FICHA ANALÍTICA
El documental como arma de resistencia y denuncia frente al etnocidio
Rodríguez, Marta
Título: El documental como arma de resistencia y denuncia frente al etnocidio
Autor(es): Marta Rodríguez
Fuente: Revista Digital fnCl
Lugar de publicación: La Habana
Año: 1
Número: 1
Mes: Noviembre
Año de publicación: 2009
Título: El documental como arma de resistencia y denuncia frente al etnocidio
Autor(es): Marta Rodríguez
Fuente: Revista Digital fnCl
Lugar de publicación: La Habana
Año: 1
Número: 1
Mes: Noviembre
Año de publicación: 2009
¿Cómo iniciamos el documental con los pueblos indígenas?
En el año de 1970 con mi esposo Jorge Silva, realizamos el primer documental que dio un testimonio de la situación de las comunidades indígenas en Colombia, lo iniciamos con “Planas: Testimonio de un Etnocidio” (1971) sobre la masacre de los indígenas Sicuanis o Guahibos en el departamento de Vichada, esta masacre se originó para reprimir la creación de una cooperativa agropecuaria y para defenderse de los explotadores7 en esos territorios a los indígenas se les llamaba irracionales y se les exterminaba con total impunidad. Han transcurrido 40 años y hoy el etnocidio o exterminio de los pueblos indígenas, en medio de la guerra que en Colombia tiene más de 60 años, ha llegado al extremo que 16 comunidades están a punto de desaparecer físicamente.
Por medio del cine documental he acompañado a los indígenas en sus luchas, agresiones, duelos y procesos de resistencia, este trabajo vinculado con los pueblos indígenas también ha sido al mismo tiempo una experiencia de transferencia de medios audiovisuales, pues los documentales siempre fueron realizados con ellos, con su participación consciente, creativa y crítica de cómo por medio del cine queríamos acercarnos a sus culturas; este es un proceso que he seguido y documentado, que dio lugar al libro “A nuevas tecnologías, nuevas identidades”, en este libro analizó cuando iniciamos la realización del primer documental en el departamento del Cauca, cuyo título es “Nuestra voz de tierra memoria y futuro” (1980), testimoniando la creación de la primera organización indígena a nivel regional: CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca) que se inició en 1971, luchando por la recuperación de la tierra, la historia y la cultura.
El proceso de realización del documental llevo 5 años, los indígenas nombraron una comisión de líderes para asesoramos en el desarrollo del documental y de cómo testimoniábamos sus recuperaciones de tierras. Llevamos proyectores de cine a las haciendas recuperadas y por primera vez vieron las primeras imágenes de sus luchas por las tierras. Este proceso hizo que fueran tomando consciencia del valor del cine como memoria y testimonio de sus luchas. Cuando llegó la represión y sus líderes empezaron a ser asesinados por los pájaros (asesinos a sueldo) mandados por los terratenientes, en ese momento por solicitud expresa de ellos hicimos un documental llamado “La voz de los sobrevivientes” (1980), con la finalidad de enviarlo al tribunal Russell en Holanda en 1980, en este momento fueron conscientes de la importancia de que un par de documentalistas hubieran registrado la lucha de sus líderes y cómo el poder de la imagen es muy eficaz para denunciar al mundo del exterminio de que son víctimas. Hoy este documental es de un gran valor para las comunidades en el trabajo de educación de los jóvenes y en la recuperación de la memoria de sus líderes, ya que su pérdida es un gran daño que hacen a sus culturas.
En el año de 1985 en la ciudad de México, organizado por antropólogos y comunicadores, se organiza el primer Festival de cine de pueblos indígenas, donde se crea el CLACPI (Comité Latinoamericano de Cine y Video de los Pueblos Indígenas). En el segundo encuentro, en Río de Janeiro, Brasil, los indígenas tenían mayor presencia y participación, pues el de México fue más de antropólogos y comunicadores; en Brasil el jurado fue conformado por las delegaciones indígenas y se realizó un taller donde ellos realizaron vanos documentales, de Colombia fueron dos representantes de las comunidades y yo, Marta Rodríguez.
El taller de transferencias de medios audiovisuales a comunidades indígenas, financiado por la UNESCO en 1992, experiencia que coincidió con los 500 años o encuentro de dos mundos, los indígenas respondieron con un movimiento de resistencia que se llamó “autodescubrimiento” donde tuvieron la oportunidad de encontrarse con comunidades en resistencia de México, Guatemala Ecuador, Perú y América del Norte. Durante la realización del taller en Popayán invite a Iván Sanjinés como profesor y al indígena Ecuatoriano Alberto Muelana que había estudiado cine en México. Los indígenas ya se habían iniciado en las técnicas del video, pero había observado que carecían de conocimientos en edición, guión y manejo de cámaras, pues habían asumido el video de manera experimental sin contar con una base teórica en la realización de documentales.
