FICHA ANALÍTICA

El sacro silencio de la mafia según Pavel Giroud
Crespo, Cecilia (1987 - )

Título: El sacro silencio de la mafia según Pavel Giroud

Autor(es): Cecilia Crespo

Fuente: Revista Cine Cubano On Line

Número: 9

Año de publicación: 2008

Pavel Giroud dirigiendo a Manuel Porto.Pavel Giroud no deja de ser noticia… Parece no importarle otra cosa que el cine, pues no cesa en su empeño de crear. Regresó al plató luego del exitoso periplo de su multilaureada opera prima, La edad de la peseta (2006), y de culminar el capítulo dedicado al jazz perteneciente a una serie de documentales sobre nuestro acervo musical, bajo la batuta de la realizadora Rebeca Chávez. Recién culminó de rodar Omertà, proyecto que se alzó con el Coral al mejor guión inédito en la vigesimoséptima edición del Festival de La Habana. El título resulta inquietante por su significado: pacto sagrado de silencio de la mafia siciliana, y fue utilizado por el afamado escritor italiano Mario Puzo en 1999 para designar la tercera parte de la saga de El Padrino, publicada un año después de su muerte. Aunque resulten análogos en su denominación, no guarda ninguna relación temática la Omertà de Pavel con la obra póstuma del novelista y, aunque huela a pura mafia, su principal objetivo no es registrar las peripecias de los connotados personajes de la cosa nostra que poblaron La Habana de los cincuenta en el pasado siglo.

La película se filmó en treinta y tres llamados y en formato digital de alta definición, con una técnica muy similar a la utilizada en Madrigal, de Fernando Pérez. «Con La edad de la peseta ya cumplí el sueño de rodar en 35 mm, ahora quiero aprovechar todas las virtudes de esta otra tecnología que será nueva para mí. En cada cinta, además de enfrentarme a universos bien diferentes en el relato, me gusta toparme con nuevos rigores técnicos. Son todos alicientes para la creación», comentó Pavel a Cine Cubano cuando lo sorprendimos en los últimos momentos del rodaje. El elenco está encabezado por Manuel Porto y le acompañan Kike Quiñones y Yadier Fernández. Se encuentran además los actores españoles Teresa Calo y José Ramón Argoitía, y varios actores del patio como Michaelis Cué, Mayra Mazorra y Ulyk Anello, entre otros, que comparten la escena con otros más experimentados. Giroud está doblemente comprometido con su público a causa de la tormenta mediática en la que estuvo sumido gracias a su anterior entrega. Esperemos que sepa asumir este nuevo reto y librarlo con las soluciones a las que su talento nos tiene acostumbrados. Mientras aguardamos los resultados, debemos conformarnos con estas declaraciones que logramos arrancarle en la locación principal entre gritos de: «¡Corten!» y «¡Acción!», a algunos de los integrantes del staff de la película, y entre micrófonos y luces.

Conversando con el primer responsable

Comenzamos nuestro recorrido por Omertà de la mano de su director y guionista Pavel Giroud, quien poco a poco respondió algunas de las interrogantes de esta reportera, mientras me mostraba algunas de las remodelaciones realizadas al Palacio de los Matrimonios del Vedado para la película, lugar donde transcurre la mayor parte de la trama.

¿En qué te inspiraste fundamentalmente para gestar el argumento?

La verdad es que no lo tengo aún muy claro. Usualmente comienzo a escribir el guión a partir de una estructura básica que voy madurando y después que ya tengo un planteamiento bastante sólido y los principales giros dramáticos predeterminados, pero en este caso no fue así. Omertà parte de una idea índice: la de una mujer atada a una silla en su propia casa mientras tres hombres rompían el suelo en busca de un tesoro. En un inicio, me interesaba contar la historia de esta mujer y, como premisa, el hecho de que no hablara en todo el filme. Luego me interesó más uno de los otros personajes y focalicé la historia desde su punto de vista.

¿Cómo elegiste al protagonista?

Manuel Porto y José Ramón Argoitía, durante el rodaje de "Omertà"La selección de actores no fue muy diferente a la que se hace en cada película: encontrar al adecuado. Desde que terminé mis últimas versiones tuve muy claro que Manuel Porto era el indicado para interpretar a mi protagonista, un antiguo guardaespaldas de gangster, que ahora, en la Cuba de los sesenta comienza a verse fuera de lugar y sin mucho que hacer, con el mundo a punto de caerle encima.

