FICHA ANALÍTICA
Noticiero
Río Fuentes, Joel del (1963 - )
Título: Noticiero
Autor(es): Joel del Río Fuentes
Fuente: Revista Cine Cubano On Line
Número: 14
Mes: Abril - Junio
Año de publicación: 2009
Nueve sellos postales y una hoja filatélica, a propósito del 50 aniversario del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), fueron cancelados por Omar González, presidente del ICAIC; Jorge Luis Perdomo, viceministro del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones; y otras personalidades relevantes del cine cubano, en el Centro Cultural Cinematográfico, a finales del mes de mayo. A nombre de los artistas, cineastas y trabajadores del ICAIC habló al numeroso público asistente el realizador Enrique Pineda Barnet, quien expresó su satisfacción por la cancelación de estos sellos y porque de esta manera quedará reflejada para la historia cultural de la nación el desarrollo del cine cubano en estos 50 años.
La emisión consta de nueve sellos así como de una hoja filatélica dedicada especialmente a Gutiérrez Alea y a dos de sus mejores películas, Memorias del subdesarrollo y Fresa y chocolate. En el resto de los sellos aparecen, en primer plano, los protagonistas de Lucía, de Humberto Solás; La primera carga al machete, de Manuel Octavio Gómez; Retrato de Teresa, de Pastor Vega; El hombre de Maisinicú, de Manuel Pérez; Clandestinos, de Fernando Pérez; La bella del Alhambra, de Pineda Barnet; Elpidio Valdés, de Juan Padrón; Reina y Rey, de Julio García-Espinosa y Noticiero ICAIC Latinoamericano, de Santiago Álvarez, filmes representativos de nuestra cinematografía.
«Es un privilegio que la cancelación haya contado con tantas glorias de la cultura cubana y figuras fundacionales», expresó Omar González al finalizar la jornada en la que además participaron las actrices Isabel Santos, Verónica Lynn y Eslinda Núñez; el actor Raúl Pomares; los realizadores Julio García-Espinosa y Manuel Pérez; y Elia Solás, hermana del desa-parecido Humberto Solás. Esta es la primera vez que se presenta en Cuba una emisión oficial que cuente con un número tan grande de sellos y que además refleje tantas imágenes de los clásicos del cine cubano producido por el ICAIC.
Si la inmortalidad de una obra poética se midiera solamente por la cantidad de personas que hicieran suyos ciertos versos, el uruguayo Mario Benedetti descansará entre los líricos imperecederos, porque de seguro se cuenta entre los escritores latinoamericanos más recitados, copiados y admirados. Sus relatos (cuentos y novelas) fueron motivo también de numerosas versiones teatrales, televisivas y cinematográficas. Después de haber publicado Esta mañana y otros cuentos (1949), Poemas de oficina (1956) e Ida y vuelta (1958), le llegó el turno a La tregua (1960), que muy pronto fue entendida por millones de lectores como un texto netamente romántico y devino su novela más conocida. Entre diversas adaptaciones al cine, la televisión, el teatro y la radio, merece mencionarse la primera versión fílmica, aquella de 1973, dirigida por Sergio Renán, en el breve momento de auge que tuvo el cine argentino luego del retorno peronista. Mientras la película se filma y se estrena, ocurre en Uruguay el golpe de Estado del 27 de junio de 1973. Benedetti parte al exilio en Buenos Aires, luego a Perú, donde fue detenido, deportado y amnistiado, para después instalarse en Cuba, en el año 1976. Dado su éxito como adaptador de La tregua, Sergio Renán se encargó de versionar, en 1985, Gracias por el fuego, una novela finalista al premio Seix Barral que se extendía en el tema del conflicto generacional, ya presentado en La tregua. Junto con Oliverio Girondo y Juan Gelman, Benedetti sería el principal homenajeado por la comedia romántica y surrealista que es El lado oscuro del corazón (1992), donde el director Eliseo Subiela filmó al poeta declamando y además ponía en boca de su febril protagonista (Darío Grandinetti) algunos de los versos más célebres de Benedetti, como la inefable Táctica y estrategia, o Corazón coraza. Si las letras y el audiovisual latinoamericano se han comprometido poéticamente con el universo de Benedetti, también la música popular le debe grandes creaciones. Con su compatriota Daniel Viglietti realizó el recital de poesía y canciones «A dos voces» en 1985 y 1994, Joan Manuel Serrat en 1986 le dedicó todo un disco, El sur también existe, con poemas musicalizados tan hermosos como «Una mujer desnuda y en lo oscuro» y la argentina Nacha Guevara convirtió en un himno aquello de «si te quiero es porque sos, mi amor, mi cómplice y todo, y en la calle codo a codo, somos mucho más que dos». También han cantado sus poemas Pablo Milanés, Joaquín Sabina, Pedro Guerra, Juan Carlos Baglietto y Sara González. No habrá necesidad de edictos oficiales ni decretos de cultura para que la obra de Mario Benedetti permanezca en el lado más hermoso y bienaventurado de nuestras emociones, hablando para siempre, desde el papel o desde la pantalla, del amor, la muerte, el paso del tiempo, la soledad y la esperanza.
Entre los primeros días de junio y hasta el primero de julio, se efectuó en más de treinta subsedes por toda Cuba, el XII Festival de Cine Francés, considerado el más importante de su tipo fuera de las fronteras del país europeo. El encuentro fue organizado por el ICAIC, la embajada de Francia y la Alianza Francesa, y comprendió la exhibición de 29 largometrajes y numerosos documentales –la más alta cifra de filmes hasta esta edición– de los cuales 21 son estrenos en Cuba. El director general de la Alianza Francesa en Cuba, André de Ubeda, dio a conocer que la selección de las películas incluyó tres ciclos: películas contemporáneas de estreno en la Isla, óperas primas, casi todas premiadas en importantes festivales de cine, y un homenaje al veterano cineasta Alain Resnais. Además, destacó que este festival resulta muy especial porque es el que más público reúne fuera de Francia. En la versión pasada alcanzó más de ciento veinte mil espectadores en Cuba. Además de la exhibición en las principales ciudades cubanas, la Fundación del Cine Latinoamericano, el Instituto Superior de Arte, y la Casa Víctor Hugo, fueron subsedes donde se presentó esta copiosa representación cinematográfica.