El CRIC había creado un departamento de comunicaciones que tenía varios años, al frente estaban dos indígenas yanaconas: Antonio Palechor y Manuel Sánchez; para ese momento el CRIC continuaba con su programa de recuperación de tierras y habían recuperado la hacienda Nilo en el corregimiento de Caloto en el departamento del Cauca. Pero había empezado a llegar al Cauca una nueva forma de agresión, el narcotráfico, los narcotraficantes del Valle se habían ido al Cauca para adquirir grandes haciendas donde hacían prácticas de tiro y no querían que los indígenas anduvieran por ahí recuperando tierras. Esto da origen
a la segunda masacre, la masacre del Nilo, los narcotraficantes en alianza con la policía el 17 de diciembre de 1991 asesinan a 20 indígenas entre l os cuales había mujeres y niños en las novenas navideñas. Antonio Palechor y Manuel Sánchez manejaban el video, testimonian esta masacre del Nilo; ya no son los documentalistas Marta Rodríguez y Jorge Silva, son ellos los que logran testimoniar como los exterminan. Antonio Palechor ensaya una edición de este material filmado, cuyo título será “Crónica de una masacre anunciada” esta pre-edición se trabajó durante el taller con Iván Sanjinés y con los equipos de video que habíamos adquirido para el taller, en coproducción con la Fundación Cine Documental / Investigación Social con el CRIC se realiza un documental cuyo título será “Memoria \/iva”(1993). En el transcurso del taller llega el indígena Nasa: Daniel Piñacue, el había militado en el grupo guerrillero Quintín Lame, grupo que se creó en 1980 cuando asesinaron al sacerdote indígena nasa Álvaro Ulcue; en 1991 estos grupos se desmovilizaron y entregaron las armas, creándose la ASI (Alianza Social Indígena), creando un proyecto de video cuyo nombre era: “Sol y Tierra”, como una expresión para la paz, este grupo estaba formado por Daniel Piñacue y otros desmovilizados, ellos realizaron un trabajo testimonial de las comunidades de tierra adentro, más adelante realizan documentales de problemas que los afectaban directamente, como los cultivos ilícitos. La Fundación CineDocumental / Investigación Social continuando con el apoyo de la UNESCO les dio equipos de edición, filmación y talleres de formación para que continuaran con su proyecto por un video por la paz.
En 1993 realice una entrevista con Daniel Piñacue, durante un congreso
extraordinario del CRIC:
“La Fundación Sol y Tierra surge de un proceso de paz, de dejación de las armas del Quintín Lame. Hoy he dejado un equipo, hoy he dejado un fusilque tenía cuando estaba en el monte como un guerrillero, como un comandante; hoy soy otro físicamente, ya no tengo un fusil en las manos, hoy tengo un “fierro” que hace imágenes, un “fierro” que se llama una cámara y que puede captar las imágenes de lo que los militares están haciendo y de lo que los enemigos de los indios pueden hacer contra los indios; esas imágenes podemos proyectarlas a la sociedad y a la opinión pública, es una arma también muy buena para generar conciencia a las comunidades, ya no es un arma para matar, es un arma para generar mucha conciencia y para informar. En el país, en Colombia, en Latinoamérica y en el mundo.”
Daniel Piñacue
En La Minga de la Palabra de 2008, las palabras de Daniel Piñacue fueron premonitorias, se volvieron una realidad; las cámaras de video en las manos de los indígenas que participaron en la minga grabaron la forma salvaje que fueron agredidos por la fuerza pública, de cómo murieron sus hermanos y cuando el presidente de la República, Alvaro Uribe, en la Hacienda la María en Piendamó quiso mentirles diciéndole que ellos habían causado la muerte de sus hermanos con sus propias armas. Los comunicadores indígenas mostraron un video en el que se veían a los militares disparando contra los indígenas, el presidente tuvo
que retractarse de sus engaños habituales. Los indígenas marchantes lograron grabar 50 horas testimoniales de lo que fue la Minga de la Palabra y hoy en el tejido de comunicaciones de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN) y el CRIC, están realizando documentales de memoria de la Minga “Caminando la Palabra”.
Retomando a 1991, la masacre de la hacienda Nilo ocurrió poco después de que los indígenas del Quintín Lame se desmovilizaran, llegando una época muy crítica para las comunidades por la incursión del narcotráfico, el paramilitarismo y el desplazamiento forzado además los grupos guerrilleros que actuaban en sus territorio, las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo) les asesinan a sus líderes y empezaron el uso de armas antipersonales, como las pipas de gas que destruyen sus pueblos y el uso de minas quiebrapatas; inician contra ellos una lucha ocupando tierras de resguardos, violación de su autonomía y represión, además de querer infiltrarse a sus comunidades. Esto da origen a un movimiento de resistencia basado en sus leyes ancestrales y su ley de origen, creando las guardias Indígenas: jóvenes formados en la defensa de sus territorio y cultura, que hacen la labor de defender a sus comunidades en caso de ser agredidos, pero en vez de armas lo hacen con sus bastones de mando y autonomía; dando origen a un movimiento de resistencia que se irá cualificando frente a los factores de la guerra que cada vez son más agresivos y van dejando numerosas víctimas. En este movimiento se han destacado la ACIN, dando lugar a la movilización en el año 2004: “La minga por la vida y contra el exterminio” que movilizó a 90 mil indígenas a la ciudad de Cali.
¿Qué significó estar editando el documental “Testigos de un Etnocidio: Memoria de la Resistencia” y el desarrollo de la Minga que camina la palabra?
