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La evolución del lenguaje audiovisual ante las tecnologías digitales
Espinosa I, Juan Carlos
Título: La evolución del lenguaje audiovisual ante las tecnologías digitales
Autor(es): Juan Carlos Espinosa I
Publicación: Universitat Pompeu Fabra.
Idioma: Español
Formato: Digital
Introducción
Carl Jung, en el prólogo que hace a la edición occidental del I Ching, advierte que en muchas ocasiones el problema principal es justamente determinar cuál es el problema. La formulación de la pregunta adecuada, previene Jung, es usualmente la vía para encontrar la respuesta adecuada, debido a que, paradójicamente, en la esencia misma de la pregunta está la respuesta.
Entonces quizá la pregunta adecuada debería ser ¿las tecnologías digitales provocaran la evolución del lenguaje audiovisual o por el contrario lo revolucionaran? ¿son las tecnologías digitales evolucionistas o revolucionarias? Según Omar Calabrese, en La Era Neobarroca, sólo el tiempo nos permiten determinar, a la distancia, los efectos reales que producen los cambios en la sociedad. Particularmente considero que las tecnologías digitales son revolucionarias, a pesar de las grandes resistencias que esta opinión genera en ciertos sectores. Ya lo advierte Mcluhan en ese texto rescatado en nuestros días, El Medio es el Mensaje con más o menos estas palabras: existe, por naturaleza, resistencia a aceptar cambios en la sociedad.
Pero en todo caso, evolución o revolución tienen un punto en común: el cambio. En este ensayo no nos aventuraremos a demostrar una hipótesis por sobre otra, pero es conveniente hacerla explícita, para que luego, con los años, podamos volver a este punto inicial. Aquí más bien intentaremos delimitar un panorama general de los problemas audiovisuales que se encuentran en esta encrucijada y, en vez de encontrar respuestas, más bien generar preguntas.
De modo que la nueva pregunta central sería ¿cuáles son los cambios que experimentará el lenguaje audiovisual ante la incorporación de la tecnología digital? ¿a dónde nos conducirá todo esto? Y la verdad, si buscamos ser rigurosos, la pregunta debería ser ¿cuáles son las oportunidades de cambio que se presentan en el lenguaje audiovisual ante la incorporación de la tecnología digital? Porque, hay que decirlo, una cosa son las expectativas que puedan tener realizadores e investigadores y otra cosa es la ley que domina la sociedad actual: el mercado.
Breve panorama de la evolución/estancamiento del lenguaje audiovisual
Luego de haber traspasado la barrera de los cien años desde la primera exhibición en público de un filme, podríamos siquiera intentar un análisis de lo que ha ocurrido en el ámbito estético del lenguaje audiovisual. Pero antes, es pertinente retomar cómo se forma el lenguaje audiovisual.
El cine debe su apodo de Séptimo Arte porque conjuga las otras siete artes: la pintura, el teatro, la literatura, la música, la danza y la arquitectura. Cada una de estas artes posee su propio lenguaje, surgido a su vez de una mezcla con distintas expresiones artísticas. Por ejemplo, la literatura se nutre de la pintura, que a su vez puede nutrirse de la arquitectura, que a su vez puede nutrirse de la música, y así hasta el infinito. De modo que cuando hablamos de lenguaje audiovisual estamos hablando del sincretismo de muchos otros lenguajes que provienen respectivamente de un sincretismo, creando una especie de construcción en abismo. En el cine, esta inmensa -y muchas veces subutilizada- constelación de lenguajes convergen en el proceso de montaje. De allí que la Escuela Soviética de principios de siglo haya puesto especial atención a esta fase de la construcción cinematográfica. Pero esta especificidad del cine, esta inmensa posibilidad expresiva del cine ha sido, paradójicamente, un obstáculo para su desarrollo.
A lo largo de cien años de producción cinematográfica, ciertamente el lenguaje ha evolucionado en muchos aspectos, los aspectos formales, pero se ha estancado peligrosamente en otros aspectos, los estructurales, quizá más importantes que los primeros. Volviendo al tema de evolución y revolución, tal vez podamos afirmar que el cine ha evolucionado durante cien años pero al estancarse en los aspectos estructurales ocurre lo que aconteció hace millones de años con los, ahora de moda, dinosaurios. Quizá la tecnología digital venga a revolucionar esta estructura, bajo otro formato por supuesto.