¿Cuánto hay del título en la cinta? ¿Por qué Omertà?

Omertà es una palabra que encierra muchas derivaciones y terminó siendo utilizada para nombrar el código de silencio de la cosa nostra, uno de los tantos grupos mafiosos, este con su base de gestación en Sicilia. Más que una ley, es un pacto, y quien lo incumpla paga con la vida, como ha ocurrido en varias ocasiones. Omertà incluye insubordinaciones, traición y todo lo que se salga de lo estipulado por las familias. En la película, el término tiene una aplicación que, aun cargada de ironía, soporta el peso de una trama que habla, entre otras cosas, sobre la dignidad humana. No puedo darte más datos sobre su presencia en el filme, porque terminaría contándote alguna que otra sorpresa dramática.

¿Qué puntos en contacto y qué diferencias estableces entre este nuevo proyecto y tus anteriores creaciones?

Con La edad de la peseta, casi nada, salvo el hecho de que en esta también hay pocos personajes sobre los que descansa el peso de la trama, encerrados mucho tiempo en una casa. Formalmente, tendrá más que ver con mis primeros cortometrajes, una cámara más libre y un montaje más dinámico, porque la historia lo pide a gritos.

¿A qué se debe esa predilección por las décadas del cincuenta y del sesenta en La Habana que evidencias en tus filmes?

No me canso de decir que aunque me atrae el pasado y soy un nostálgico empedernido, las historias son las que me escogen a mí. Yo no escribí mi anterior filme; la modelo de los años cincuenta que aparece en Flash fue una sugerencia de Senel Paz, pues en mi primer borrador era simplemente una aparición. Y ubicar Omertà en los sesenta fue sugerencia de varios lectores, porque en el borrador que ganó el premio en el 27 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, la historia era actual. Lo cierto es que en todos los casos ha salido beneficiado el relato con esta perspectiva nostálgica.

¿Qué te propones con esta nueva entrega?

Ante todo, divertirme. No disfruté plenamente el rodaje de mi anterior filme porque sentí mucha presión. Ahora estoy más relajado y sin pensar demasiado en las consecuencias que me traería meter la pata. Siempre se dice que la segunda es la más difícil, pero esta casi es mi tercera, porque mi corto de Tres veces dos me generó la presión de la primera vez, por lo que en La edad de la peseta asumí la precaución de la segunda, la difícil. Además, Omertà se supedita a un género en el que me siento más cómodo como espectador y realizador. Lo etiquetaría como un drama cargado de ironía, humor y una gran dosis de cine negro.

Claro que me gustaría que me quedara bien, pero eso lo quiere todo el que filma. Es muy fácil errar en el cine. El límite entre el bien y el mal es tan estrecho y subjetivo, que unas sutilezas pueden destruir el más planificado de los trabajos. Lo mejor que me ha pasado con este filme es que se haya realizado, pues fue un guión que, tras ser rechazado en una primera versión por el ICAIC y dormir dos o tres años en una gaveta sin tener mucha fe en él, resucitó como el ave Fénix, por lo que trataré de que no caiga en su intento de vuelo.

Tras las luces y las sombras de Omertà

La dirección de fotografía es uno de los factores determinantes en cada película, en la que todos sus componentes tienen que ir, como las piezas de un reloj, determinando cada uno el movimiento del otro. En esta ocasión –y desde hace más de seis años– Pavel apostó por Luis Najmías, graduado de la Escuela de San Antonio de los Baños, quien se alzó con el Coral de mejor fotografía en la edición número 28 del Festival de La Habana por su trabajo en La edad de la peseta. La historia común de este fotógrafo con el director es demasiado larga como para contarla en este reportaje. Desde que trabajaron juntos por primera vez casi no han podido separarse. A este artífice de la cámara lo pude atrapar en un instante en que faltó el fluido eléctrico en el set y aproveché para ir tras las especificidades de las luces y las sombras de la cinta.

