Películas como The Adjuster, Calendar y Speaking Parts establecieron al director armenio canadiense Atom Egoyan como el principal candidato para ser el cineasta posmoderno más seductor del mundo. En estas y otras películas, las distorsiones y perversiones del yo se reflejan a través de una cultura mediática visual omnipresente (y sexualizada). A través del filtro de un desapego compasivo, su obra es un sondeo sin precedentes de la identidad y la alienación, la sexualidad y la disfunción, la psicología y la subjetividad.

El destacado crítico Jonathan Romney rastrea la carrera de Egoyan, película por película, desde sus primeros cortometrajes, pasando por los largometrajes con temas de video que le dieron un nombre, hasta su aparición como autor ganador del premio A list con The Sweet Hereafter y los lienzos más amplios de su más reciente películas El viaje de Felicia y Ararat. El autor muestra cómo películas como Exótica de Egoyan (ambientada en un club de striptease y estructurada como un striptease) ofrecen a sus espectadores placeres ricos, casi inagotablemente complejos y demuestran el oficio de uno de los autores más provocativos del cine contemporáneo.