Durante el mes de octubre de 2008 estábamos editando “Testigos de un Etnocidio: Memoria de la Resistencia” que abarca desde los años 1970 al 2009, periodo durante el cual hemos acompañado el movimiento indígena testimoniando sus luchas y supervivencias, iniciamos el documental sobre el tema de la memoria y de cómo se violaban los derechos humanos impunemente en los territorios indígenas, los únicos que íbamos a testimoniarlo éramos los documentalistas. Hoy la situación ha cambiado y son los propios indígenas quienes manejan las cámaras para testimoniar la violación de sus territorios, de su vida e integridad, he ahí el valor de la imagen video como herramienta de la resistencia.
Mientras editábamos el documental desde las imágenes de la masacre de Planas en 1970, simultáneamente emitían por televisión la minga que había ocupado la carretera Panamericana, en el movimiento que se denominó “La Minga Caminando la palabra”; frente a este movimiento social el gobierno respondió enviando el Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios), la policía y el ejército con toda la tecnología para enfrentar la protesta, tecnología que fue modificada para hacerla más contundente y sucia, adicionando a el contenido de las granadas de gas lacrimógeno perdigones y tornillos, por esto varios indígenas de Ia minga perdieron sus ojos. Además del uso de armas antimotines, un indígena murió por un disparo de fusil, es decir, usaron armas de fuego para reprimir la protesta. El balance de la Minga en la Panamerica fueron 5 muertos y 90 heridos. La fuerza pública fue trabajad ideológicamente para enfrentarse con los indígenas con la premisa que ellos eran infiltrados por la guerrilla y que las acciones de contención de la toma de la panamericana debían ser agresivas y violentas pues se estaba tratando supuestamente con terrorista. El uso de las cámaras de video en manos de los indígenas que registraron la represión, puso en evidencia las mentiras del estado. La muerte de un indígena por una bala, que el gobierno apresuradamente afirmó que era por culpa de los manifestantes, se demostró, por el poder de la imagen, que había sido las fuerzas armadas las culpables de esta muerte, pues durante la minga se filmaron el momento que un policía tomo su fusil y disparo contra la marcha. Ellos demuestran con su dignidad y persistencia que hoy son un movimiento de gran importancia y solidez frente a la guerra que azota a Colombia y que está acabando a los grupos minoritarias: los afrodescendientes e indígenas. Sus culturas están amenazadas por los factores de la guerra entre el estado, los paramilitares y las guerrillas; sus territorios vendidos para megaproyectos de multinacionales como Quemada; el narcotráfico, que trae como consecuencia las fumigaciones con glifosato por parte de la policía antinarcóticos para acabar con los cultivos ilícitos de coca, fumigaciones que destruyen los cultivos de pancoger, contamina las aguas y afecta la salud de personas y animales, químicos que distribuye la multinacional Monsanto para alimentar la guerra. En este contexto las comunidades indígenas levantan su voz para no ser implicados en el conflicto por el respeto de su autonomía y territorios.
Continuando con la edición de “Testigos de un Etnocidio: Memoria de la Resistencia” después de la minga la agresión continua, el Tejido de Comunicaciones de los Cabildos del Norte del Cauca ACIN, fueron asaltados en su sede por pistoleros que robaron un computador vital de la organización, pues contenía la información de contactos, documentos e información de la página web de la ACIN, además de amenazar de muerte al administrador de dicha página a futuro esto traerá graves consecuencias para los integrante y el trabajo de la organización ya que la información que se llevaron los puede poner en riesgo de muerte. La Acin publicó el siguiente comunicado del hecho:
ATENTAN CONTRA LA VIDA DE COMUNICADOR DE LA ACIN
El ataque a Gustavo Ulcué, y el robo del computador, evidencian una agresión contra el Tejido de Comunicación y Relaciones Externas de la ACIN. No nos sorprende que hayan ido a buscar a Gustavo ya que estarnos atravesando por un período particularmente crítico en el que pretenden silenciamos. Todas y todos los que hacernos parte de este Tejido de Comunicación nos sentimos en riesgo inminente, no porque hayamos cometido algún delito, simplemente porque decimos la verdad y defendemos la vida. Entonces, hemos sido amenazados y atacados porque no nos sometemos a intereses privados ni particulares, sino que hacernos reflexiones con la comunidad para que se tomen decisiones coherentes y consecuentes con el proceso político organizativo.
Afortunadamente Gustavo está bien. Nos declaramos en alerta máxirna y denunciamos de manera vehemente la persecución de que somos objeto por haber defendido abiertamente el proceso indígena y popular desde la ACIN y por ser voceros de la Minga Social y Comunitaria y de su agenda por la vida y la dignidad.
No haremos silencio porque la Libertad de la Palabra señala el Camino y la Vida.
Tejido de Comunicación y Relaciones Externas Santander de Quilichao, febrero 7 de 2009.
Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida. Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca - ACIN
Continuando con el exterminio Luis Evelis Andrade Casama, presidente de la ONIC denuncio la masacre que ocurrió con el pueblo Awa con otro comunicado:
NUEVA MASACRE AL PUEBLO AWA DE UNIPA EN NARIÑO
Comunica ONIC 011/9 de Febrero del 2009.
• Hasta ahora, se conoce del asesinato de 8 de los 18 indígenas Awa que fueron desaparecidos desde el pesado 4 de febrero.