«El tratamiento fotográfico de esta película es muy distinto a mi anterior trabajo. La concepción de La edad…era mucho más clásica que esta, que siendo también un filme de época, tiene un tratamiento más moderno. En la anterior había muchos planos largos, dollys, la cámara muy fija, con una precisión casi extrema, y en este caso aparece más las cámara en mano, hay mucha agresividad, por llamarlo de algún modo, sin perder la sensación de la época que se determina en la dirección de arte y de vestuario. La combinación de los colores del lugar con el tipo de luz que deseo emplear para que contribuya al dispositivo visual de la película, ha sido de gran importancia. He tratado de que cada locación tenga un color, un tono, un contraste que la distinga de manera tal que, como casi siempre estamos en la casa, sea sencillo para el espectador darse cuenta de que salimos de esa locación.»

Trabajar con Pavel…

«Pavel y yo tenemos muchas cosas en común, ambos somos cinéfilos empedernidos y hasta compartimos los gustos cinematográficos. Es un realizador que tiene mucha seguridad en lo quiere hacer, tiene un mundo visual muy rico que me hace esforzarme y trabajar con mucha precisión. Lo mío es buscar la luz para la historia que quiere contar, para que todo vaya en la misma dirección. Estoy muy satisfecho por como ha ido quedando todo y loco por ver, al menos, un primer corte para apreciar el resultado.»

Revivir una época

Trasladar el pasado mediante objetos alegóricos a determinados períodos de tiempo logrando una atmósfera coherente en la cinta, es tarea del director de arte, profesional encomendado, junto al director de fotografía, para componer la atmósfera, seleccionando aquellos elementos ambientales distintivos, a fin de lograr cierto clima y verosimilitud. Es el encargado de concretar la línea artística y estética que se respira en el filme. Entre paredes verdes y rosadas, y muebles recién restaurados encontré al experimentado Onelio Larralde, responsable de la concepción estética de Omertà, con el cual hacía tiempo que Pavel quería trabajar y quien, al decir del propio realizador, «es la persona indicada según su cultura cinematográfica y sensibilidad para desempeñar esta labor en mi película».

«Había una línea de trabajo impecable, como mismo quería Pavel, para ir en correspondencia con lo que predomina en la película. Por ser Omertà un filme de época, lleva una serie de objetos que encontramos en mal estado y tuvimos que reparar. Los elementos de los sets, en la casa de Rolo Santos, parten todos de una idea conceptual referente a los tonos dorados evocando el oro escondido. Se evidencian contrastes de colores oscuros y claros muy elementales. El diseño generalmente es muy minimalista y la semiótica influye, sobre todo, al trabajar una línea circular en los objetos de la casa en correspondencia con el ciclo de vida del protagonista, por lo cual se llevó todo a círculos, gracias a distintos elementos del diseño que dieron estas impresiones.

»La cinta pretende ser una superproducción en cuanto a imagen y aunque en realidad contamos con un presupuesto medio, logramos óptimamente los ambientes exteriores de las distintas épocas. La casa principal cambia de apariencia en dos ocasiones por lo que tuvimos que reciclar el mobiliario respetando siempre los códigos del cine negro. Rodar con Pavel fue muy fácil porque también es diseñador y ambos nos complementamos.»

Vestir la escena

La presentación y composición exterior de los personajes de esta historia, fue tarea de la diseñadora de vestuario Nanette García. Con ella indagamos sobre la imagen de estos actores.

«Desde que realizamos el primer trabajo de mesa en función de la concepción estética de la película, me quedó muy claro que el vestuario se movería por los códigos del cine negro, por lo que los azules, negros y grises aparecen con mayor fuerza. Inmediatamente le propuse a Pavel que el personaje de Silvana, única mujer de la historia que transita por las tres épocas, fuera el único que se saliera de esas gamas de colores fríos, para marcar una pauta desde su vestimenta. Llevaría colores cálidos y como punto de enlace coherente todo el tiempo se utilizaría el mismo tejido, solo variando el modelo según la época, lo cual fue aprobado por Pavel. La tela es de un color mamey, muy llamativo, ya que es un personaje muy contenido, que apenas habla durante toda la película, y esto contribuya a que se exprese por la ropa.

»Tuve que investigar sobre estas épocas, desconocidas por mí y estoy muy satisfecha por la forma en que ha salido todo. No es una película compleja porque son pocos personajes y casi todo transcurre en una sola locación. La mayor parte del vestuario tuvo que ser confeccionada para la ocasión, por los requerimientos de la película.»

