El crítico de cine es la persona capacitada para evaluar y analizar una película determinada, de un determinado director y por supuesto, sobre una cinematografía o un género específico dentro de la misma. Cuando se lee Sinfonía inconclusa para cine cubano, de Frank Padrón Nodarse (filólogo, escritor, ensayista, crítico de artes y comunicador audiovisual), se evidencia que estamos ante un gurú en cuanto a crítica se refiere, de este medio expresivo.

Con una vasta experiencia, y diez años de redacción y conducción del popular espacio Cine de Nuestra América, (cumplidos el miércoles 28 de octubre pasado), Frank Padrón nos induce a penetrar en laberintos (algunos, aún soterrados y herméticos, otros más propicios a hilos salvadores) de nuestra producción cinematográfica. Las perspectivas, rumbos (ciertos o inciertos), altibajos y también logros del Séptimo Arte en Cuba, denotan lo que bien dice este especialista: "Como toda guerra compuesta de pequeñas batallas, no cabe duda de que muchas de ellas han sido (o van siendo) ganadas, en este arte que sigue perteneciendo a todos."

Contemplando una panorámica que marca su inicio desde los primeros pasos del cine cubano revolucionario, hasta las últimas y más actualizadas obras de éste nuevo siglo, analizadas todas con minucioso rigor; aunque enfocado de manera ilustrativa, el autor aborda todo un universo de aristas: enfoques, realizaciones/realizadores, publicaciones, música y guiones.

El cine en la década populista de los 80, análisis de categorías como los cortometrajes de ficción y animados, un merecido homenaje a la revista Cine Cubano, ostentadora de la condición ¨revista decana de América Latina¨, conceptos como cine oficial y sumergido, el tratamiento de la marginalidad y del sujeto homo-bi-transexual en el celuloide y audiovisual cubano, y textos críticos sobre la nueva oleada de jóvenes realizadores que; con más o menos aciertos, concursan y mantienen viva la pasión por el arte de la imagen y el movimiento como por ejemplo: ¿Quién dominó? de Ladys Roque, Bajo Habana, de Terence Piard, Calle G, de Aram Vidal y Erick Coll, son sólo algunos de los temas por los que se transita, amén de datos y cifras interesantes sobre la producción de películas cubanas en el bienio 2006/2007.

Es una lectura de obligada referencia, tanto por lo teórica, como por lo reveladora. Confiemos en que la sinfonía pulsada con maestría y excelentemente distribuida a través de diversos registros analíticos en el libro, llegue algún día a completarse. Por lo pronto, las palabras del autor suenan esperanzadoras: "Lo cierto es que, en la isla en pleno, el cine, en toda su amplitud y diversidad, en su complejidad y alcance, se ve, se disfruta, se analiza, se confronta."