Los Aspectos Formales
La calidad de la imagen producto de la innovación en las lentes y en las emulsiones de la película, los efectos visuales y de sonido, el perfeccionamiento de la banda sonora (tanto tecnicamente como expresivamente), la profesionalización de los actores y de la industria en general, la innovación en los contenidos narrados tanto para usos políticos como contemplativos, las "audacias" narrativas, etc. Son los aspectos que consideramos formales. No cabe duda que si comparamos los filmes de principios de siglo con los de ahora, el lenguaje (formal) ha evolucionado de manera, incluso, sorprendente. No olvidemos que la industria del cine está entre los primeros sectores del mundo (desarrollado) en movilización de capital. Si a esto sumamos la espectacular distribución experimentada en estos últimos años producto de la globalización de la economía, y el avance en comodidad y calidad técnica de las salas de exhibición, encontramos que de aquellos días en que había que llevarse la silla a la sala de cine, que casi siempre era una iglesia, a nuestros días, la diferencia es abismal. Nadie podría dudarlo.
Pero qué pasa cuando vemos Octubre de Eisenstein o Napoleón de Abel Gance, y tenemos la sensación de que había otra cosa. Más aún, qué pasa cuando vemos filmes narrativos de los años treinta y observamos, con estupor, que las estructuras narrativas son exactamente iguales.
Los Aspectos Estructurales
La estructura narrativa del cine, heredada de la literatura del siglo XIX, es una estructura aristotélica, que presupone la existencia de una narración lineal, con un protagonista, un antagonista, los ayudantes del protagonista, los ayudantes del antagonista, el objeto de deseo ambicionado por los oponentes, el conflicto y su desenlace. Autores como Roland Barthes con Análisis estructural del relato o Vladimir Propp con su Morfología del cuento ciertamente han realizado aportes importantes en la estructura de la narración. Sus investigaciones han sido de gran valor a la hora tanto de crear como de analizar estructuras narrativas. Sin embargo, la mayoría de estos autores tienen como punto de partida la Poética de Aristóteles. Y es que tal vez, a pesar de haber corrido tanta agua, aún nos encontremos bajo el dominio de ciertas formas de pensamiento que impera en el mundo, o mejor dicho, formas de pensamiento que impone el mundo dominador, cuando menos, desde el Renacimiento.
La industria cinematográfica, fiel reflejo de los intereses de un grupo mundial, no ha hecho sino legitimar este paradigma. Más aún ahora, cuando hasta las cinematografías marginales, es decir, el cine del mundo entero excepto Hollywood, han adoptado las leyes del mercado para subsistir, refrendando con ello la inamovilidad de los aspectos estructurales. Si no puedes contra tu enemigo únete a él, como ya lo advierte ese viejo provervio chino. Para colmo, la audiencia entrenada durante años a un tipo de cine no acepta cambios en él. Incluso movimientos que se hacen llamar alternativos muestran, con descaro, únicamente películas en 35 mm., como el caso por ejemplo de DOGMA y tantos otros.
La Insurreción del Videoarte
No deberíamos continuar sin hacer alusión, al menos brevemente, de lo que se conoció como el Octavo Arte, el vídeo, que mezclaba las siete artes convergentes en el cine más la televisión. Cuando la televisión hace su aparición en escena muchos directores de cine vieron en este nuevo medio la posibilidad de romper con los aspectos estructurales de la narración. Su transmisión fragmentada y serializada, la atomización de la audiencia, el formato electrónico que, al contrario del cuadro fílmico momificado, construía y desconstruía la imagen 25 veces por segundo en PAL (o 30 veces en NTSC), y más aún, 525 líneas por cuadro (NTSC), dando un efecto de volatilidad y constante evolución, entusiasmaron a buena parte de los creadores de décadas pasadas. Pero el peso de una intelectualidad temerosa de "prostituirse"con la TV, la dictadura del rating, y, en fin, los prejuicios ideológicos y, muchas veces, mojigatos, terminaron por frustrar las posibilidades expresivas de este, para entonces, nuevo medio. A pesar de ello, actualmente géneros como el video-clip, el rescate del documental, el video-arte y la televisión interactiva (hoy aún vacía de contenido), son muestras evidentes de las posibilidades expresivas del lenguaje audiovisual.
