Artículo dedicado a la labor de los nuevos realizadores del audiovisual
cubano. Da inicio a sus reflexiones tomando como punto de partida el éxito
alcanzado por la Primera Muestra Nacional del Audiovisual Joven auspiciada
por el ICAIC y el estreno de Tres veces dos y el documental, ¿ o deberíamos decir reportaje?, Montaña de luz.
Resaltó que el último decenio  evidenció la formación de un nuevo mapa audiovisual y cultural que reclamaba nuevas imágenes y relatos de la isla.
Resaltó que la llegada del siglo XXI trajo los éxitos de "producciones independentes" realizadas por jóvenes graduados de la FAMCA, la EICTV y jóvenes autodidactas y espontáneos con nuevas formulaciones estéticas, conceptuales y formales. Este criterio de independencia marcó el surgimiento del Festival de Cine Pobre. Añadió que el panorama audiovisual del presente incluye la irrupción de jóvenes provenientes del diseño o las artes plásticas que con frecuencia e interés utilizan los soportes digitales para filmar obras de fuerte sentido experimental y textos fímicos con una singular imagen de nuestra isla,  obras autónomas de jóvenes que aprecian el valor estético de muchos de los filmes producidos en la isla, pero con poseen una filiación o entrega a un proyecto más guiado por intereses individuales o profesionales que por demandas institucionales.  Apuntó que el cine de los últimos quince años lleva el sello de las coproducciones y la política de estrenos cinematográficos ha tenido que hacer circular  prácticamente todos sus filmes en soportes de video. Indicó que la industria no ha sido capaz de resolver su exhibición a nivel nacional a pesar la cantidad de salas de video, de ahí que "pàra el gran público, el que conforma la "Cuba profunda", el término cine alternativo, periférico o independiente comporta otro significado".
Por otra parte, precisó que el video analógico o digital se ha convertido en el único medio con el que cuentan los "artistas independientes" para relatar sus historias. Finalmente precisó que "se ha intentado coartar la libertad creadora y el espíritu independiente de muchos de estos talentosos jóvenes, prohibiendo  la exhibición de sus materiales al considerar que no ofrecen  esa imagen desconflictuada, y esperanzadora de la realidad", por lo que a ellos les basta para "tener una voz, una idea y reclamar una expresión en el complejísimo y plural espacio de esta nación".