FICHA ANALÍTICA

La profundidad de las historias pequeñas
Fowler Calzada, Víctor (1960 - )

Título: La profundidad de las historias pequeñas

Autor(es): Víctor Fowler Calzada

Fuente: Revista Cine Cubano On Line

Número: 15

Mes: Julio - Diciembre

Año de publicación: 2009

Entre las sorpresas de la cinematografía mundial en los últimos años, el éxito del cine rumano es una de las más inesperadas, pues se trataba de un país de más de veintidós millones de habitantes¸ donde, hacia finales de la década anterior, funcionaban menos de un centenar de salas de cine y en el cual las producciones hollywoodenses capturan casi 90% de la taquilla. Pese a ello, o justamente por eso, no pudo sino volver la atención al lugar la sucesión de cuatro éxitos de máximo nivel para esta cinematografía: La muerte de Mr. Lazarescu (del realizador Cristi Puiu, que obtuviera el premio de la sección «Una cierta mirada» en el Festival de Cannes 2005), 12:08 Este de Bucarest (de Corneliu Porumboiu, Premio Cámara de Oro en Cannes 2006), California Dreamin (de Cristian Nemescu, también premio de la sección «Una cierta mirada», pero en Cannes 2007) y 4 meses, 3 semanas, 2 días (de Cristian Mungiu, Palma de Oro y Premio FIPRESCI en la propia edición de Cannes 2007). Además de estas anteriores, se pueden sumar Cómo celebré el fin del mundo, de Catalin Mitulescu (2006) y El papel será azul, de Radu Muntean (2006), para dar fe de un renacimiento que permite, quizás, esperar nuevas sorpresas.

4 meses, 3 semanas, 2 días es la película de un pequeño episodio trascendental que involucra a dos jóvenes estudiantes universitarias y que cambia para siempre la vida de una de ellas. Ubicada temporalmente en 1987 (dos años antes del final del período Ceacescu), la película tiene como fondo un decreto del gobernante promulgado en 1966 y según el cual solo se autorizaba el aborto para mujeres de más de cuarenta y cinco años; de esta manera, a lo largo de veinticuatro horas y en una pequeña ciudad de provincia, una de las protagonistas, Gabita (Laura Vasiliu), busca la ayuda de su compañera de cuarto y amiga, Otilia (Anamaria Marinca), para que le encuentre a un médico dispuesto a hacer un aborto clandestino.

El hecho de que el argumento transcurra en un ambiente provinciano, donde las convenciones morales son más rígidas y los controles más duros, fortalece la atmósfera cerrada, poco menos que asfixiante, en que tienen lugar las acciones. En este mundo de escasa iluminación, lo mismo en los espacios interiores que en las calles durante la noche, algo tan simple como preguntar la dirección de alguien (en el barrio donde vive) recibe por respuesta un «¿para qué lo busca usted?», y alquilar habitación en un hotel implica una pequeña travesía por la humillación ante el poder de la empleada en la carpeta.

Además de que en este hotel tiene lugar el aborto, realizado por Bebe, un doctor dispuesto a correr riesgos (Vlad Ivanov), ocurrirá algo igual de lacerante, pues al no disponer de suficiente dinero y ser desesperada la situación de Gabita (quien ya pasa de cuatro meses de embarazo), ambas jóvenes se verán forzadas a tener sexo con el médico para, de algún modo, completar el pago.

Sin embargo, no está aquí lo principal, sino en el próximo giro argumental, cuando Otilia debe dejar a Gabita en el cuarto del hotel y partir a cumplir la promesa hecha al novio, Adi, de estar presente ese mismo día en la celebración del cumpleaños de la madre. A diferencia de lo opresivo en los restantes espacios, en la casa de Adi (allí los invitados son casi todos médicos) se transpira alegría y despreocupación, mas pronto comprendemos que debajo de ello se encuentra un sector de la sociedad que, además de despreciar a la «gente sencilla», actúa de un modo profundamente cínico y que reproduce el autoritarismo de un poder dentro del cual se han acomodado.

Después de esto, la conversación en la cual Otilia rompe su relación con Adi es la metáfora de una ruptura mayor (con todos los falsos valores del mundo en que vive) y expone su crecimiento como ser humano en busca de la verdad. Cristian Mungiu brinda lo dicho y más, mediante una lenta acumulación de pequeños detalles cuyo sentido y derivaciones, para el mundo interior de los personajes, el espectador debe desentrañar. La increíble pasividad de Gabita (quien ni siquiera es capaz de pagar por su propio aborto y cuya única obsesión, después del hecho, es saber si el feto fue enterrado); la entrega y solidaridad a toda prueba de Otilia; la miseria moral de Bebe; las contradicciones de Adi; la infiltración del autoritarismo en los niveles más bajos de la administración. La ausencia de luz.

Mungiu elude cualquier estridencia para esta narración minimalista en la que no pocos críticos han visto ecos del neorrealismo italiano y para ello, junto con el guión, se apoya en el excelente trabajo del director de fotografía moldavo Oleg Mutu (con quien mantiene una colaboración que dura ya casi quince años) y en las sólidas actuaciones de la pareja de protagonistas principales, quienes destacan dentro de un elenco sin fallas. Si durante toda la película, cada vez que Otilia se desplaza hacia algún sitio, la hemos visto de espaldas (lo cual nos introduce a los espectadores en su mundo y provoca un extraño efecto de vigilancia), en los segundos finales es ella quien, muy rápidamente, mira hacia la pantalla.

Apenas pasaron veinticuatro horas desde que todo comenzó y el mundo de Otilia fue desbaratado: su relación sentimental con Adi se hizo pedazos, su rechazo al ambiente del acomodamiento es más radical, para ayudar a la amiga aceptó hacer el amor con un hombre que le asquea y, de paso, descubrió que la pasividad de Gabi esconde a una persona capaz de mentir y utilizarla (una futura oportunista quizás). ¿A qué nos llama, entonces, esa mirada?

Rodada con un presupuesto considerado pequeño para el cine europeo (590 000 euros), 4 meses, 3 semanas, 2 días es otro ejemplo de la grandeza de sentido que es posible encontrar en las historias de tono menor. El director varias veces ha repetido que su película está basada en una historia real de la que solo cambió los nombres.

    4 meses, 3 semanas, 2 días se exhibió a partir del 1o. de octubre en el circuito nacional de estrenos.



Descriptor(es)
1. CINE RUMANO

Web: http://www.cubacine.cult.cu/sitios/revistacinecubano/digital15/cap02.htm