El Festival representa la renovación primaveral/veraniega de un voto de simpatía y afecto extendido por decenas de miles de cubanos a París, a Francia, al arte, al cine, y a los valores que representa aquella cultura en la historia contemporánea del mundo. Encabezada por París, que escribió y dirigió Cédric Klapisch, el Festival incluyó filmes de tan diversos géneros y pretensiones como ¿Cambiamos pareja?, el primer largometraje de Bruno Dega y Jeanne Le Guillou; la amarga reflexión de Arnaud Desplechin titulada Un cuento de Navidad; y el thriller Crimen de autor, firmada por Claude Lelouch. Aunque predominaron los realizadores jóvenes o con aval muy breve, para los amantes del cine francés clásico, más experimental y arriesgado, se programó la retrospectiva dedicada a Alain Resnais (nacido en 1922, debutante en el documental, en 1948, con el corto titulado Van Gogh, y en la ficción, en 1959, con la adorada Hiroshima mi amor), un conjunto impresionante de películas comprometidas verticalmente con el rigor intelectual y estético, muchas veces aplicado a develar los laberintos de la memoria y los efectos del pasado en el presente. Entre otras verificaciones, el Festival de Cine Francés permitió comprobar que Resnais continúa siendo un renovador, un inconforme, un cineasta deslumbrado con la posibilidad de reinventarse en cada película, un autor cuya singularidad se ha convertido en luminosa marca de distinción.
Si durante el primer semestre de 2009 el ICAIC consiguió mantener un ritmo sostenido de estrenos nacionales que incluyó Los dioses rotos, El cuerno de la abundancia, Omertà, Ciudad en rojo y La anunciación, en la segunda mitad del año se anuncian largometrajes de ficción que se encuentran en diversas etapas de conclusión, posproducción y sonido. Están programados Larga distancia, primer largometraje de ficción dirigido por Esteban Insausti; Martí: El ojo del canario, la película de Fernando Pérez sobre los años de infancia y adolescencia de José Martí; El premio flaco, versión del clásico teatral de Héctor Quintero dirigido por Juan Carlos Cremata; y Lisanka, de Daniel Díaz Torres, tragicomedia que recrea sucesos en la Cuba de los años sesenta.
De muy laboriosa posproducción, pues incluye el doblaje de las voces para que el entorno sea lo más fiel que se pueda al siglo xix cubano, Martí: el ojo del canario fue motivo de esclarecedoras puntualizaciones por parte de su director Fernando Pérez, en la página web Cubasí: «Cuando me propusieron hacer un filme sobre Martí, dudé, porque es algo que nunca se me había ocurrido, y se trata de una figura demasiado grande. Una vez que acepté, me pregunté qué proyección podría dar de él hasta que me di cuenta que para hacer esta película debía ser una versión muy personal. Por eso escogí la infancia y la adolescencia, porque es la etapa de formación de su carácter. Es una película muy mía. Por eso digo que no es una biografía, aunque sí se basa en la historia y la respeta mucho. Es una visión subjetiva, mi interpretación de esa historia y de ese hombre. De lo contrario, hubiera hecho un documental. Yo conocía bastante de Martí y había leído mucho de él pero hicimos una investigación muy fuerte porque temía ignorar aspectos fundamentales de su vida. En esta investigación colaboraron Gloria María Cossío y Alejandro Gutiérrez. Esto me permitió descubrir facetas de Martí niño, de su familia, de su entorno, que enriquecieron mi visión y me permitieron escribir la película. Fíjate si es una película tan personal para mí, que es la primera vez que escribo un guión yo solo. Yo sabía que ese diálogo que quería generar, ese retrato, debían partir de mí. Encontré las locaciones. Descubrí que en aquella época La Habana, más allá de la muralla, era una ciudad de muchos contrastes, se mezclaban grandes construcciones con otras pobres y también había cierto deterioro. Hallamos muchas locaciones en Guanabacoa, que es mi pueblo natal, y estuve muy feliz de filmar allí. No filmamos en la casita de Paula porque es un museo y, a mi modo de ver, le faltaba vida. En los museos la vida se cristaliza, no hay movimiento y necesitábamos de eso para la película. Cada vez que me tropezaba con un investigador, me daba cuenta que todos tienen su Martí, y yo tenía que mostrar el mío. La polémica es buena. Quisiera que en cada espectador la cinta motivara una identificación con la vida de ese joven, que sea creíble, no visto como un paradigma o una estatua que hable mecánicamente… Navegar por los múltiples meandros de la vida y obra martianas es siempre un viaje enriquecedor, pero siempre que lo veamos no como un ícono, sino como un hombre que sufrió, pensó, amó y todo lo hizo con gran sensibilidad.»