• 7 indígenas desplazados y más de 1.300 confinados.
• Urge una Misión de Verificación.
El conflicto armado que vive Colombia y su política de Seguridad Democrática, cobra otra masacre a uno de los 102 pueblos Indígenas del
país.
El pasado miércoles, 4 de febrero, autoridades indígenas del pueblo Awa, que hacen parte de ¡a UNIPA, manifestaron que miembros del Ejército nacional sostuvieron enfrentamiento con subversivos de las FARC y el ELN, en el resguardo indígena Tortugal Telembí, entre los municipios de Barbacoas y Samaniego, del departamento de Nariño.
Después de ese duro enfrenamiento armado, donde la población civil, en
este caso el pueblo indígena Awa, viven en medio del conflicto, se registró la desaparición de 18 de 200 miembros de la comunidad del Bravo, mujeres y hombres fueron sacados amarrados, sin determinar aún
quienes de los tres fueron los responsables.
El sitio donde miembros de la comunidad testifican que se encuentran las 8 víctimas asesinadas con arma de fuego y cortopunzante, es un paraje empinado entre las comunidades de Picadero y El Bravo; zona montañosa y selvática a dos días de camino de herradura desde el Municipio de Samaniego y un día de camino de herradura de Buenavista, municipio de Barbacoas.
De los 26 resguardo que hacen parte de UNIPA, 5 comunidades del resguardo de Tortugal Telembí, como: Alto Telembí, La Naya, Voltiadero, Bravo y Picadero, cuya población asciende a más de 1.300 indígenas Awá, se encuentran confinados, y ya 7 de ellos (de dos familias) se encuentran desplazados en el corregimiento de Bellavista, Municipio de Barbacoas.
Cabe destacar que hace más de 6 meses, el pueblo Awa, vienen padeciendo de constantes bombardeos por parte del Ejercito Nacional, sobre todo en la zona fronteriza, máxime cuando ellos son binacional y muchos de los cuales se refugian o comparten con sus hermanos en el hermano país del Ecuador: Acciones de manera inconsultas con sus autoridades tradicionales, a pesar de “gozar” de una resolución defensorial del 2008 que conmina al Estado Colombiano a protegerla integridad total del pueblo Awá, (ver WV .onorC0/documentos).
Ante este nuevo hecho que enluta a los pueblos Indígenas de Colombia, la ONIC, como Autoridad Nacional de Gobierno Indígena, y siendo la UNIPA uno de sus afiliados regíOnale5 “condenamos una vez el genocidio sistemático que venimos padeciendo los pueblos indígenas de Colombia, que después de la Minga Nacional de Resistencia Indígena, y en lo que va corrido del 2009, llevamos más de 50 indígenas asesinados, cientos heridos y cientos desplazados” así lo determinó el ConsejeroSecretario General, Luis Femando Arias.
Como acción inmediata. La ONIC, convoca a la comunidad nacional e internacional a defensores de DDHH, al Sistema de Naciones Unidas, a
ser parte de una MISION DE VERIFICACIÓN de carácter URGENTE. Y a los demás Pueblos Indígenas de Colombia, “a respaldar a uno de los
nuestros, a mantenemos en ALERTA, en LEVANTAMIENTO INDÍGENA RUMBO A LA MOVILIZACIÓN DE LOS PUEBLOS, no podemos esperar otro Octubre, porque a este paso serán pocoS los que marcharán”, así lo puntualizó; el Consejero Mayor de la ONIC, Luis Evelis Andrade Casama.
AUTORIDAD NACIONAL DE GOBIERNO INDÍGENA – ONIC
“Por la Consolidación del gobierno propio de los pueblos... seguimos en Minga, porque el enemigo es el mismo y sigue muy campante”
Mi posición de asistir a este encuentro lo asumo como una tribuna para denunciar al mundo como se están exterminando los pueblos indígenas impunemente en Colombia, sin que ninguno de los organismos de defensa de derechos humanos se halla pronunciado, solamente la conferencia episcopal reunida en Bogotá, los obispos denunciaron la masacre y pidieron protección para pueblos indefensos que son solamente agricultores y que quieren vivir en paz en sus territorios y que
no quieren involucrarse en el conflicto.
“Testigos de un Etnocidio: Memoria de la Resistencia” Es una película que mostrará la persecución y asesinato de la población y líderes indígenas, pero también la resistencia de estos por defender su integridad, dignidad y autonomía, en un contexto de persecución, señalamiento y muerte.
En el año de 1970 con mi esposo Jorge Silva, realizamos el primer documental que dio un testimonio de la situación de las comunidades indígenas en Colombia, lo iniciamos con “Planas: Testimonio de un Etnocidio” (1971) sobre la masacre de los indígenas Sicuanis o Guahibos en el departamento de Vichada, esta masacre se originó para reprimir la creación de una cooperativa agropecuaria y para defenderse de los explotadores7 en esos territorios a los indígenas se les llamaba irracionales y se les exterminaba con total impunidad. Han transcurrido 40 años y hoy el etnocidio o exterminio de los pueblos indígenas, en medio de la guerra que en Colombia tiene más de 60 años, ha llegado al extremo que 16 comunidades están a punto de desaparecer físicamente.