La Comunicación con Hipermedios
Si, como advertíamos al principio de este ensayo, se hacía prudente el paso del tiempo para determinar si las tecnologías digitales eran revolucionarios o evolucionistas, parece indicado aplicar lo mismo ante la disyuntiva de si el hipermedio es un nuevo medio de comunicación o no. Particularmente, así como considero que las tecnologías digitales son revolucionarias, también considero que el hipermedio es un nuevo medio de comunicación. Pero eso sólo podrá ser demostrado, al parecer, con el paso de los años.
De la misma forma, de lo que sí no parece haber dudas es que la comunicación con hipermedios está cambiando y cambiará el lenguaje audiovisual. Más aún cambiará los aspectos estructurales del lenguaje audiovisual, o al menos eso esperamos.
En primer lugar el paso del análogo al digital manifiesta una nueva manera de estructurar los elementos. Lo análogo, es decir la transmisión y almacenamiento electromagnético ha dado paso a una forma mucho más sublime y abstracta de representación: el sistema binario. Si aquél es lineal, consistente, físico, material, éste es no lineal, inconsistente, abstracto, inmaterial. Al parecer, hemos dejado las tres dimensiones para introducirnos en una cuarta dimensión, más holística y unificada. O quizá más bien hemos recuperado una forma de representación. No podemos olvidar que el milenario libro Chino, el I Ching, basa su oráculo en la formación de signos bajo una estructura binaria. Parece que estamos en tiempos de cambios y la internet pudiera voltearse en contra de sus creadores, como Frankestein.
Por otra parte la incorporación del espectador a la interacción de modo que puede afectar directamente el proceso de comunicación traerá, obligatoriamente, maneras inéditas de enfrentar el mensaje audiovisual. Además hay que agregar las capacidades inéditas de almacenamiento y manipulación de la información que nos ofrece la tecnología digital.
Sin embargo, la tecnología va mucho más rápido que la forma de pensamiento. No en vano podemos ver como estas nuevas tecnologías son utilizadas , en general, bajo paradigmas y esquemas anteriores, como es el caso de los primeros CD ROM de enciclopedias. Si bien podemos tirar a la basura una Moviola y sustituirla por un Avid, tal parece que no podemos hacer lo mismo con nuestras formas de pensamiento. Incluso hoy hay gente que utiliza un programa Word, como si fuera una máquina de escribir. En todo caso como bien lo ha señalado Alvin Tofler en La Tercera Ola -ya demodé- una ola no hace desaparecer la anterior, sino que conviven y hasta se nutren, al menos por un tiempo. La fotografía no significó la muerte de la pintura, pero obligó a ésta a evolucionar. Esperemos que lo mismo suceda ahora.
Una reflexión final
Si bien la era digital será lo que ocupe nuestra atención en las próximas décadas, considero tener presente la ubicación histórica que esta era tiene. Lo análogo ha dado paso a lo digital, tecnológicamente hablando. En cuanto a los paradigmas quizá tarden un poco en llegar, sobretodo porque los reaccionarios son quienes detentan el poder de hoy. Pero, a mi juicio, tal vez un tanto atrevido, la era digital no será sino una forma de transición a otra era mucho más abstracta y mucho más conectada con los aspectos elementales de la naturaleza: la era cuántica. Ya se están desarrollando ordenadores cuánticos que traeran, a su vez, nuevos cambios a la aún incipiente era digital. La verdad, no estoy tratando de jugar a pitoniso con esta hipótesis. Simplemente aportar, humildemente, ideas que puedan tal vez iluminar un poco esta oscuridad que reina.
Web: https://www.upf.edu/pdi/dcom/xavierberenguer/cursos/interact/treballs/espinoza/lenguaje.html
Descriptor(es)
1. CINE DIGITAL
2. LENGUAJE AUDIOVISUAL
3. NUEVAS TECNOLOGIAS AUDIOVISUALES
Autor(es): Juan Carlos Espinosa I
Publicación: Universitat Pompeu Fabra.
