En este artículo el autor utiliza el cine para generar unas reflexiones que plantean líneas interpretativas sobre el problema del goce estético de un sujeto construido dentro del quehacer de la cultura filmográfica venezolana. Dentro de este marco conceptual se pone  de relieve que el goce, el placer y el deseo mantienen endebles separaciones entre sí, generando- a partir de algunas reflexiones presentes en textos de Nietzsche y Barthes y analizando algunas películas venezolanas de los 90- una propuesta teórica  de una modalidad subjetiva que define como sujeto dúplex, aquel que consume al cine nacional con una doble actitud hacia la violencia, por un lado mediante el rechazo, y por el otro mediante la aprobación.  De aquí que las diversas articulaciones de violencia y sobrevivencia que han marcado cierta idiosincrasia del venezolano las veamos en el cine y sean disfrutadas por los espectadores, aunque use estos elementos como crítica, como distanciamiento ético y moral en sus juicios estéticos. Dentro de las películas que  nos encontramos en el artículo tenemos a  Disparen a matar, Golpes a mi puerta, Huelepega entre otras.