Shukma en quichua quiere decir lo otro, algo diferente, especial o interesante. Este fue el nombre acertado que el colectivo Rupai le dio al programa sobre cine de las comunidades indígenas.
La ficción desde la cosmovisión andina se transmite por Ecuador TV.
Todo se inició con los talleres de formación que el colectivo realizó desde el 2007 hasta el 2013.
Durante este tiempo, Alberto Muenala, director de Shukma y miembro fundador de Rupai, explica que se ejecutaron talleres intensivos de tres meses en los que se buscaba dar especialización en el área audiovisual y radial a los jóvenes de provincias como Pichincha, Imbabura y Chimborazo. “Ellos traían mitos de sus antepasados y generaban guiones en base a ello”, dice Muenala. Cuando alcanzaron un bagaje importante de producciones finalizadas, Muenala vio la necesidad de difundir los proyectos a escala nacional.
Así se les presentó la oportunidad de grabar un programa de 25 minutos dedicados al cine de los pueblos ecuatorianos. La dinámica del show funciona con dos presentadoras quichua, Frida Muenala y Yarina Morales Sarinango. Las animadoras analizan las películas previamente y, frente a cámaras, realizan entrevistas a los invitados; que pueden ser entre directores, actores e integrantes de la producción de los cortometrajes. Si bien las entrevistas se las realiza en español, la mayoría de historias se narran en quichua. “Nuestra política de hacer producción ha sido rescatar el idioma”, comenta Muenala pues a través de este espacio considera que apuntan “a crear un país intercultural”. Shukma es el primer programa sobre pueblos indígenas, -dice Muenala-.
Por ello, aprovecharon el alcance del canal para mostrar historias de ficción. “Antes solo se veían programas de mestizos, creo que de esta manera estamos presentando nuestra cultura y empezamos a crear este país que necesitamos cambiar”. Las leyendas, el drama y la realidad forman parte de cada historia. Entre ellas ‘Urku Tayta’ de Mónica Visarrea se viene a la mente de Frida. En su narración –dice Frida- Visarrea se acercó “a la espiritualidad que empieza en la niñez y en cómo en nuestra cultura un shamán se da cuenta de su conexión con la naturaleza”. La directora partió de la experiencia de su abuelo para crear esta historia. Cada episodio tiene entre dos y tres cortometrajes de temática libre. Frida comenta que eso permitió que cada corto explore y experimente los elementos que tanto directores como actores necesiten, lo que se ahondó en las entrevistas.
A través de las conversaciones con los realizadores se conocieron trasfondos de algunas historias.
El corto Sinamari de la directora Blanca Alba, por ejemplo, habla sobre la violencia a la mujer indígena y cómo esto le afecta emocionalmente. “Cada director tiene la libertad de contar y ella (la directora) había vivido esta experiencia”, menciona Frida. La joven animadora también presentó sus producciones realizadas como estudiante de cine en la USFQ. Transmitió ‘Ella’, una producción de carga visual sobre el amor, y ‘Un buen día’, que narra la relación de un hombre con retraso y una mujer otavaleña. Para el director, Shukma es un proyecto de gran aporte. Asegura que en el programa el público podrá ver que “las producciones creadas en quichua nacen con toda esa magia que se vive en el idioma. El español es diferente, no tiene la picardía que expresa el quichua”.