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La Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y la Escuela Internacional de Cine, Televisión y Video para América Latina y el Caribe, África y Asia.
Souki, Tarik (1941 - )
Título: La Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y la Escuela Internacional de Cine, Televisión y Video para América Latina y el Caribe, África y Asia. (Ensayos)

Autor(es): Tarik Souki

Publicación: Mérida, Venezuela : CNAC/FNCL, 4 de diciembre de 2015

Idioma: Español

Fuente: Cinerocinante

Formato: Impreso, Digital

La Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (Organización en la que se disolvió el Comité de Cineastas de América Latina) y su Presidente, Gabriel García Márquez —con el apoyo decisivo de la Revolución y del pueblo cubanos, al cumplirse los treinta años del inicio del movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano, decide la creación de la Escuela Internacional de Cine, Televisión y Video para América Latina y el Caribe, África y Asia, la EICTV, y encarga su conducción —no podía ser de otra manera— a Fernando Birri. Esa asignación es el reconocimiento a una obra y a una vida, sin duda alguna, ejemplar de nuestras cinematografías, y especialmente al trabajo y a la experiencia ganados al frente del proyecto de Santa Fe.
La EICTV era un desmesurado salto de escala, cuantitativa y cualitativamente hablando, en la materialización del viejo anhelo de formar a las nuevas generaciones de cineastas latinoamericanos —pero también de Tres Mundos, como remarcaba Birri, en el acto inaugural—. En efecto, las condiciones materiales –equipamiento tecnológico, personal docente, administrativo y de servicios, edificaciones académicas y de habitación, etc.— y espirituales —políticas, pedagógicas, intelectuales, creativasque la EICTV ofrecía, no tenían —y no tienen todavía a esta fecha— el menor antecedente posible en nuestros países, incluso en no pocas naciones del Norte industrializado. Este milagro laico no podía ser concebible y realizable —por las exigencias del esfuerzo económico y creativo, por la calidad de la disposición generosa— si no en un ámbito de la más auténtica profesión de fe humanística, de la más raigal y verdadera creencia en los ‘poderes creadores’ de la Humanidad, lo que desde mi perspectiva es únicamente viable en el seno de un proceso revolucionario socialista. Fue preciso que existiese una Revolución triunfante y estabilizada, para que esta nueva utopía, al materializarse, dejara de serlo. No por azar, pues, la EICTV nació, vive y continúa viviendo en Cuba. Fernando lo puntualizó en el acto de inauguración de la Escuela el 15 de diciembre de 1986, en presencia del Comandante Fidel Castro: (…) si bien ésta es una Escuela que no depende ni institucional, ni económica, ni burocráticamente de Cuba —dijo—, sino de la autónoma Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, después de 30 años de su necesidad sentida a lo largo y lo ancho del continente, del Río Bravo a la Tierra del Fuego, sólo la voluntad político-cultural de Cuba y su hospitalidad fraterna han permitido su concreción en Cuba.
LA PRIMERA PROMOCIÓN DE CINTELEASTAS, EL “JURAMENTO ATHANASIANO”
El arte, la materia artística, guardan una incidencia incuestionable en el nivel de lo que es más profundo en el ser de los pueblos: su cultura. Un artista deshonesto, un arte que no sea fiel a sí mismo, puede tener y tiene efectos nocivos para el creador mismo y para el pueblo y la historia de que hace parte. El arte pues, en su intangibilidad, en su aparente incapacidad para provocar destrucción como por ejemplo la puede provocar una praxis médica perversa, también, en circunstancias equivalentes, puede generar catástrofes acaso inadvertidas en lo inmediato, siempre deletéreas en la perspectiva. A eso juega el Imperio con su indeclinable intervención transculturizadora de los pueblos, en eso concede el artista inconsciente, de quien podría decirse, como señaló El Libertador que “el talento sin probidad es un azote”.
Por eso la EICTV, en tanto escuela con un perfil ético tan nítido, entiende que su vinculación con sus estudiantes no concluye con el acto de grado, sino que continúa con sus vidas profesionales. Por lo que se siente autorizada para solicitar y exigir del joven cineasta que egresa de sus aulas, la debida consecuencia con lo que en ella, mutuamente se entregaron. A semejanza de como se hacía en las escuelas de medicina y en otras escuelas universitarias, la EICTV toma juramento de fi delidad y respeto al conocimiento concedido —que hoy, es lamentable recordarlo, los neoliberalismos perversos han hecho caer en desuso—. Es, para la EICTV el que Birri dio cuerpo y llamó ‘Juramento Athanasiano’, cuyos reclamos y festejos posibles, se confi nan al fuero ético de cada quien, a ese lugar que es átomo y universo al mismo tiempo.
La primera cohorte de cineteleastas de la EICTV egresó la tarde-noche del 15 de diciembre de 1990, en un acto que contó con las presencias de Fidel Castro y de Gabriel García Márquez. Birri tomo a los graduandos, el “Juramento Athanasiano”, así llamado en memoria de Athanasius Kircher, inventor hacia el siglo XVII, de la Linterna Mágica, quizás el más remoto antecedente del cinematógrafo. Lo que se quería relacionar eran una y otra inicialidades, aquella de Kircher y este punto ‘cero’ desde donde ahora, empezaría a tejerse la vida profesional de los recién graduados. Lo primero era recalcar las responsabilidades inherentes al oficio, y en seguida reclamar, bajo juramento, la fi delidad a las exigencias de su arte, a su condición de creadores, a sus circunstancias culturales e históricas, a los deberes que de ellas dimanan, y especialmente, muy especialmente, a sus voces más íntimas y profundas…
(…) Yo os digo, desconfi ad de la impunidad de las imágenes… Las imágenes pueden también matar desmoronando secretas arquitecturas de la imaginación, sepultando neuronas de conciencia bajo escombros de insensibilidad, venalidad, mediocridad.
¿Juráis que no fi lmaréis un solo fotograma que no sea como el pan fresco, que no grabaréis un solo milímetro de cinta magnética que no sea como el agua limpia?
¿Juráis que no desviaréis vuestros ojos, que no taparéis vuestros oídos, frente a lo real maravilloso y lo real horrible, de la tierra de América Latina y el Caribe, África y Asia de la cual estáis hechos y de la cual fatalmente sois expresión?
¿Juráis que fieles a un sentimiento irrenunciable de liberación de la justicia, la verdad, la belleza, no retrocederéis frente a la amenaza de los fantasmas de la angustia, de la soledad, de la locura y seréis fi eles antes que a nadie a vuestra voz interior?
Si así no lo hiciereis, que el tigre y el águila devoren el hígado de vuestros sueños, que la serpiente se enrosque en el chasis de vuestra cámara, que ejércitos de luciérnagas chisporroteen cortocircuitos e interferencias en vuestras grabadoras electrónicas.
Si así lo hiciereis, como confiamos, que el colibrí os proteja blindándoos con la delicada coraza de un arcoíris que dure tanto como vuestra vida y más allá, en vuestras obras.

Descriptor(es)
1. ESCUELA INTERNACIONAL DE CINE Y TELEVISIÓN (EICTV), SAN ANTONIO DE LOS BAÑOS, CUBA
2. FUNDACION DEL NUEVO CINE LATINOAMERICANO (FNCL), LA HABANA, CUBA