A propósito de Lisanka, una tragicomedia parecida a la vida misma, su director Daniel Díaz aseguró a la Cartelera Cine y Video que no se trata de una película histórica sobre los años sesenta: «Quien aspire a ver en ella una recreación mimética de la Crisis de los Misiles le aconsejo que vaya a ver un documental, pero no nuestra película. Lo que nos propusimos trasmitir en todo momento fue la pequeña historia insertada en la gran historia. Se desarrolla en el específico contexto que marcó una época, estos cuatro años que yo traté anteriormente en un documental de la serie Caminos de Revolución, un período que viví y recuerdo bastante. La película cuenta una historia de amor conflictiva, una suerte de cuadrado muy particular: el de una muchacha y sus tres posibles amores. Cada uno la quiere a su manera, pero no la comprenden del todo, no entienden sus sentimientos y realmente no piensan mucho en ella. Es una tragicomedia porque, a pesar de su comicidad, posee situaciones trágicas que van a golpear de cierto modo al espectador. También tiene un poco de «realismo socialista mágico», por llamarlo de algún modo. Y el humor está bastante presente; lo digo sin ningún temor porque existen malas, regulares y buenas comedias, aunque he notado últimamente una tendencia anticomedia en nuestro cine. Hemos recreado sucesos con una amable ironía que tiene que ver con ciertos cánones del realismo socialista, revisitado con cierto sarcasmo dentro de la trama, e impregnado de nuestra cubanía, lo que le da ese carácter imaginativo un tanto surreal, mucho más vinculado a nuestro costumbrismo y a nuestra idiosincrasia.»
El pasado 6 de junio se cumplieron cuarenta y nueve años del estreno del Noticiero ICAIC Latinoamericano, uno de los más originales y renombrados productos de la cinematografía cubana de los últimos cincuenta años. La primera etapa del Noticiero estuvo bajo la dirección de Alfredo Guevara, la coordinación general de Santiago Álvarez, la producción de Idelfonso Ramos, la iluminación de Huberto Varela y los productores Roberto León, Leonardo Zayas y Amaro Gómez; también en la producción colaboraron Humberto López y Néstor Pino, entre otros. En sus inicios el Noticiero no contaba con camarógrafos fijos, pero sus fundadores fueron Jorge Herrera, Jorge Haydú, Luis Marzoa, Dervis Pastor Espinosa, Arturo Agramonte, Julio Simoneau, Pablo Martínez y Harry Tanner. Al año siguiente se incorpora Iván Nápoles. La musicalización estaba a cargo de Idalberto Gálvez, y en la edición se encontraban Norma Torrado, Marilyn Mirabal y José Limeres. Poco tiempo después, Santiago Álvarez se convierte en el director del Noticiero, y realizó personalmente una elevada cantidad de ediciones. A mediados de los años setenta, diversos realizadores jóvenes se ocuparon alternativamente de su realización, siempre bajo la dirección de Santiago. En 1990, con el no. 1490, exhibido el día 19 de julio, terminó la producción y exhibición de más de treinta años del Noticiero ICAIC Latinoamericano, el más original de los noticieros cinematográficos de América Latina y uno de los más famosos del mundo. Curiosamente, el camarógrafo Dervis Pastor Espinosa, que había participado en la primera edición del Noticiero, también realizó su edicion final. Actualmente, el Noticiero ICAIC Latinoamericano está nominado al Registro La memoria del Mundo, de la UNESCO.
Tras exhibirse en numerosos países con notable éxito de prensa y público, incluso Estados Unidos, y durante el 30. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, recorrieron toda Cuba durante el mes de mayo las cintas Che, el argentino y Che, la guerrilla, primera y segunda partes de una gran producción dirigida por el norteamericano Steven Soderbergh. Protagonizada por el celebrado actor boricua Benicio del Toro –principal factor de este proyecto, y laureado por esta interpretación en el Festival de Cannes– las dos partes fueron apreciadas en el circuito de estrenos y en salas de video, gracias a la donación de veinte copias para la exhibición masiva en Cuba por sus productores. Del Toro declaró, en ocasión del Festival de La Habana, que mostrar la película para el pueblo que tanto conoció y amó a Ernesto Che Guevara era como cerrar un ciclo y alcanzar una de las mayores metas que siempre se planteó desde el inicio este empeño biográfico coproducido por Francia, España y Estados Unidos.
Entre la actuación, la pintura y ahora la dirección de cine, Jorge Perugorría, el actor más cotizado e internacional del cine cubano, estuvo de visita en Chicago para promocionar dos largometrajes que protagoniza y que se exhibieron en el 25 Festival de Cine Latino, La noche de los inocentes y El cuerno de la abundancia, dos de los títulos más taquilleros del cine cubano en fechas recientes. En el Festival, Perugorría expresó su deseo de trabajar en el cine mexicano, pues ya ha trabajado en Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, España, pero se han frustrado todos sus proyectos de participar en el cine mexicano, uno de los más importantes de la región. También anunció, entre sus planes inmediatos, iniciar la filmación en La Habana, tal vez en julio de 2009, de la película Afinidades, en la que actuará y codirigirá con Vladimir Cruz, su compañero en la célebre cinta Fresa y chocolate.
La película cubana El Benny continuó su larga lista de presentaciones por el mundo cuando fue exhibida en Madagascar como parte de la Semana de cine latinoamericano. La ciudad de Majunga sirvió de escenario a la presentación del largometraje en el festival auspiciado por la Alianza Francesa de la urbe turística malgache, situada en la costa noreste del país africano. Inspirada en la vida del músico cubano Maximiliano Bartolomé Moré Gutiérrez, conocido popularmente como El Benny o El Bárbaro del ritmo, la película fue exhibida en junio en el cine Svetozor, de Praga, y en el Instituto Cervantes de esa urbe checa, ante un público predominantemente juvenil, que abarrotó la sala para apreciar, en general, el ciclo de cine cubano que se exhibió a lo largo de un mes. En esa retrospectiva de homenaje a los cincuenta años del cine cubano también figuraban Barrio Cuba y Miel para Oshún, los dos filmes postreros de Humberto Solás; Memorias del subdesarrollo y Fresa y chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea; El brigadista, de Octavio Cortázar y Madagascar, de Fernando Pérez, entre otras.
