Mariano Silverstein es un psicoanalista que a raíz de un accidente de tráfico está involucrado en un juicio penal. Aconsejado por su abogado solicita al juez una probation, figura legal por la que un juicio se suspende y el acusado, en lugar de recibir una condena, se compromete a realizar tareas comunitarias dentro de su actividad. La tarea que el juez asigna a Silverstein es la de atender a Alfredo Díaz, un inspector de la Policía Federal anímicamente devastado por la infidelidad de su mujer. Así es como Silverstein debe improvisar una itinerante sesión de psicoanálisis mientras acompaña a Díaz en la investigación de un crimen.