“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

MESA 2



La formación de públicos: el nuevo papel del cineclubismo y otras redes y métodos no comerciales de circulación en la creación de nuevas audiencias. Los riesgos del asistencialismo y las lecciones de la piratería

Una de las vías más tradicionales de acercamiento a nuevos públicos son los cineclubes.  Caracterizados por mantener unas formas y métodos comunes de programación, exhibición, debate y promoción editorial, los cineclubes, a diferencia de las salas de cine convencionales, cultivan una cinefilia sin ambiciones comerciales.  Las programaciones tiene un sentido didáctico y deliberativo; las funciones siempre tienen una introducción  con información pertinente a cada obra, y terminada la exhibición, siempre se propone un foro animado, participativo y crítico.  Las funciones siempre están anunciadas en folletos con información de cada filme, y la programación anticipada de cada muestra o ciclo.  Esta dinámica se ha reforzado por la publicación de revistas especializadas, y por un nada desdeñable papel de los cineclubes como punto de encuentro social.  En América Latina, los cineclubes se han convertido en un espacio al que el historiador cultural Raymond Williams denominó «estructuras del sentir»; es decir, comunidades que reúnen no sólo a nuevas tandas de cinéfilos, sino a también a artistas, estudiantes, universitarios, y militantes políticos.

En la actualidad, el funcionamiento y desarrollo del movimiento cineclubista está amparado en una organización mundial como es la Federación Internacional de Cineclubes (FICC, por sus siglas en español), con representación en más de 40 países y miles de cineclubes.  En 1987, la FICC elaboró la Carta de los Derechos del Público (también conocida como la Carta de Tabor), en donde se especifican los derechos de los espectadores del audiovisual. La FICC ha realizado dos conferencias mundiales; la última se organizó en la Ciudad de México, en 2008.  En enero de 2009, tuvo lugar el 4to. Encuentro Iberoamericano de Cineclubes, en el marco del festival Atibaia International do Audiovisual (Sao Paulo).

Desde hace más de quince años, la FICC otorga el Premio Don Quixote, que representa un esfuerzo por reunir en un jurado a diversos integrantes del público organizado en asociaciones de cine clubes de varios países. Su objetivo es reconocer películas que interpretan ideales humanistas, a través de visiones artísticas que privilegian la imaginación y al ser humano, sobre ideologías y sistemas económicos o políticos. Las obras que han recibido este galardón caracterizan el afán por romper límites y modelos establecidos, expresando la vocación innovadora del lenguaje fílmico universal, pero también manifiestan la diversidad de criterios, así como la variedad de visiones que constituyen la masa crítica de los espectadores activos.  El Premio Don Quixote se entrega actualmente en festivales de cuatro continentes. En América se ha otorgado en Cuba en Festival del Nuevo Cine Latinoamericano (La Habana, Cuba), y más recientemente en Brasil, en Santa María Vídeo e Cinema (Rio Grande do Sul), y en Atibaia International do Audiovisual (Sao Paulo).

A nivel regional, el cineclubismo dispone de su propia página Web (mondokino.net) y de la plataforma de CINESUD, una red de difusión alternativa de obras audiovisuales encabezada por un grupo de cineclubes y federaciones de varios países iberoamericanos, bajo el auspicio de la FICC.  CINESUD es una plataforma de gran utilidad para productores, programadores y festivales; lo es sobre todo por la calidad técnica y temática de las películas que forman parte del catálogo, y por el respeto a los derechos de autor de sus creadores, y en la mayoría de casos, el pago regalías por la exhibición de sus obras.  El catálogo regional CINESUD trabaja con películas licenciadas en Creative Commons. Estas licencias son un mecanismo alternativo para la distribución de contenidos (textos, fotos, canciones, películas) mediante el cuál los autores de las obras pueden liberar ciertos derechos mientras que se reservan algunos. Este mecanismo se opone al tradicional modelo del copyright de “todos los derechos reservados” y permite una mayor libertad de uso de los contenidos y por ende una mayor posibilidad de acceso a los bienes culturales por parte de todas las personas.  CINESUD trabaja con una de las varias licencias disponibles en Creative Commons, y esta es la de Reconocimiento-No Comercial-Sin Obra Derivada, mediante la cual un autor decide que permite la copia, distribución y exhibición pública de su obra bajo la condición de que se mantengan los créditos de la obra de la manera especificada por el autor no se use la obra con fines comerciales y no se altere o transforme la obra para crear una obra derivada.
Cineclubes y políticas públicas