Idioma: Español
Formato: Digital
Introducción
Carl Jung, en el prólogo que hace a la edición occidental del I Ching, advierte que en muchas ocasiones el problema principal es justamente determinar cuál es el problema. La formulación de la pregunta adecuada, previene Jung, es usualmente la vía para encontrar la respuesta adecuada, debido a que, paradójicamente, en la esencia misma de la pregunta está la respuesta.
Entonces quizá la pregunta adecuada debería ser ¿las tecnologías digitales provocaran la evolución del lenguaje audiovisual o por el contrario lo revolucionaran? ¿son las tecnologías digitales evolucionistas o revolucionarias? Según Omar Calabrese, en La Era Neobarroca, sólo el tiempo nos permiten determinar, a la distancia, los efectos reales que producen los cambios en la sociedad. Particularmente considero que las tecnologías digitales son revolucionarias, a pesar de las grandes resistencias que esta opinión genera en ciertos sectores. Ya lo advierte Mcluhan en ese texto rescatado en nuestros días, El Medio es el Mensaje con más o menos estas palabras: existe, por naturaleza, resistencia a aceptar cambios en la sociedad.
Pero en todo caso, evolución o revolución tienen un punto en común: el cambio. En este ensayo no nos aventuraremos a demostrar una hipótesis por sobre otra, pero es conveniente hacerla explícita, para que luego, con los años, podamos volver a este punto inicial. Aquí más bien intentaremos delimitar un panorama general de los problemas audiovisuales que se encuentran en esta encrucijada y, en vez de encontrar respuestas, más bien generar preguntas.
De modo que la nueva pregunta central sería ¿cuáles son los cambios que experimentará el lenguaje audiovisual ante la incorporación de la tecnología digital? ¿a dónde nos conducirá todo esto? Y la verdad, si buscamos ser rigurosos, la pregunta debería ser ¿cuáles son las oportunidades de cambio que se presentan en el lenguaje audiovisual ante la incorporación de la tecnología digital? Porque, hay que decirlo, una cosa son las expectativas que puedan tener realizadores e investigadores y otra cosa es la ley que domina la sociedad actual: el mercado.
Breve panorama de la evolución/estancamiento del lenguaje audiovisual
Luego de haber traspasado la barrera de los cien años desde la primera exhibición en público de un filme, podríamos siquiera intentar un análisis de lo que ha ocurrido en el ámbito estético del lenguaje audiovisual. Pero antes, es pertinente retomar cómo se forma el lenguaje audiovisual.
El cine debe su apodo de Séptimo Arte porque conjuga las otras siete artes: la pintura, el teatro, la literatura, la música, la danza y la arquitectura. Cada una de estas artes posee su propio lenguaje, surgido a su vez de una mezcla con distintas expresiones artísticas. Por ejemplo, la literatura se nutre de la pintura, que a su vez puede nutrirse de la arquitectura, que a su vez puede nutrirse de la música, y así hasta el infinito. De modo que cuando hablamos de lenguaje audiovisual estamos hablando del sincretismo de muchos otros lenguajes que provienen respectivamente de un sincretismo, creando una especie de construcción en abismo. En el cine, esta inmensa -y muchas veces subutilizada- constelación de lenguajes convergen en el proceso de montaje. De allí que la Escuela Soviética de principios de siglo haya puesto especial atención a esta fase de la construcción cinematográfica. Pero esta especificidad del cine, esta inmensa posibilidad expresiva del cine ha sido, paradójicamente, un obstáculo para su desarrollo.
A lo largo de cien años de producción cinematográfica, ciertamente el lenguaje ha evolucionado en muchos aspectos, los aspectos formales, pero se ha estancado peligrosamente en otros aspectos, los estructurales, quizá más importantes que los primeros. Volviendo al tema de evolución y revolución, tal vez podamos afirmar que el cine ha evolucionado durante cien años pero al estancarse en los aspectos estructurales ocurre lo que aconteció hace millones de años con los, ahora de moda, dinosaurios. Quizá la tecnología digital venga a revolucionar esta estructura, bajo otro formato por supuesto.
