A nivel mundial en la Cultura y especialmente en el área de los Espectáculos en vivo “la crisis parece ser un modo de vida” (Baumol y Bowen: 1966); el crecimiento de los costos y los rezagos de productividad conducen a un déficit financiero que justifica los subsidios estatales, el mecenazgo y/o patrocinio empresarial. F. Benhamou (1997) se aproxima al tema en los siguientes términos: “La fragilidad económica de este sector, alimentada por el aumento de los costos y la casi ausencia de sus reservas de productividad, justifica sin duda el volumen de las subvenciones estatales o, en los países tradicionalmente liberales, el apoyo del mecenazgo.” A partir del trabajo seminal de Baumol y Bowen de 1966: Performing Arts: The Economic Dilemma analizan el dilema de financiar el espectáculo en vivo a la vista del crecimiento desmedido de sus costos unitarios y plantean la existencia de una brecha de ingresos en las organizaciones del sector de los espectáculos en vivo. A partir de esta y otras investigaciones posteriores -a los que se hará referencia a continuación- se demuestra que estas organizaciones enfrentan problemas de financiamiento.
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