De Porto a Rolo Santos

Manuel Porto.En una película de pocos personajes, gran parte de la responsabilidad recae en su protagonista. Pavel siempre supo que Manuel Porto iba a ser Rolo Santos, lo cual me acaba de confesar, y concuerdo con él en que no podía ser otro el seleccionado. Los actores le cuentan al público acerca de sus personajes mediante la actuación pero en exclusiva para los lectores de nuestra revista Porto comentó acerca del suyo.

«Rolo Santos tiene unos sesenta años. Es un verdadero hombre de la mafia de aquellos tiempos, que fue licenciado debido a su edad. Acaba de triunfar la Revolución y con este cambio se encuentra bastante perdido porque se ve fuera de contexto completamente. No sabe a qué se va a dedicar, ni tampoco a qué asirse. Creo que es un hombre que pudo haber existido perfectamente, es fiel a los amigos y a la organización a la que pertenece. Cree ciegamente en su profesión y sabe que si incumple una serie de patrones le cuesta la vida. El cambio social del cincuenta y nueve lo sacude bastante, aunque se le presenta una última oportunidad en su vida. Es un tipo valiente. Rolo y Porto se asemejan en la decisión de hacer las cosas y concordamos en ciertos conceptos filosóficos de la vida, aunque nuestra ideología es muy diferente.»

¿Qué impresiones podría comentarme del rodaje y del equipo de trabajo?

Creo que hemos logrado una gran química, una empatía fenomenal en este pequeño grupo de actores y de técnicos. Pavel es muy talentoso e inteligente. No solamente manda, sino que sabe escuchar y está abierto a sugerencias. No creo que sean muchos los equipos que logren lo que hemos obtenido nosotros. Con Pavel se cumple aquello de que el talento no tiene edad. Lo mismo sucede con los jóvenes actores, que hacen un trabajo muy serio y satisfactorio. Kike y Yadier, teniendo dos personajes muy difíciles, los supieron afrontar con dignidad, al igual que los intérpretes españoles. Es primordial la retroalimentación que se logra cuando todo fluye. Lo más importante para mí en este tipo de trabajo es que seamos un verdadero equipo y esto se ha conseguido con creces.

Antes de marcharme, Pavel me da las conclusiones.

«Nunca me había sentido tan bien rodando y lo mejor es que siento que a todos les pasa igual. Otra vez me sucede lo mismo que en mi anterior filme, paso mucho tiempo en una sola casa y rodeado de pocos personajes. Estamos en la casa del antiguo jefe de Rolo, en la que hay oro escondido y del cual este se quiere apropiar como última misión en su vida. El tesoro es muchas cosas, como el Santo Grial, es el crecimiento como ser humano, el darse cuenta de que envejecer no es el fin del mundo, sino otro escalón. Trabajamos en otras locaciones, como varias calles de La Habana y los alrededores del Hotel Nacional, lugar que tiene mucho que ver con el universo de Rolo. Sobre el staff, ¿qué te voy a decir? Luis ha ido creciendo conmigo en casi todo lo que he hecho en los últimos seis años. Es muy cómodo trabajar con él porque la comunicación es magnífica, con solo mirarnos ya sabemos lo que funciona y lo que no y, de vez en cuando, me sorprendo desempeñando su rol o él el mío.

»Desde mis últimos borradores Porto era el actor elegido por muchas razones. Por la clase de actor que es, por su mirada, su voz y su talento, claro está. Lo admiraba desde niño, aunque él físicamente ni siquiera se acercaba a mi primer Rolo Santos. Cuando decidí que era él, empecé a transformar el personaje para que se le pareciera y entonces todo el que leía el guión coincidía en que Porto era el actor ideal. Lo describía pasado de peso y con mirada de tigre. Con Onelio fue una fructífera experiencia, siempre es bueno sentirse respaldado por alguien como él, al igual que por Nanette y el resto del equipo.»

¿Cómo le contarías la película a un lector futuro espectador?

A Rolo Santos está a punto de derrumbársele la vida, pero un grupo de policías que lo tienen rodeado le inyectan la suficiente adrenalina para terminar su vida como lo que es, un tipo duro…


 



Descriptor(es)
1. CINE CUBANO
2. GIROUD, PAVEL (GIROUD EIREA, PAVEL), 1972-

Web: http://www.cubacine.cult.cu/sitios/revistacinecubano/digital09/cap05.htm