Por medio del cine documental he acompañado a los indígenas en sus luchas, agresiones, duelos y procesos de resistencia, este trabajo vinculado con los pueblos indígenas también ha sido al mismo tiempo una experiencia de transferencia de medios audiovisuales, pues los documentales siempre fueron realizados con ellos, con su participación consciente, creativa y crítica de cómo por medio del cine queríamos acercarnos a sus culturas; este es un proceso que he seguido y documentado, que dio lugar al libro “A nuevas tecnologías, nuevas identidades”, en este libro analizó cuando iniciamos la realización del primer documental en el departamento del Cauca, cuyo título es “Nuestra voz de tierra memoria y futuro” (1980), testimoniando la creación de la primera organización indígena a nivel regional: CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca) que se inició en 1971, luchando por la recuperación de la tierra, la historia y la cultura.
El proceso de realización del documental llevo 5 años, los indígenas nombraron una comisión de líderes para asesoramos en el desarrollo del documental y de cómo testimoniábamos sus recuperaciones de tierras. Llevamos proyectores de cine a las haciendas recuperadas y por primera vez vieron las primeras imágenes de sus luchas por las tierras. Este proceso hizo que fueran tomando consciencia del valor del cine como memoria y testimonio de sus luchas. Cuando llegó la represión y sus líderes empezaron a ser asesinados por los pájaros (asesinos a sueldo) mandados por los terratenientes, en ese momento por solicitud expresa de ellos hicimos un documental llamado “La voz de los sobrevivientes” (1980), con la finalidad de enviarlo al tribunal Russell en Holanda en 1980, en este momento fueron conscientes de la importancia de que un par de documentalistas hubieran registrado la lucha de sus líderes y cómo el poder de la imagen es muy eficaz para denunciar al mundo del exterminio de que son víctimas. Hoy este documental es de un gran valor para las comunidades en el trabajo de educación de los jóvenes y en la recuperación de la memoria de sus líderes, ya que su pérdida es un gran daño que hacen a sus culturas.
En el año de 1985 en la ciudad de México, organizado por antropólogos y comunicadores, se organiza el primer Festival de cine de pueblos indígenas, donde se crea el CLACPI (Comité Latinoamericano de Cine y Video de los Pueblos Indígenas). En el segundo encuentro, en Río de Janeiro, Brasil, los indígenas tenían mayor presencia y participación, pues el de México fue más de antropólogos y comunicadores; en Brasil el jurado fue conformado por las delegaciones indígenas y se realizó un taller donde ellos realizaron vanos documentales, de Colombia fueron dos representantes de las comunidades y yo, Marta Rodríguez.
El taller de transferencias de medios audiovisuales a comunidades indígenas, financiado por la UNESCO en 1992, experiencia que coincidió con los 500 años o encuentro de dos mundos, los indígenas respondieron con un movimiento de resistencia que se llamó “autodescubrimiento” donde tuvieron la oportunidad de encontrarse con comunidades en resistencia de México, Guatemala Ecuador, Perú y América del Norte. Durante la realización del taller en Popayán invite a Iván Sanjinés como profesor y al indígena Ecuatoriano Alberto Muelana que había estudiado cine en México. Los indígenas ya se habían iniciado en las técnicas del video, pero había observado que carecían de conocimientos en edición, guión y manejo de cámaras, pues habían asumido el video de manera experimental sin contar con una base teórica en la realización de documentales.
El CRIC había creado un departamento de comunicaciones que tenía varios años, al frente estaban dos indígenas yanaconas: Antonio Palechor y Manuel Sánchez; para ese momento el CRIC continuaba con su programa de recuperación de tierras y habían recuperado la hacienda Nilo en el corregimiento de Caloto en el departamento del Cauca. Pero había empezado a llegar al Cauca una nueva forma de agresión, el narcotráfico, los narcotraficantes del Valle se habían ido al Cauca para adquirir grandes haciendas donde hacían prácticas de tiro y no querían que los indígenas anduvieran por ahí recuperando tierras. Esto da origen
a la segunda masacre, la masacre del Nilo, los narcotraficantes en alianza con la policía el 17 de diciembre de 1991 asesinan a 20 indígenas entre l os cuales había mujeres y niños en las novenas navideñas. Antonio Palechor y Manuel Sánchez manejaban el video, testimonian esta masacre del Nilo; ya no son los documentalistas Marta Rodríguez y Jorge Silva, son ellos los que logran testimoniar como los exterminan. Antonio Palechor ensaya una edición de este material filmado, cuyo título será “Crónica de una masacre anunciada” esta pre-edición se trabajó durante el taller con Iván Sanjinés y con los equipos de video que habíamos adquirido para el taller, en coproducción con la Fundación Cine Documental / Investigación Social con el CRIC se realiza un documental cuyo título será “Memoria \/iva”(1993). En el transcurso del taller llega el indígena Nasa: Daniel Piñacue, el había militado en el grupo guerrillero Quintín Lame, grupo que se creó en 1980 cuando asesinaron al sacerdote indígena nasa Álvaro Ulcue; en 1991 estos grupos se desmovilizaron y entregaron las armas, creándose la ASI (Alianza Social Indígena), creando un proyecto de video cuyo nombre era: “Sol y Tierra”, como una expresión para la paz, este grupo estaba formado por Daniel Piñacue y otros desmovilizados, ellos realizaron un trabajo testimonial de las comunidades de tierra adentro, más adelante realizan documentales de problemas que los afectaban directamente, como los cultivos ilícitos. La Fundación CineDocumental / Investigación Social continuando con el apoyo de la UNESCO les dio equipos de edición, filmación y talleres de formación para que continuaran con su proyecto por un video por la paz.