El Festival de Cine de Huesca, España, entregó por primera vez el Premio Pepe Escriche a la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños que fue recibido por su directora, Tanya Vallete, egresada dominicana de la institución, en el escenario del teatro Olimpia, de manos de Domingo Malo, presidente de la Fundación Festival de Cine. Así, se premió el constante trabajo e ímprobos esfuerzos de la Escuela por favorecer el diálogo entre cinematografías distintas, y se reconoció la labor de excelencia desempeñada desde sus inicios con el movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano. Con el galardón se rinde homenaje a una escuela de formación artística que puso en práctica una filosofía propia: la enseñanza del cine basada en cineastas activos, capaces de trasmitir conocimientos avalados por la práctica y la experiencia, en constante actualización, una perspectiva que une, con un carácter renovador y altamente creativo, al cine iberoamericano con el europeo. «Es un premio muy importante, sobre todo porque viene de un festival que ha apoyado mucho el cine iberoamericano y especialmente al cortometraje, que es el primer mercado que tienen nuestros estudiantes y graduados,» dijo Vallete. Recordó la figura de Escriche, promotor, fundador y director durante más de treinta años del Festival de Huesca, y quien fuera siempre muy solidario con América Latina y el cine que se produce en este lado del mundo. Este es uno de los premios más importantes que ha recibido la Escuela, como institución, desde que en 1993 el Festival de Cannes le concediera el premio Roberto Rossellini, por el valor humanitario de su gestión audiovisual.
El filme animado en tres dimensiones, Meñique, primera superproducción de su tipo en la historia del cine cubano, avanza a buen ritmo con la participación de más de cien artistas entre dibujantes, pintores, escultores y escenógrafos. Con guión y dirección de Ernesto Padrón, constituye la aventura de mayor magnitud, en su campo, que ha emprendido la cinematografía nacional. Meñique es una metáfora sobre la sabiduría y la inteligencia que se imponen sobre la fuerza y la violencia. El desafío de realizarla en 3D, como se identifica comúnmente ese formato, fue una propuesta del poeta y trovador Silvio Rodríguez. Meñique es la adaptación de un cuento infantil de Charles Perrault, Pulgarcito, que el escritor cubano José Martí recreó para incluirlo en la revista La Edad de Oro, fundada por él a fines del siglo pasado y dedicada a los niños y adolescentes. Según declaró Padrón a la publicación digital Cubanow, Silvio no fue solo el principal impulsor del proyecto, sino también el autor de toda la música del filme. Ha compuesto canciones tan hermosas «que a veces nos pone en aprietos a la hora de crear las imágenes que las acompañen en pantalla», afirmó. También colaboró con ideas sobre la historia, los actores que hacen las voces, el físico o la personalidad de los personajes. Las locaciones para realizar el filme, con tecnología de la Isla, se eligieron en 2007 y un año más tarde la película se puso en marcha. Según los cálculos, estará lista en 2011.
Extraordinariamente conocido en Cuba por sus canciones de los años sesenta, el cineasta Leonardo Favio inauguró una muestra de cine argentino (de los años ochenta en adelante) con la proyección de su más reciente filme, Aniceto, una suerte de secuela musical, danzada y pictórica de su película de 1967 Romance de Aniceto y Francisca. Formaron parte del ciclo, algunos títulos clásicos de la austral cinematografía como La historia oficial, de Luis Puenzo; Hombre mirando al sudeste, de Eliseo Subiela; Sur, de Fernando Solanas; e Historias mínimas, de Carlos Sorín, todas ellas triunfadoras en el Festival de La Habana y muy aplaudidas por el público cubano. Favio estuvo acompañado en la presentación por Carolina Silvestre, vicepresidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales de Argentina (INCAA), y Antonia Portaneri, funcionaria de la Secretaría de dicho país.
En Japón y Albania se exhibieron sendas muestras de cine cubano clásico y reciente. Del 30 de mayo al 5 de junio, en la ciudad portuaria de Yokohama, una de las más importantes de Japón, se rindió homenaje al 50 aniversario de la Revolución cubana, a los 80 años de las relaciones diplomáticas Cuba-Japón y a los 150 años de la apertura del puerto al tráfico internacional. La muestra contó con siete largometrajes cubanos: Historias de la Revolución, Lucía, Memorias del subdesarrollo, En tres y dos, Fresa y chocolate, El Benny y Kangamba. Paralelamente se desarrollaron varios eventos vinculados con la música cubana que, como es sabido, goza de gran popularidad en Japón. Recientemente se llevó a cabo una iniciativa fílmica similar en la isla japonesa de Sapporo.
Por otra parte, en Tirana la capital albanesa, fue inaugurada la primera semana de cine cubano que tuvo como sede la prestigiosa Academia Fílmica Marubi. El evento, organizado por la Asociación de Amistad Albania-Cuba, amigos de Cuba en el país balcánico, ha sido dedicado a la celebración del 50 Aniversario del ICAIC y a la amistad entre ambos pueblos. La muestra dio inicio con la exhibición de Hello, Hemingway, de Fernando Pérez, y tuvo continuidad con Fresa y chocolate, El Benny y Suite Habana, traducidas especialmente al idioma albanés para un evento que obtuvo una amplísima cobertura de los medios de comunicación locales.