Los Aspectos Formales
La calidad de la imagen producto de la innovación en las lentes y en las emulsiones de la película, los efectos visuales y de sonido, el perfeccionamiento de la banda sonora (tanto tecnicamente como expresivamente), la profesionalización de los actores y de la industria en general, la innovación en los contenidos narrados tanto para usos políticos como contemplativos, las "audacias" narrativas, etc. Son los aspectos que consideramos formales. No cabe duda que si comparamos los filmes de principios de siglo con los de ahora, el lenguaje (formal) ha evolucionado de manera, incluso, sorprendente. No olvidemos que la industria del cine está entre los primeros sectores del mundo (desarrollado) en movilización de capital. Si a esto sumamos la espectacular distribución experimentada en estos últimos años producto de la globalización de la economía, y el avance en comodidad y calidad técnica de las salas de exhibición, encontramos que de aquellos días en que había que llevarse la silla a la sala de cine, que casi siempre era una iglesia, a nuestros días, la diferencia es abismal. Nadie podría dudarlo.
Pero qué pasa cuando vemos Octubre de Eisenstein o Napoleón de Abel Gance, y tenemos la sensación de que había otra cosa. Más aún, qué pasa cuando vemos filmes narrativos de los años treinta y observamos, con estupor, que las estructuras narrativas son exactamente iguales.
Los Aspectos Estructurales
La estructura narrativa del cine, heredada de la literatura del siglo XIX, es una estructura aristotélica, que presupone la existencia de una narración lineal, con un protagonista, un antagonista, los ayudantes del protagonista, los ayudantes del antagonista, el objeto de deseo ambicionado por los oponentes, el conflicto y su desenlace. Autores como Roland Barthes con Análisis estructural del relato o Vladimir Propp con su Morfología del cuento ciertamente han realizado aportes importantes en la estructura de la narración. Sus investigaciones han sido de gran valor a la hora tanto de crear como de analizar estructuras narrativas. Sin embargo, la mayoría de estos autores tienen como punto de partida la Poética de Aristóteles. Y es que tal vez, a pesar de haber corrido tanta agua, aún nos encontremos bajo el dominio de ciertas formas de pensamiento que impera en el mundo, o mejor dicho, formas de pensamiento que impone el mundo dominador, cuando menos, desde el Renacimiento.
La industria cinematográfica, fiel reflejo de los intereses de un grupo mundial, no ha hecho sino legitimar este paradigma. Más aún ahora, cuando hasta las cinematografías marginales, es decir, el cine del mundo entero excepto Hollywood, han adoptado las leyes del mercado para subsistir, refrendando con ello la inamovilidad de los aspectos estructurales. Si no puedes contra tu enemigo únete a él, como ya lo advierte ese viejo provervio chino. Para colmo, la audiencia entrenada durante años a un tipo de cine no acepta cambios en él. Incluso movimientos que se hacen llamar alternativos muestran, con descaro, únicamente películas en 35 mm., como el caso por ejemplo de DOGMA y tantos otros.
La Insurreción del Videoarte
No deberíamos continuar sin hacer alusión, al menos brevemente, de lo que se conoció como el Octavo Arte, el vídeo, que mezclaba las siete artes convergentes en el cine más la televisión. Cuando la televisión hace su aparición en escena muchos directores de cine vieron en este nuevo medio la posibilidad de romper con los aspectos estructurales de la narración. Su transmisión fragmentada y serializada, la atomización de la audiencia, el formato electrónico que, al contrario del cuadro fílmico momificado, construía y desconstruía la imagen 25 veces por segundo en PAL (o 30 veces en NTSC), y más aún, 525 líneas por cuadro (NTSC), dando un efecto de volatilidad y constante evolución, entusiasmaron a buena parte de los creadores de décadas pasadas. Pero el peso de una intelectualidad temerosa de "prostituirse"con la TV, la dictadura del rating, y, en fin, los prejuicios ideológicos y, muchas veces, mojigatos, terminaron por frustrar las posibilidades expresivas de este, para entonces, nuevo medio. A pesar de ello, actualmente géneros como el video-clip, el rescate del documental, el video-arte y la televisión interactiva (hoy aún vacía de contenido), son muestras evidentes de las posibilidades expresivas del lenguaje audiovisual.