En 1993 realice una entrevista con Daniel Piñacue, durante un congreso
extraordinario del CRIC:
“La Fundación Sol y Tierra surge de un proceso de paz, de dejación de las armas del Quintín Lame. Hoy he dejado un equipo, hoy he dejado un fusilque tenía cuando estaba en el monte como un guerrillero, como un comandante; hoy soy otro físicamente, ya no tengo un fusil en las manos, hoy tengo un “fierro” que hace imágenes, un “fierro” que se llama una cámara y que puede captar las imágenes de lo que los militares están haciendo y de lo que los enemigos de los indios pueden hacer contra los indios; esas imágenes podemos proyectarlas a la sociedad y a la opinión pública, es una arma también muy buena para generar conciencia a las comunidades, ya no es un arma para matar, es un arma para generar mucha conciencia y para informar. En el país, en Colombia, en Latinoamérica y en el mundo.”
Daniel Piñacue
En La Minga de la Palabra de 2008, las palabras de Daniel Piñacue fueron premonitorias, se volvieron una realidad; las cámaras de video en las manos de los indígenas que participaron en la minga grabaron la forma salvaje que fueron agredidos por la fuerza pública, de cómo murieron sus hermanos y cuando el presidente de la República, Alvaro Uribe, en la Hacienda la María en Piendamó quiso mentirles diciéndole que ellos habían causado la muerte de sus hermanos con sus propias armas. Los comunicadores indígenas mostraron un video en el que se veían a los militares disparando contra los indígenas, el presidente tuvo
que retractarse de sus engaños habituales. Los indígenas marchantes lograron grabar 50 horas testimoniales de lo que fue la Minga de la Palabra y hoy en el tejido de comunicaciones de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN) y el CRIC, están realizando documentales de memoria de la Minga “Caminando la Palabra”.
Retomando a 1991, la masacre de la hacienda Nilo ocurrió poco después de que los indígenas del Quintín Lame se desmovilizaran, llegando una época muy crítica para las comunidades por la incursión del narcotráfico, el paramilitarismo y el desplazamiento forzado además los grupos guerrilleros que actuaban en sus territorio, las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo) les asesinan a sus líderes y empezaron el uso de armas antipersonales, como las pipas de gas que destruyen sus pueblos y el uso de minas quiebrapatas; inician contra ellos una lucha ocupando tierras de resguardos, violación de su autonomía y represión, además de querer infiltrarse a sus comunidades. Esto da origen a un movimiento de resistencia basado en sus leyes ancestrales y su ley de origen, creando las guardias Indígenas: jóvenes formados en la defensa de sus territorio y cultura, que hacen la labor de defender a sus comunidades en caso de ser agredidos, pero en vez de armas lo hacen con sus bastones de mando y autonomía; dando origen a un movimiento de resistencia que se irá cualificando frente a los factores de la guerra que cada vez son más agresivos y van dejando numerosas víctimas. En este movimiento se han destacado la ACIN, dando lugar a la movilización en el año 2004: “La minga por la vida y contra el exterminio” que movilizó a 90 mil indígenas a la ciudad de Cali.
¿Qué significó estar editando el documental “Testigos de un Etnocidio: Memoria de la Resistencia” y el desarrollo de la Minga que camina la palabra?
Durante el mes de octubre de 2008 estábamos editando “Testigos de un Etnocidio: Memoria de la Resistencia” que abarca desde los años 1970 al 2009, periodo durante el cual hemos acompañado el movimiento indígena testimoniando sus luchas y supervivencias, iniciamos el documental sobre el tema de la memoria y de cómo se violaban los derechos humanos impunemente en los territorios indígenas, los únicos que íbamos a testimoniarlo éramos los documentalistas. Hoy la situación ha cambiado y son los propios indígenas quienes manejan las cámaras para testimoniar la violación de sus territorios, de su vida e integridad, he ahí el valor de la imagen video como herramienta de la resistencia.
