FICHA ANALÍTICA

Entrevista a Rassoul Labouchin
Rassoul Labouchin, cineasta y escritor de la República de Haití
Gutiérrez Delgado, María Elena (1957 - )

Título: Entrevista a Rassoul Labouchin

Autor(es): María Elena Gutiérrez Delgado

Fuente: Revista Digital fnCl

Lugar de publicación: La Habana

Año: 2

Número: 2

Mes: Marzo

Año de publicación: 2010

Rassoul Labouchin, escritor y cineasta haitiano fue invitado por la Asociación Caribeña de Cuba a participar en un  conversatorio sobre la situación actual de Haití, tras el terremoto ocurrido recientemente en esta isla del Caribe. Junto a él, participó la Sra. Micaela Lafountain,  esposa del intelectual, y el  Sr. Jean Maxius Bernard, Consejero para asuntos culturales de la Embajada de Haití en Cuba y miembros de la comunidad de haitianos y descendientes en nuestro país.

El intelectual haitiano, unido a su actividad creativa literaria y cinematográfica, ha sido consultante del Programa nacional de alfabetización de Haití, Consultor del Teatro Nacional de su país y miembro del Comité Gestor de la Conformación de la comunidad haitiana en Cuba desde hace 20 años. En estos momentos integra el Comité de Selección de las películas que conformarán la Tercera Muestra Itinerante de Cine del Caribe para el próximo mes de Julio donde Haití participa con 17 películas.

La Sra. Lafountain también es un pilar de la cultura haitiana y ha laborado en el sistema de educación haitiano y en el servicio cultural de la Embajada de Haití en Francia durante 14 años.

Durante el conversatorio (en idioma creole) apuntó que Rassoul Labouchin, es su nombre artístico, con el que se ha dado a conocer en el mundo cultural, con el que ha escrito sus poesías y sus realizaciones cinematográficas. Al referirse a la historia de su país, precisó que muchos años antes de que los españoles llegaran a la isla, ya el territorio insular tenía ese nombre, que le fue puesto por los indios taínos, pues en ese tiempo el país estaba dividido en cinco grandes cacicazgos y   departamentos con una población muy dócil que nunca pensó en la guerra.

Los caribeños salieron de la parte del golfo de México y llegaron a su país a hacer la guerra, donde encontraron una población pacífica que les ofreció una parte de la tierra si la deseaban cultivar y vivir en paz. Fue así como los caribeños le cedieron una porción del país con lo que formaron el sexto cacicato, pues siempre se dice que existieron cinco, pero en la historia de Haití ese tema nunca se toca. “Cuando Colón desembarcó en mi país encontró un pueblo apacible que lo recibió con todo su corazón y con los brazos abiertos –señaló- pero los conquistadores españoles doblegaron a ese pueblo y lo pusieron a trabajar como esclavos y mataron mas de un millón de personas.”
“Este terremoto que acaba de ocurrir en Haití no mató más gente que la que mataron los españoles y podemos decir que ni el ciclón, ni el terremoto, ni todo lo que ha pasado por esa isla no ha hecho tanto daño como lo hizo la colonización española, el desembarco de los norteamericanos en mi país y las matanzas de los dictadores en la Isla como Duvalier y  muchos otros” -puntualizó.

“Nosotros como caribeños, haitianos nativos o descendientes de esa nación cuando no podemos luchar contra el terremoto o contra los ciclones naturales, sí podemos luchar contra el ciclón que es el imperialismo internacional; un gran peligro para el provenir de todos los países del Caribe y para todos los pueblos latinoamericanos y del mundo”, añadió. “Es por eso que cuando fui invitado a esta conferencia en la Asociación Caribeña de Cuba, no me detuve un segundo y dije: yo estoy aquí con ellos, estoy aquí como caribeño con la misma sangre que nos nutre”.

Asimismo, expresó que las obras literarias, las obras cinematográficas que ha escrito y que va a continuar escribiendo van a estar llenas de ese amor caribeño. “Es por eso que durante la etapa de Duvalier estuve tres veces en prisión –añade-, hice tres exilios, el primero en México, el segundo en Francia y el tercero aquí en Cuba y en este último país, en esa época encontré muchos descendientes y comencé a crear una gran asociación de descendientes haitianos en Cuba.  Por aquella etapa invité a Marta Jean-Claude y a otros 22 cubanos, sin existir relaciones diplomáticas entre ambos países, a actuar en Haití, pero estaba convicto y a los pocos días después de regresar a Haití, la misma cúpula del país me expulsó del trabajo. Pero continué luchando por las relaciones entre los dos países y fundé una gran asociación de amistad precisamente un 26 de julio. Así, monté una pieza de teatro donde prevalecían las relaciones entre Cuba y Haití.

Yo creé las condiciones, llevé adelante el programa Yo sí puedo para educar a mi pueblo y realizamos 56 filmes de una hora cada uno. Fueron 56 horas de filmaciones que sirvieron para alfabetizar al pueblo haitiano, principalmente a los que no sabían leer y escribir. Pero ahora con el terremoto, por poco muero y Micaela también, la casa donde vivíamos cayó. 

