lugares que deberían ser tranquilos pero que, absurdamente, son todo lo contrario, un grafiti se convierte en señal de persecución y muerte para una familia. Una madre intentará modificar el destino acelerando el suyo propio, pero el destino no se puede cambiar. Una nueva mirada sobre los dolores de un país que parece no querer cambiar.
Graffiti on a particular wall becomes a sign of prosecution and death for a family in one of those places that should be peaceful, but for an incomprehensible reason is the opposite. A mother will try to change their fate, but fate cannot be changed. This is a new way of viewing the pains of a country that looks like it is not willing to change.
Fuente de la ficha técnica: FICCI