Descriptor(es)
1. ESCUELA INTERNACIONAL DE CINE Y TELEVISIÓN (EICTV), SAN ANTONIO DE LOS BAÑOS, CUBA
2. FESTIVAL DE CINE FRANCES EN CUBA, LA HABANA, CUBA
3. INSTITUTO CUBANO DEL ARTE E INDUSTRIA CINEMATOGRAFICOS (ICAIC)
4. NOTICIERO ICAIC LATINOAMERICANO
Título: Noticiero
Autor(es): Joel del Río Fuentes
Fuente: Revista Cine Cubano On Line
Número: 14
Mes: Abril - Junio
Año de publicación: 2009
Nueve sellos postales y una hoja filatélica, a propósito del 50 aniversario del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), fueron cancelados por Omar González, presidente del ICAIC; Jorge Luis Perdomo, viceministro del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones; y otras personalidades relevantes del cine cubano, en el Centro Cultural Cinematográfico, a finales del mes de mayo. A nombre de los artistas, cineastas y trabajadores del ICAIC habló al numeroso público asistente el realizador Enrique Pineda Barnet, quien expresó su satisfacción por la cancelación de estos sellos y porque de esta manera quedará reflejada para la historia cultural de la nación el desarrollo del cine cubano en estos 50 años.
La emisión consta de nueve sellos así como de una hoja filatélica dedicada especialmente a Gutiérrez Alea y a dos de sus mejores películas, Memorias del subdesarrollo y Fresa y chocolate. En el resto de los sellos aparecen, en primer plano, los protagonistas de Lucía, de Humberto Solás; La primera carga al machete, de Manuel Octavio Gómez; Retrato de Teresa, de Pastor Vega; El hombre de Maisinicú, de Manuel Pérez; Clandestinos, de Fernando Pérez; La bella del Alhambra, de Pineda Barnet; Elpidio Valdés, de Juan Padrón; Reina y Rey, de Julio García-Espinosa y Noticiero ICAIC Latinoamericano, de Santiago Álvarez, filmes representativos de nuestra cinematografía.
«Es un privilegio que la cancelación haya contado con tantas glorias de la cultura cubana y figuras fundacionales», expresó Omar González al finalizar la jornada en la que además participaron las actrices Isabel Santos, Verónica Lynn y Eslinda Núñez; el actor Raúl Pomares; los realizadores Julio García-Espinosa y Manuel Pérez; y Elia Solás, hermana del desa-parecido Humberto Solás. Esta es la primera vez que se presenta en Cuba una emisión oficial que cuente con un número tan grande de sellos y que además refleje tantas imágenes de los clásicos del cine cubano producido por el ICAIC.
Si la inmortalidad de una obra poética se midiera solamente por la cantidad de personas que hicieran suyos ciertos versos, el uruguayo Mario Benedetti descansará entre los líricos imperecederos, porque de seguro se cuenta entre los escritores latinoamericanos más recitados, copiados y admirados. Sus relatos (cuentos y novelas) fueron motivo también de numerosas versiones teatrales, televisivas y cinematográficas. Después de haber publicado Esta mañana y otros cuentos (1949), Poemas de oficina (1956) e Ida y vuelta (1958), le llegó el turno a La tregua (1960), que muy pronto fue entendida por millones de lectores como un texto netamente romántico y devino su novela más conocida. Entre diversas adaptaciones al cine, la televisión, el teatro y la radio, merece mencionarse la primera versión fílmica, aquella de 1973, dirigida por Sergio Renán, en el breve momento de auge que tuvo el cine argentino luego del retorno peronista. Mientras la película se filma y se estrena, ocurre en Uruguay el golpe de Estado del 27 de junio de 1973. Benedetti parte al exilio en Buenos Aires, luego a Perú, donde fue detenido, deportado y amnistiado, para después instalarse en Cuba, en el año 1976. Dado su éxito como adaptador de La tregua, Sergio Renán se encargó de versionar, en 1985, Gracias por el fuego, una novela finalista al premio Seix Barral que se extendía en el tema del conflicto generacional, ya presentado en La tregua. Junto con Oliverio Girondo y Juan Gelman, Benedetti sería el principal homenajeado por la comedia romántica y surrealista que es El lado oscuro del corazón (1992), donde el director Eliseo Subiela filmó al poeta declamando y además ponía en boca de su febril protagonista (Darío Grandinetti) algunos de los versos más célebres de Benedetti, como la inefable Táctica y estrategia, o Corazón coraza. Si las letras y el audiovisual latinoamericano se han comprometido poéticamente con el universo de Benedetti, también la música popular le debe grandes creaciones. Con su compatriota Daniel Viglietti realizó el recital de poesía y canciones «A dos voces» en 1985 y 1994, Joan Manuel Serrat en 1986 le dedicó todo un disco, El sur también existe, con poemas musicalizados tan hermosos como «Una mujer desnuda y en lo oscuro» y la argentina Nacha Guevara convirtió en un himno aquello de «si te quiero es porque sos, mi amor, mi cómplice y todo, y en la calle codo a codo, somos mucho más que dos». También han cantado sus poemas Pablo Milanés, Joaquín Sabina, Pedro Guerra, Juan Carlos Baglietto y Sara González. No habrá necesidad de edictos oficiales ni decretos de cultura para que la obra de Mario Benedetti permanezca en el lado más hermoso y bienaventurado de nuestras emociones, hablando para siempre, desde el papel o desde la pantalla, del amor, la muerte, el paso del tiempo, la soledad y la esperanza.
Entre los primeros días de junio y hasta el primero de julio, se efectuó en más de treinta subsedes por toda Cuba, el XII Festival de Cine Francés, considerado el más importante de su tipo fuera de las fronteras del país europeo. El encuentro fue organizado por el ICAIC, la embajada de Francia y la Alianza Francesa, y comprendió la exhibición de 29 largometrajes y numerosos documentales –la más alta cifra de filmes hasta esta edición– de los cuales 21 son estrenos en Cuba. El director general de la Alianza Francesa en Cuba, André de Ubeda, dio a conocer que la selección de las películas incluyó tres ciclos: películas contemporáneas de estreno en la Isla, óperas primas, casi todas premiadas en importantes festivales de cine, y un homenaje al veterano cineasta Alain Resnais. Además, destacó que este festival resulta muy especial porque es el que más público reúne fuera de Francia. En la versión pasada alcanzó más de ciento veinte mil espectadores en Cuba. Además de la exhibición en las principales ciudades cubanas, la Fundación del Cine Latinoamericano, el Instituto Superior de Arte, y la Casa Víctor Hugo, fueron subsedes donde se presentó esta copiosa representación cinematográfica.