Mientras editábamos el documental desde las imágenes de la masacre de Planas en 1970, simultáneamente emitían por televisión la minga que había ocupado la carretera Panamericana, en el movimiento que se denominó “La Minga Caminando la palabra”; frente a este movimiento social el gobierno respondió enviando el Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios), la policía y el ejército con toda la tecnología para enfrentar la protesta, tecnología que fue modificada para hacerla más contundente y sucia, adicionando a el contenido de las granadas de gas lacrimógeno perdigones y tornillos, por esto varios indígenas de Ia minga perdieron sus ojos. Además del uso de armas antimotines, un indígena murió por un disparo de fusil, es decir, usaron armas de fuego para reprimir la protesta. El balance de la Minga en la Panamerica fueron 5 muertos y 90 heridos. La fuerza pública fue trabajad ideológicamente para enfrentarse con los indígenas con la premisa que ellos eran infiltrados por la guerrilla y que las acciones de contención de la toma de la panamericana debían ser agresivas y violentas pues se estaba tratando supuestamente con terrorista. El uso de las cámaras de video en manos de los indígenas que registraron la represión, puso en evidencia las mentiras del estado. La muerte de un indígena por una bala, que el gobierno apresuradamente afirmó que era por culpa de los manifestantes, se demostró, por el poder de la imagen, que había sido las fuerzas armadas las culpables de esta muerte, pues durante la minga se filmaron el momento que un policía tomo su fusil y disparo contra la marcha. Ellos demuestran con su dignidad y persistencia que hoy son un movimiento de gran importancia y solidez frente a la guerra que azota a Colombia y que está acabando a los grupos minoritarias: los afrodescendientes e indígenas. Sus culturas están amenazadas por los factores de la guerra entre el estado, los paramilitares y las guerrillas; sus territorios vendidos para megaproyectos de multinacionales como Quemada; el narcotráfico, que trae como consecuencia las fumigaciones con glifosato por parte de la policía antinarcóticos para acabar con los cultivos ilícitos de coca, fumigaciones que destruyen los cultivos de pancoger, contamina las aguas y afecta la salud de personas y animales, químicos que distribuye la multinacional Monsanto para alimentar la guerra. En este contexto las comunidades indígenas levantan su voz para no ser implicados en el conflicto por el respeto de su autonomía y territorios.
Continuando con la edición de “Testigos de un Etnocidio: Memoria de la Resistencia” después de la minga la agresión continua, el Tejido de Comunicaciones de los Cabildos del Norte del Cauca ACIN, fueron asaltados en su sede por pistoleros que robaron un computador vital de la organización, pues contenía la información de contactos, documentos e información de la página web de la ACIN, además de amenazar de muerte al administrador de dicha página a futuro esto traerá graves consecuencias para los integrante y el trabajo de la organización ya que la información que se llevaron los puede poner en riesgo de muerte. La Acin publicó el siguiente comunicado del hecho:
ATENTAN CONTRA LA VIDA DE COMUNICADOR DE LA ACIN
Hoy 7 de febrero de 2009, siendo cerca de las 3:00 pm llegaron dos hombres en una motocicleta a la casa de Gustavo Adolfo Ulcué, quién maneja todo lo técnico de la página web de la ACIN. Preguntaron por Gustavo y cuando el hermano abrió la puerta, enseguida los hombres lo encañonaron y se entraron a la casa. Buscaron por todas partes entraron a la habitación de Gustavo y se llevaron su computador portátil. Cuando salían le dijeron al hermano “Agradezca que no estaba Gustavo, porque si lo encontramos le hubiéramos hecho la vuelta completa”.
Este hecho se presenta en un contexto de agresión integral a los pueblos indígenas y de violación a la libre expresión. Gustavo Ulcué haca parte del Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida, que es la estrategia de comunicación para la resistencia desde donde no sólo se denuncia la agresión, sino que también se visibilizan las alternativas de vida que adelantan las comunidades indígenas y los procesos sociales y populares del país y de América Latina, y además se dan las bases mínimas de información pare que la comunidad reflexione, torne decisiones y actúe en consecuencia pare la defensa de la vida y el territorio.
Por esto, una vez más nos amenazan y nos sabotean, así como lo hicieron a finales del 2008, durante la Minga Social y Comunitaria, cuando bloquearon nuestra página web (www.nasaacin.org) y cuando nos dejaron sin emisora comunitaria, puesto que a mediados de diciembre a través de un acto de sabotaje premeditado, arrancaron los cables de protección de los equipos de transmisión, provocando así la quema de todos los equipos. Como consecuencia de esta acción, desde esa fecha la voz del pueblo Nasa está silenciada, estarnos vulnerables y en cualquier momento pueden cometer agresiones contra nuestro pueblo y no tenernos un medio efectivo como la radio pare movilizar a la comunidad.Este hecho se presenta en un contexto de agresión integral a los pueblos indígenas y de violación a la libre expresión. Gustavo Ulcué haca parte del Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida, que es la estrategia de comunicación para la resistencia desde donde no sólo se denuncia la agresión, sino que también se visibilizan las alternativas de vida que adelantan las comunidades indígenas y los procesos sociales y populares del país y de América Latina, y además se dan las bases mínimas de información pare que la comunidad reflexione, torne decisiones y actúe en consecuencia pare la defensa de la vida y el territorio.
El ataque a Gustavo Ulcué, y el robo del computador, evidencian una agresión contra el Tejido de Comunicación y Relaciones Externas de la ACIN. No nos sorprende que hayan ido a buscar a Gustavo ya que estarnos atravesando por un período particularmente crítico en el que pretenden silenciamos. Todas y todos los que hacernos parte de este Tejido de Comunicación nos sentimos en riesgo inminente, no porque hayamos cometido algún delito, simplemente porque decimos la verdad y defendemos la vida. Entonces, hemos sido amenazados y atacados porque no nos sometemos a intereses privados ni particulares, sino que hacernos reflexiones con la comunidad para que se tomen decisiones coherentes y consecuentes con el proceso político organizativo.
Afortunadamente Gustavo está bien. Nos declaramos en alerta máxirna y denunciamos de manera vehemente la persecución de que somos objeto por haber defendido abiertamente el proceso indígena y popular desde la ACIN y por ser voceros de la Minga Social y Comunitaria y de su agenda por la vida y la dignidad.