La Comunicación con Hipermedios
Si, como advertíamos al principio de este ensayo, se hacía prudente el paso del tiempo para determinar si las tecnologías digitales eran revolucionarios o evolucionistas, parece indicado aplicar lo mismo ante la disyuntiva de si el hipermedio es un nuevo medio de comunicación o no. Particularmente, así como considero que las tecnologías digitales son revolucionarias, también considero que el hipermedio es un nuevo medio de comunicación. Pero eso sólo podrá ser demostrado, al parecer, con el paso de los años.
De la misma forma, de lo que sí no parece haber dudas es que la comunicación con hipermedios está cambiando y cambiará el lenguaje audiovisual. Más aún cambiará los aspectos estructurales del lenguaje audiovisual, o al menos eso esperamos.
En primer lugar el paso del análogo al digital manifiesta una nueva manera de estructurar los elementos. Lo análogo, es decir la transmisión y almacenamiento electromagnético ha dado paso a una forma mucho más sublime y abstracta de representación: el sistema binario. Si aquél es lineal, consistente, físico, material, éste es no lineal, inconsistente, abstracto, inmaterial. Al parecer, hemos dejado las tres dimensiones para introducirnos en una cuarta dimensión, más holística y unificada. O quizá más bien hemos recuperado una forma de representación. No podemos olvidar que el milenario libro Chino, el I Ching, basa su oráculo en la formación de signos bajo una estructura binaria. Parece que estamos en tiempos de cambios y la internet pudiera voltearse en contra de sus creadores, como Frankestein.
Por otra parte la incorporación del espectador a la interacción de modo que puede afectar directamente el proceso de comunicación traerá, obligatoriamente, maneras inéditas de enfrentar el mensaje audiovisual. Además hay que agregar las capacidades inéditas de almacenamiento y manipulación de la información que nos ofrece la tecnología digital.
Sin embargo, la tecnología va mucho más rápido que la forma de pensamiento. No en vano podemos ver como estas nuevas tecnologías son utilizadas , en general, bajo paradigmas y esquemas anteriores, como es el caso de los primeros CD ROM de enciclopedias. Si bien podemos tirar a la basura una Moviola y sustituirla por un Avid, tal parece que no podemos hacer lo mismo con nuestras formas de pensamiento. Incluso hoy hay gente que utiliza un programa Word, como si fuera una máquina de escribir. En todo caso como bien lo ha señalado Alvin Tofler en La Tercera Ola -ya demodé- una ola no hace desaparecer la anterior, sino que conviven y hasta se nutren, al menos por un tiempo. La fotografía no significó la muerte de la pintura, pero obligó a ésta a evolucionar. Esperemos que lo mismo suceda ahora.
Una reflexión final
Si bien la era digital será lo que ocupe nuestra atención en las próximas décadas, considero tener presente la ubicación histórica que esta era tiene. Lo análogo ha dado paso a lo digital, tecnológicamente hablando. En cuanto a los paradigmas quizá tarden un poco en llegar, sobretodo porque los reaccionarios son quienes detentan el poder de hoy. Pero, a mi juicio, tal vez un tanto atrevido, la era digital no será sino una forma de transición a otra era mucho más abstracta y mucho más conectada con los aspectos elementales de la naturaleza: la era cuántica. Ya se están desarrollando ordenadores cuánticos que traeran, a su vez, nuevos cambios a la aún incipiente era digital. La verdad, no estoy tratando de jugar a pitoniso con esta hipótesis. Simplemente aportar, humildemente, ideas que puedan tal vez iluminar un poco esta oscuridad que reina.
Web: https://www.upf.edu/pdi/dcom/xavierberenguer/cursos/interact/treballs/espinoza/lenguaje.html
Descriptor(es)
1. CINE DIGITAL
2. LENGUAJE AUDIOVISUAL
3. NUEVAS TECNOLOGIAS AUDIOVISUALES