El Festival representa la renovación primaveral/veraniega de un voto de simpatía y afecto extendido por decenas de miles de cubanos a París, a Francia, al arte, al cine, y a los valores que representa aquella cultura en la historia contemporánea del mundo. Encabezada por París, que escribió y dirigió Cédric Klapisch, el Festival incluyó filmes de tan diversos géneros y pretensiones como ¿Cambiamos pareja?, el primer largometraje de Bruno Dega y Jeanne Le Guillou; la amarga reflexión de Arnaud Desplechin titulada Un cuento de Navidad; y el thriller Crimen de autor, firmada por Claude Lelouch. Aunque predominaron los realizadores jóvenes o con aval muy breve, para los amantes del cine francés clásico, más experimental y arriesgado, se programó la retrospectiva dedicada a Alain Resnais (nacido en 1922, debutante en el documental, en 1948, con el corto titulado Van Gogh, y en la ficción, en 1959, con la adorada Hiroshima mi amor), un conjunto impresionante de películas comprometidas verticalmente con el rigor intelectual y estético, muchas veces aplicado a develar los laberintos de la memoria y los efectos del pasado en el presente. Entre otras verificaciones, el Festival de Cine Francés permitió comprobar que Resnais continúa siendo un renovador, un inconforme, un cineasta deslumbrado con la posibilidad de reinventarse en cada película, un autor cuya singularidad se ha convertido en luminosa marca de distinción.
Si durante el primer semestre de 2009 el ICAIC consiguió mantener un ritmo sostenido de estrenos nacionales que incluyó Los dioses rotos, El cuerno de la abundancia, Omertà, Ciudad en rojo y La anunciación, en la segunda mitad del año se anuncian largometrajes de ficción que se encuentran en diversas etapas de conclusión, posproducción y sonido. Están programados Larga distancia, primer largometraje de ficción dirigido por Esteban Insausti; Martí: El ojo del canario, la película de Fernando Pérez sobre los años de infancia y adolescencia de José Martí; El premio flaco, versión del clásico teatral de Héctor Quintero dirigido por Juan Carlos Cremata; y Lisanka, de Daniel Díaz Torres, tragicomedia que recrea sucesos en la Cuba de los años sesenta.
De muy laboriosa posproducción, pues incluye el doblaje de las voces para que el entorno sea lo más fiel que se pueda al siglo xix cubano, Martí: el ojo del canario fue motivo de esclarecedoras puntualizaciones por parte de su director Fernando Pérez, en la página web Cubasí: «Cuando me propusieron hacer un filme sobre Martí, dudé, porque es algo que nunca se me había ocurrido, y se trata de una figura demasiado grande. Una vez que acepté, me pregunté qué proyección podría dar de él hasta que me di cuenta que para hacer esta película debía ser una versión muy personal. Por eso escogí la infancia y la adolescencia, porque es la etapa de formación de su carácter. Es una película muy mía. Por eso digo que no es una biografía, aunque sí se basa en la historia y la respeta mucho. Es una visión subjetiva, mi interpretación de esa historia y de ese hombre. De lo contrario, hubiera hecho un documental. Yo conocía bastante de Martí y había leído mucho de él pero hicimos una investigación muy fuerte porque temía ignorar aspectos fundamentales de su vida. En esta investigación colaboraron Gloria María Cossío y Alejandro Gutiérrez. Esto me permitió descubrir facetas de Martí niño, de su familia, de su entorno, que enriquecieron mi visión y me permitieron escribir la película. Fíjate si es una película tan personal para mí, que es la primera vez que escribo un guión yo solo. Yo sabía que ese diálogo que quería generar, ese retrato, debían partir de mí. Encontré las locaciones. Descubrí que en aquella época La Habana, más allá de la muralla, era una ciudad de muchos contrastes, se mezclaban grandes construcciones con otras pobres y también había cierto deterioro. Hallamos muchas locaciones en Guanabacoa, que es mi pueblo natal, y estuve muy feliz de filmar allí. No filmamos en la casita de Paula porque es un museo y, a mi modo de ver, le faltaba vida. En los museos la vida se cristaliza, no hay movimiento y necesitábamos de eso para la película. Cada vez que me tropezaba con un investigador, me daba cuenta que todos tienen su Martí, y yo tenía que mostrar el mío. La polémica es buena. Quisiera que en cada espectador la cinta motivara una identificación con la vida de ese joven, que sea creíble, no visto como un paradigma o una estatua que hable mecánicamente… Navegar por los múltiples meandros de la vida y obra martianas es siempre un viaje enriquecedor, pero siempre que lo veamos no como un ícono, sino como un hombre que sufrió, pensó, amó y todo lo hizo con gran sensibilidad.»