No haremos silencio porque la Libertad de la Palabra señala el Camino y la Vida.
Tejido de Comunicación y Relaciones Externas Santander de Quilichao, febrero 7 de 2009.
Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida. Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca - ACIN
Continuando con el exterminio Luis Evelis Andrade Casama, presidente de la ONIC denuncio la masacre que ocurrió con el pueblo Awa con otro comunicado:
NUEVA MASACRE AL PUEBLO AWA DE UNIPA EN NARIÑO
Comunica ONIC 011/9 de Febrero del 2009.
• Hasta ahora, se conoce del asesinato de 8 de los 18 indígenas Awa que fueron desaparecidos desde el pesado 4 de febrero.
• 7 indígenas desplazados y más de 1.300 confinados.
• Urge una Misión de Verificación.
El conflicto armado que vive Colombia y su política de Seguridad Democrática, cobra otra masacre a uno de los 102 pueblos Indígenas del
país.
El pasado miércoles, 4 de febrero, autoridades indígenas del pueblo Awa, que hacen parte de ¡a UNIPA, manifestaron que miembros del Ejército nacional sostuvieron enfrentamiento con subversivos de las FARC y el ELN, en el resguardo indígena Tortugal Telembí, entre los municipios de Barbacoas y Samaniego, del departamento de Nariño.
Después de ese duro enfrenamiento armado, donde la población civil, en
este caso el pueblo indígena Awa, viven en medio del conflicto, se registró la desaparición de 18 de 200 miembros de la comunidad del Bravo, mujeres y hombres fueron sacados amarrados, sin determinar aún
quienes de los tres fueron los responsables.
El sitio donde miembros de la comunidad testifican que se encuentran las 8 víctimas asesinadas con arma de fuego y cortopunzante, es un paraje empinado entre las comunidades de Picadero y El Bravo; zona montañosa y selvática a dos días de camino de herradura desde el Municipio de Samaniego y un día de camino de herradura de Buenavista, municipio de Barbacoas.
De los 26 resguardo que hacen parte de UNIPA, 5 comunidades del resguardo de Tortugal Telembí, como: Alto Telembí, La Naya, Voltiadero, Bravo y Picadero, cuya población asciende a más de 1.300 indígenas Awá, se encuentran confinados, y ya 7 de ellos (de dos familias) se encuentran desplazados en el corregimiento de Bellavista, Municipio de Barbacoas.
Cabe destacar que hace más de 6 meses, el pueblo Awa, vienen padeciendo de constantes bombardeos por parte del Ejercito Nacional, sobre todo en la zona fronteriza, máxime cuando ellos son binacional y muchos de los cuales se refugian o comparten con sus hermanos en el hermano país del Ecuador: Acciones de manera inconsultas con sus autoridades tradicionales, a pesar de “gozar” de una resolución defensorial del 2008 que conmina al Estado Colombiano a protegerla integridad total del pueblo Awá, (ver WV .onorC0/documentos).
Ante este nuevo hecho que enluta a los pueblos Indígenas de Colombia, la ONIC, como Autoridad Nacional de Gobierno Indígena, y siendo la UNIPA uno de sus afiliados regíOnale5 “condenamos una vez el genocidio sistemático que venimos padeciendo los pueblos indígenas de Colombia, que después de la Minga Nacional de Resistencia Indígena, y en lo que va corrido del 2009, llevamos más de 50 indígenas asesinados, cientos heridos y cientos desplazados” así lo determinó el ConsejeroSecretario General, Luis Femando Arias.
Como acción inmediata. La ONIC, convoca a la comunidad nacional e internacional a defensores de DDHH, al Sistema de Naciones Unidas, a
ser parte de una MISION DE VERIFICACIÓN de carácter URGENTE. Y a los demás Pueblos Indígenas de Colombia, “a respaldar a uno de los
nuestros, a mantenemos en ALERTA, en LEVANTAMIENTO INDÍGENA RUMBO A LA MOVILIZACIÓN DE LOS PUEBLOS, no podemos esperar otro Octubre, porque a este paso serán pocoS los que marcharán”, así lo puntualizó; el Consejero Mayor de la ONIC, Luis Evelis Andrade Casama.
AUTORIDAD NACIONAL DE GOBIERNO INDÍGENA – ONIC
“Por la Consolidación del gobierno propio de los pueblos... seguimos en Minga, porque el enemigo es el mismo y sigue muy campante”
Mi posición de asistir a este encuentro lo asumo como una tribuna para denunciar al mundo como se están exterminando los pueblos indígenas impunemente en Colombia, sin que ninguno de los organismos de defensa de derechos humanos se halla pronunciado, solamente la conferencia episcopal reunida en Bogotá, los obispos denunciaron la masacre y pidieron protección para pueblos indefensos que son solamente agricultores y que quieren vivir en paz en sus territorios y que
no quieren involucrarse en el conflicto.
“Testigos de un Etnocidio: Memoria de la Resistencia” Es una película que mostrará la persecución y asesinato de la población y líderes indígenas, pero también la resistencia de estos por defender su integridad, dignidad y autonomía, en un contexto de persecución, señalamiento y muerte.