A continuación relató los hechos acaecidos por el terremoto en su país, el sufrimiento provocado por el gran temblor, el derrumbe de casas e instalaciones, la tragedia vivida por niños que salieron a la calle y sus padres atrapados debajo de los escombros y las calles minadas de cadáveres. Más del 80 % de la población de las casas caídas, murió.

“Después de tres días en casas de campañas, Cuba hizo lo posible para que yo viajara acá, pasé dos noches en Santo Domingo, se hicieron muchas gestiones para que viajara y recibí la autorización para viajar sin pasaporte puesto se me había perdido. Ya estoy aquí con ustedes en Cuba. Hay una pieza de teatro que se montará y que será trasmitida por la televisión titulada La Paloma de Guantánamo que, de seguro, les resultará muy interesante.

Finalizada la conferencia, el cineasta haitiano, respondió a preguntas realizadas para su posterior publicación en la Revista Digital de la FNCL.

¿Qué  ha significado el cine para usted?

El cine para mí significa cosas muy importantes, tengo que decir, por ejemplo, que a la edad de siete años en la Escuela de Sacerdotes donde estudié, empecé a ver las películas de Charles Chaplin, las películas de los grandes directores de la época. Era una escuela de sacerdotes pero era muy buena y tenía más o menos ocho pisos. El día del terremoto la escuela cayó. Después, mi papá, cada fin de semana, nos llevaba a mi hermano y a mí a la Sala de Cine para ver películas. Es decir que, temprano en mi vida, empecé a ver películas y me ha apasionado desde entonces. En 1974, un gran cineasta francés estuvo en mi país para realizar una película a partir de la gran novela de Jacques Roumain llamada Los gobernadores de Rocío. Ahí participé como actor, como amigo del protagonista y participé también en miles de cosas y lugares y desde ese momento fue una locura para mí, así dos o tres años después hice un guión que se llama Yo hablaré, de 25 minutos y se convirtió en una película muy bien pensada para el público. Posteriormente, con una beca obtenida en 1980 hice mi primera película Anita, un corto de 46 minutos, considerado como la primera película de gran éxito en Haití. Después he participado en casi 20 películas o más como actor, guionista, director. La última película en la cual participé es la película de mi hijo realizada en una pequeña ciudad. Se titula Los cimarrones del alfabeto y recibió el primer premio en Canadá. Ahora él se encuentra en Cuba realizando una película con los canadienses, como ingeniero de sonido. Lleva el cine en la sangre.

¿Considera usted que existe un “nuevo cine haitiano”?

No puedo decir eso de manera categórica. Vamos a tener un nuevo cine, pero hasta ahora caminamos lentamente, porque generalmente a los jóvenes, les falta algo muy importante. Tenemos una gran riqueza natural pero ellos no consultan las novelas, las obras de teatro, los cuentos populares y realizan películas que no muestran muchas cosas. Abordan una realidad que muchas veces nos hace preguntarnos ¿dónde sucede esto? Y casi siempre faltan raíces culturales en esas películas.

Entonces, ¿pronto habrá obras literarias haitianas adaptadas a producciones  cinematográficas? Quisiera que se refiriera a los logros y carencias en la cinematografía haitiana.

Hay muy buenas novelas. Los nuevos cineastas, si consultan esas obras, los cuentos populares, la vida de cada día en Haití, deben abrir la puerta a ese nuevo cine haitiano. Ese es mi sueño.

Pero falta, sobre todo, la propia cultura de Haití en esas películas. Hay derroteros, hay materiales para trabajar, pero los autores no tienen la conciencia de actuar sobre la actualidad. Este es un mensaje que les dirijo a los nuevos realizadores.

¿Qué nos comenta de la obra de cineastas haitianos como Raoul Peck y Arnold Antonin?

Primero a Raoul Peck, lo considero como un gran cineasta de mi país, y yo soy el escritor haitiano que ha hecho el artículo más largo a propósito de su primera obra. Él ha dirigido otras  películas -El profeta entre otras muy buenas. Es, en mi opinión, un hombre que puede hacer y empezó haciendo cine nuevo. Y Arnold Antonin que empezó por películas documentales, las primeras a mí no me gustan mucho pues tratan de Duvalier y la dictadura y yo se lo he dicho. Pero en la actualidad el documental es un pilar del cine. Él ha hecho una película documental pero con ficción. Una mezcla de ambos. Y la ficción, en el cine, tiene también un papel importante. Para mí, pensar un documental sólo documental, no me gusta. Creo que debe tener raíces culturales, en la realidad, en la cultura del pueblo y esta es una vía por donde empezó con Yo soy el ganador.

¿Qué inspiración tuvo cuando realizó Anita?