A propósito de Lisanka, una tragicomedia parecida a la vida misma, su director Daniel Díaz aseguró a la Cartelera Cine y Video que no se trata de una película histórica sobre los años sesenta: «Quien aspire a ver en ella una recreación mimética de la Crisis de los Misiles le aconsejo que vaya a ver un documental, pero no nuestra película. Lo que nos propusimos trasmitir en todo momento fue la pequeña historia insertada en la gran historia. Se desarrolla en el específico contexto que marcó una época, estos cuatro años que yo traté anteriormente en un documental de la serie Caminos de Revolución, un período que viví y recuerdo bastante. La película cuenta una historia de amor conflictiva, una suerte de cuadrado muy particular: el de una muchacha y sus tres posibles amores. Cada uno la quiere a su manera, pero no la comprenden del todo, no entienden sus sentimientos y realmente no piensan mucho en ella. Es una tragicomedia porque, a pesar de su comicidad, posee situaciones trágicas que van a golpear de cierto modo al espectador. También tiene un poco de «realismo socialista mágico», por llamarlo de algún modo. Y el humor está bastante presente; lo digo sin ningún temor porque existen malas, regulares y buenas comedias, aunque he notado últimamente una tendencia anticomedia en nuestro cine. Hemos recreado sucesos con una amable ironía que tiene que ver con ciertos cánones del realismo socialista, revisitado con cierto sarcasmo dentro de la trama, e impregnado de nuestra cubanía, lo que le da ese carácter imaginativo un tanto surreal, mucho más vinculado a nuestro costumbrismo y a nuestra idiosincrasia.»
El pasado 6 de junio se cumplieron cuarenta y nueve años del estreno del Noticiero ICAIC Latinoamericano, uno de los más originales y renombrados productos de la cinematografía cubana de los últimos cincuenta años. La primera etapa del Noticiero estuvo bajo la dirección de Alfredo Guevara, la coordinación general de Santiago Álvarez, la producción de Idelfonso Ramos, la iluminación de Huberto Varela y los productores Roberto León, Leonardo Zayas y Amaro Gómez; también en la producción colaboraron Humberto López y Néstor Pino, entre otros. En sus inicios el Noticiero no contaba con camarógrafos fijos, pero sus fundadores fueron Jorge Herrera, Jorge Haydú, Luis Marzoa, Dervis Pastor Espinosa, Arturo Agramonte, Julio Simoneau, Pablo Martínez y Harry Tanner. Al año siguiente se incorpora Iván Nápoles. La musicalización estaba a cargo de Idalberto Gálvez, y en la edición se encontraban Norma Torrado, Marilyn Mirabal y José Limeres. Poco tiempo después, Santiago Álvarez se convierte en el director del Noticiero, y realizó personalmente una elevada cantidad de ediciones. A mediados de los años setenta, diversos realizadores jóvenes se ocuparon alternativamente de su realización, siempre bajo la dirección de Santiago. En 1990, con el no. 1490, exhibido el día 19 de julio, terminó la producción y exhibición de más de treinta años del Noticiero ICAIC Latinoamericano, el más original de los noticieros cinematográficos de América Latina y uno de los más famosos del mundo. Curiosamente, el camarógrafo Dervis Pastor Espinosa, que había participado en la primera edición del Noticiero, también realizó su edicion final. Actualmente, el Noticiero ICAIC Latinoamericano está nominado al Registro La memoria del Mundo, de la UNESCO.
Tras exhibirse en numerosos países con notable éxito de prensa y público, incluso Estados Unidos, y durante el 30. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, recorrieron toda Cuba durante el mes de mayo las cintas Che, el argentino y Che, la guerrilla, primera y segunda partes de una gran producción dirigida por el norteamericano Steven Soderbergh. Protagonizada por el celebrado actor boricua Benicio del Toro –principal factor de este proyecto, y laureado por esta interpretación en el Festival de Cannes– las dos partes fueron apreciadas en el circuito de estrenos y en salas de video, gracias a la donación de veinte copias para la exhibición masiva en Cuba por sus productores. Del Toro declaró, en ocasión del Festival de La Habana, que mostrar la película para el pueblo que tanto conoció y amó a Ernesto Che Guevara era como cerrar un ciclo y alcanzar una de las mayores metas que siempre se planteó desde el inicio este empeño biográfico coproducido por Francia, España y Estados Unidos.
Entre la actuación, la pintura y ahora la dirección de cine, Jorge Perugorría, el actor más cotizado e internacional del cine cubano, estuvo de visita en Chicago para promocionar dos largometrajes que protagoniza y que se exhibieron en el 25 Festival de Cine Latino, La noche de los inocentes y El cuerno de la abundancia, dos de los títulos más taquilleros del cine cubano en fechas recientes. En el Festival, Perugorría expresó su deseo de trabajar en el cine mexicano, pues ya ha trabajado en Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, España, pero se han frustrado todos sus proyectos de participar en el cine mexicano, uno de los más importantes de la región. También anunció, entre sus planes inmediatos, iniciar la filmación en La Habana, tal vez en julio de 2009, de la película Afinidades, en la que actuará y codirigirá con Vladimir Cruz, su compañero en la célebre cinta Fresa y chocolate.
La película cubana El Benny continuó su larga lista de presentaciones por el mundo cuando fue exhibida en Madagascar como parte de la Semana de cine latinoamericano. La ciudad de Majunga sirvió de escenario a la presentación del largometraje en el festival auspiciado por la Alianza Francesa de la urbe turística malgache, situada en la costa noreste del país africano. Inspirada en la vida del músico cubano Maximiliano Bartolomé Moré Gutiérrez, conocido popularmente como El Benny o El Bárbaro del ritmo, la película fue exhibida en junio en el cine Svetozor, de Praga, y en el Instituto Cervantes de esa urbe checa, ante un público predominantemente juvenil, que abarrotó la sala para apreciar, en general, el ciclo de cine cubano que se exhibió a lo largo de un mes. En esa retrospectiva de homenaje a los cincuenta años del cine cubano también figuraban Barrio Cuba y Miel para Oshún, los dos filmes postreros de Humberto Solás; Memorias del subdesarrollo y Fresa y chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea; El brigadista, de Octavio Cortázar y Madagascar, de Fernando Pérez, entre otras.