La incidencia de los cineclubes también ha llegado a la esfera de  las políticas públicas del audiovisual; lo fue especialmente en los años sesenta y setenta, y lo es en los momentos actuales, en muchos países con regímenes progresistas.  El cineclubismo catalán es un caso de estudio en Europa, por ejemplo.   En 2006, la Federación de Cineclubes Catalana suscribió varios convenios con las principales autoridades del audiovisual de esa autonomía: l’Institut Català de lles Indústries Culturalls (ICIC), con la Filmoteca de Catalunya y el Centre de Promoció de la Cultura Popular i Tradicional Catalana (CPCPTC).  De los dos primeros obtuvo una subvención de 50.000 euros para el desarrollo del cineclubismo catalán, y para la difusión del patrimonio fílmico catalán.  La Federación Catalana permitió el uso del catálogo CINESUD para las programaciones de la Filmoteca.   La Federación Catalana también logro negociar las regalías de varios títulos de distribuidores extranjeros, tanto en formato de 35 mm. Como en DVD, como La leyenda del tiempo de Isaki Lakuesta, No Matarás de Kieslovsky, Palíndromos de Todd Solondz, El Romance De Astrea y Celadón de Eric Rohmer, Azur y Asmar de Michel Ocelot, Cartas Desde Iwo Jima y Banderas De Nuestros Padres de Clint Eastwood.  Otras actividades subvencionadas del cineclubismo catalán incluyen el desarrollo del público joven e infantil, la creación de dos listas de mailing electrónico, un boletín electrónico, una página Web, así como otras relacionadas a la capacitación y la investigación.
Carta de San Ángel

Reunidos en la Ciudad de México, representantes de cine clubes y federaciones de varias partes del mundo, lanzamos esta Carta de San Ángel, en el marco del 5° Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México y a la víspera del lanzamiento del Cine Club Revolución en el Museo de Arte Carrillo Gil.

Celebrando en México el 60 Aniversario de la Federación Internacional de Cine Clubes y los 80 primeros años del cineclubismo brasileño, emitimos el presente documento con el fin de divulgar las conclusiones de la Primera Conferencia Mundial del Cineclubismo.

Reconociendo el rol de catalizadores del intercambio internacional que tienen los cineclubes, los abajo firmantes asumimos:

1. Construir un puente permanente para la distribución e intercambio de audiovisuales entre nuestros países, vinculando para ello a entidades oficiales y organizaciones civiles.

2. Apoyar y consolidar las redes colaborativas de organización, producción, documentación, edición, programación, publicación y archivo del cineclubismo.

3. Multiplicar los circuitos cineclubistas, en especial en espacios no convencionales como museos, casas de cultura, escuelas e instituciones públicas y privadas.

4. Fortalecer el catálogo CINESUD con el contacto de cine clubes, festivales, así como instituciones públicas y autores interesados en compartir y difundir sus títulos.

5. Promover la creación de videotecas y filmotecas para uso cultural y comunitario.

6. Repudiar la utilización indebida de los derechos de autor para impedir la libre circulación de los bienes culturales y el libre acceso y disfrute de la cultura y el arte.

7. Adoptar la búsqueda de alternativas legales, tales como Creative Commons, para promover una reglamentación justa tanto de los derechos del público como de los autores.

8. Estimular la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a la promoción de las redes de cine clubes y a la reproducción y divulgación de los materiales audiovisuales.

9. Recomendar al Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Cine Clubes la creación de una comisión internacional que inicie los trabajos de investigación y recuperación histórica de su memoria, especialmente de su archivo histórico.

10. Luchar por la adopción de legislaciones de defensa y estímulo del cineclubismo en todos los países destacando la urgencia de la aprobación del proyecto de adición del Artículo 19 bis en la Ley Federal de Cinematografía en México.

11. Reafirmar la vigencia de los principios de la Carta de los Derechos del Público (Carta de Tabor, 1987) e iniciar una campaña para su difusión mundial.

12. Exhortar a los cineclubes mexicanos a organizarse y ocupar plenamente su lugar en la Federación Internacional de Cine Clubes, convocando a la creación de una entidad nacional que los represente.

13. Exigir el fin del bloqueo criminal estadounidense que asfixia la vida y la cultura del pueblo cubano.


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