Yo era pequeño con siete u ocho años cuando estudiaba en la Escuela de Sacerdotes. Yo no tengo nada que ver con los sacerdotes ahora, pero tengo que decir que ellos me dieron una buena formación, la formación humana y no creo en ningún Dios, pero siempre la gente me dicen: Rassoul, si usted no cree en ningún Dios, tiene que tener fe en el hombre y una moral muy fuerte.  Cuando era muy pequeño recuerdo que en la casa vivía una doméstica y ella tenía que contarnos cuentos los fines de semanas, viernes, sábados y domingos, el resto de los demás días no. Pero un día lunes o martes, recuerdo que ella, una jovencita de catorce o quince años,  me contó un cuento popular con la canción y yo la admiré y me enternecí al ver como cantaba con mucha dulzura y lirismo. Al ver aquello mi tía la castigó y la golpeó y yo le reproché: No puedes hacer eso, no es bueno lo que haces y después olvidé lo que sucedió y en 1980 realicé Anita, a propósito de aquella niña doméstica.

Recuerdo que durante la presentación de la película en la sala de cine había una chica de siete años aproximadamente que me dijo: “Sr. Rassoul, el soldado que usted mostró en la película…”. Y yo le dije: ¿quién me habla, quién eres? Y ella me respondió: “mi papá es tu primo y está en la sala con tu tía”. Y todos  aplaudieron. La pequeña agregó: “por lo que tú cuentas en la película yo lloro porque recuerdo bien que yo fui golpeada también”. Era una película que traducía parte de mi infancia, porque el hombre y la mujer siempre rememoran su infancia.

¿Qué nos dice del nuevo cine latinoamericano?

Es una riqueza porque es un cine que traduce las luchas de esos pueblos para realizar un sueño grande, para transformar sus países, para llegar al desarrollo, para llegar a una mejor manera de vivir, para mejorar la vida del latinoamericano. En una novela mía que se llama La Paloma de Guantánamo se representan el realismo y las grandes potencias como un lugar de diablos y pienso que Anita es una película muy simbólica, en esta se denuncia lo mal hecho, lo que nos impide avanzar en la vía del desarrollo, de la democracia real y simula la lucha por la desocupación para una nueva humanización del hombre latinoamericano y del mundo.

¿Acerca del movimiento caribeño actual, que desea resaltar?

Es parte de toda América Latina y de toda América porque Estados Unidos y Canadá, sobre todo Estados Unidos, piensan que ellos son los únicos americanos. Yo soy americano y si yo lucho contra el imperialismo norteamericano es porque creo que es una manera de llegar a una sola América sin el imperialismo. Pienso que un día, en un momento en una época, Estados Unidos también va a transformarse. ¿Cuándo? Nadie lo puede saber y existe también la posibilidad de que Estados destruya todo el planeta. Eso es lo peligroso.


FICHA TÉCNICA DE LA PELÍCULA ANITA.
        
Título Original: Anita        
Dirección: Rassoul Labuchin
    
País(es): Haití        
Formato: 16 mm        
Categoría: Ficción        
Tipo: Color        
Duración: 48 min.        
Año de producción: 1980        
        
         
Productora: Production Novib, Pays Bas-Haiti.        
Guión: Rassoul Labuchin        
Producción: Rolf Orthel        
Fotografía: Cees Samson        
Edición: Kees Kuiper        
Música: Rodrigue Montfleury        
Sonido: Hans Fels        
Intérpretes: Chantal Guerier, Magalie Marcelin, Suzelle Auguste, Marguita Faruil, Rodrigue Montfleury        
Otra(s) informacion(es): Realizada y presentada en Haití por el Movimiento Haitiano por la Emancipación de la Infancia. En el filme se funden realidad y ficción para producir una sinfonía de imágenes. Al presentar esta mezcla de elementos reales y fantásticos, Labuchin se apropia de los caminos trazados por escritores como Carpentier y García Márquez. Disponible en créole y subtitulada en francés.        
         
Algunos premios y distinciones:         
1981, Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Edición 3º, Ficción, Segundo Premio Coral        



FILMOGRAFIA DEL CINEASTA.
Dirigió el filme de ficción más conocido de los realizados en Haití: Anita (1980) que recibió apoyo internacional y en algunos festivales, y que durante años fue proyectado hasta dos veces a la semana en la televisión nacional. Anita lo obligó al exilio, pero luego regresó en diversas ocasiones a su país, cuando lo permitían las circunstancias políticas. Llegó a ser incluso alcalde de Port-au-Prince, y siempre batalló por lograr el estímulo a las actividades artísticas, incluida la creación de un mural muy grande en torno al principal cementerio de Haití.

Labuchin cree que los haitianos están particularmente orgullosos de su pasado. "El pasado turbulento de nuestro país ha sido inspiración para numerosos autores. Los artistas suelen devolverle al pueblo la historia de su país". Estos razonamientos vinieron a cuento cuando dirigió la ópera Le Mariage Linglinsou, un trabajo de dimensiones épicas que forma parte de la tradición poética anclada en la oralidad ancestral

Referencias en el Portal:
 Anita, 1980, Dirección





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