El Festival de Cine de Huesca, España, entregó por primera vez el Premio Pepe Escriche a la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños que fue recibido por su directora, Tanya Vallete, egresada dominicana de la institución, en el escenario del teatro Olimpia, de manos de Domingo Malo, presidente de la Fundación Festival de Cine. Así, se premió el constante trabajo e ímprobos esfuerzos de la Escuela por favorecer el diálogo entre cinematografías distintas, y se reconoció la labor de excelencia desempeñada desde sus inicios con el movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano. Con el galardón se rinde homenaje a una escuela de formación artística que puso en práctica una filosofía propia: la enseñanza del cine basada en cineastas activos, capaces de trasmitir conocimientos avalados por la práctica y la experiencia, en constante actualización, una perspectiva que une, con un carácter renovador y altamente creativo, al cine iberoamericano con el europeo. «Es un premio muy importante, sobre todo porque viene de un festival que ha apoyado mucho el cine iberoamericano y especialmente al cortometraje, que es el primer mercado que tienen nuestros estudiantes y graduados,» dijo Vallete. Recordó la figura de Escriche, promotor, fundador y director durante más de treinta años del Festival de Huesca, y quien fuera siempre muy solidario con América Latina y el cine que se produce en este lado del mundo. Este es uno de los premios más importantes que ha recibido la Escuela, como institución, desde que en 1993 el Festival de Cannes le concediera el premio Roberto Rossellini, por el valor humanitario de su gestión audiovisual.
El filme animado en tres dimensiones, Meñique, primera superproducción de su tipo en la historia del cine cubano, avanza a buen ritmo con la participación de más de cien artistas entre dibujantes, pintores, escultores y escenógrafos. Con guión y dirección de Ernesto Padrón, constituye la aventura de mayor magnitud, en su campo, que ha emprendido la cinematografía nacional. Meñique es una metáfora sobre la sabiduría y la inteligencia que se imponen sobre la fuerza y la violencia. El desafío de realizarla en 3D, como se identifica comúnmente ese formato, fue una propuesta del poeta y trovador Silvio Rodríguez. Meñique es la adaptación de un cuento infantil de Charles Perrault, Pulgarcito, que el escritor cubano José Martí recreó para incluirlo en la revista La Edad de Oro, fundada por él a fines del siglo pasado y dedicada a los niños y adolescentes. Según declaró Padrón a la publicación digital Cubanow, Silvio no fue solo el principal impulsor del proyecto, sino también el autor de toda la música del filme. Ha compuesto canciones tan hermosas «que a veces nos pone en aprietos a la hora de crear las imágenes que las acompañen en pantalla», afirmó. También colaboró con ideas sobre la historia, los actores que hacen las voces, el físico o la personalidad de los personajes. Las locaciones para realizar el filme, con tecnología de la Isla, se eligieron en 2007 y un año más tarde la película se puso en marcha. Según los cálculos, estará lista en 2011.
Extraordinariamente conocido en Cuba por sus canciones de los años sesenta, el cineasta Leonardo Favio inauguró una muestra de cine argentino (de los años ochenta en adelante) con la proyección de su más reciente filme, Aniceto, una suerte de secuela musical, danzada y pictórica de su película de 1967 Romance de Aniceto y Francisca. Formaron parte del ciclo, algunos títulos clásicos de la austral cinematografía como La historia oficial, de Luis Puenzo; Hombre mirando al sudeste, de Eliseo Subiela; Sur, de Fernando Solanas; e Historias mínimas, de Carlos Sorín, todas ellas triunfadoras en el Festival de La Habana y muy aplaudidas por el público cubano. Favio estuvo acompañado en la presentación por Carolina Silvestre, vicepresidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales de Argentina (INCAA), y Antonia Portaneri, funcionaria de la Secretaría de dicho país.
En Japón y Albania se exhibieron sendas muestras de cine cubano clásico y reciente. Del 30 de mayo al 5 de junio, en la ciudad portuaria de Yokohama, una de las más importantes de Japón, se rindió homenaje al 50 aniversario de la Revolución cubana, a los 80 años de las relaciones diplomáticas Cuba-Japón y a los 150 años de la apertura del puerto al tráfico internacional. La muestra contó con siete largometrajes cubanos: Historias de la Revolución, Lucía, Memorias del subdesarrollo, En tres y dos, Fresa y chocolate, El Benny y Kangamba. Paralelamente se desarrollaron varios eventos vinculados con la música cubana que, como es sabido, goza de gran popularidad en Japón. Recientemente se llevó a cabo una iniciativa fílmica similar en la isla japonesa de Sapporo.
Por otra parte, en Tirana la capital albanesa, fue inaugurada la primera semana de cine cubano que tuvo como sede la prestigiosa Academia Fílmica Marubi. El evento, organizado por la Asociación de Amistad Albania-Cuba, amigos de Cuba en el país balcánico, ha sido dedicado a la celebración del 50 Aniversario del ICAIC y a la amistad entre ambos pueblos. La muestra dio inicio con la exhibición de Hello, Hemingway, de Fernando Pérez, y tuvo continuidad con Fresa y chocolate, El Benny y Suite Habana, traducidas especialmente al idioma albanés para un evento que obtuvo una amplísima cobertura de los medios de comunicación locales.
Descriptor(es)
1. ESCUELA INTERNACIONAL DE CINE Y TELEVISIÓN (EICTV), SAN ANTONIO DE LOS BAÑOS, CUBA
2. FESTIVAL DE CINE FRANCES EN CUBA, LA HABANA, CUBA
3. INSTITUTO CUBANO DEL ARTE E INDUSTRIA CINEMATOGRAFICOS (ICAIC)
4. NOTICIERO ICAIC LATINOAMERICANO
Web: http://www.cubacine.cult.cu/sitios/revistacinecubano/digital14/cap06.htm