FICHA ANALÍTICA

El Cine entre las Artes: Un libro necesario.
García Verdecia, Manuel (1953 - )

Título: El Cine entre las Artes: Un libro necesario.

Autor(es): Manuel García Verdecia

Fuente: Revista Cine Cubano On Line

Número: 6

Año de publicación: 2007

El Cine entre las Artes: Un libro necesario.

 La relevancia de la aparición de un nuevo libro no solo está sostenida en sus calidades intrínsecas. También debe considerarse el modo en que este suple ciertas carencias informativas y responde a urgencias cognoscitivas en el público al cual se dedica. En tal sentido, El cine entre las artes. Reflexiones estéticas sobre cine, del doctor José Rojas Bez, publicado ahora por la casa editora Pueblo y Educación, constituye un libro oportuno y sumamente útil, un intento notable por cubrir una zona de conocimiento deficitaria en nuestras bibliotecas.

Antes de referirme al libro, hablaré del autor. Lo hago así, porque la aceptación de una obra de estas características, se relaciona ineludiblemente con el criterio de autoridad. Siempre que nos enfrentamos a un texto que trata de esclarecer y desarrollar determinados presupuestos teóricos, nos preguntamos: ¿quién es este autor?, ¿qué puede aportarnos sobre el tema? Es lógico que no confiemos nuestro tiempo, paciencia e inteligencia a cualquier diletante que se apreste a desbarrar sobre un asunto.

En este caso, se trata de un autor maduro y experto que reúne las debidas competencias para arrojar luces sobre la materia, informarnos e incitarnos. Con un rico currículo de ensayista y profesor, Rojas Bez ha dedicado más de tres décadas, desde sus años como fundador del Cine Club de la Universidad de La Habana y la revista Arte 7, a la enseñanza, la investigación y la crítica de cine. Ha ejercido sistemáticamente como docente de esta área de conocimientos (primero en la Universidad de Holguín, entre otras instituciones, y hoy día en la Facultad de Medios de Comunicación del Instituto Superior de Arte). También ha impartido cursos en Colombia, Ecuador, México y España. A la vez, ha desplegado una labor crítica a través de la prensa escrita, la radio, la televisión y diversos sitios web. Sus artículos han sido publicados en revistas de quince países hispanoamericanos. Ha investigado profusamente sobre el cine, lo cual fue epitomado por la obtención del grado académico de doctor con su tesis «Pedagogía del cine y los medios audiovisuales». Obtuvo, por oposición, una beca de investigaciones de la Fundación Carolina, en España, para trabajar sobre el tema del cine y los medios. Ha publicado siete libros correspondientes a la materia, entre los que destacan Arte, cine y videotape: límites y confluencias (Ediciones Holguín, 1987); El cine por dentro (Universidad Iberoamericana, México, 2000); y De cine, TV y otros medios (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2000). Sus incursiones docentes e investigativas en áreas de la literatura, la cultura, las artes plásticas, la semiótica y la comunicología, le han aportado un bagaje y un horizonte intelectual que enriquecen sus apreciaciones en el campo del cine. Como puede deducirse, nos encontramos ante un autor de completa fiabilidad profesional.

Un primer aspecto a destacar, es que esta es una obra de temática poco abordada por especialistas cubanos. En el panorama de publicaciones referentes al cine en nuestro país, se ha dedicado una notable cifra de trabajos a la valoración de obras, autores y épocas, así como a la evolución histórica. Sin embargo, es exiguo el número de libros que intentan un abordaje en torno al aspecto teórico del cine como arte. En tal sentido, el nuevo libro de Rojas no solo constituye un aporte sino una singular mirada a partir de una sólida referencia. Con una sedimentada formación en diversos campos conexos, el autor se mueve eficazmente para elaborar su personal concepto de cine e ilustrar de manera justificada el carácter abierto y mestizo de este arte.

El propósito del autor rebasa lo estrictamente cinematográfico. Al desarrollar sus apreciaciones, por supuesto que aborda y desglosa lo correspondiente a lo cinematográfico, pero siempre con un contrapunteo hacia otras artes y hacia medios concomitantes. Esto le confiere una visión armónica, necesaria en un momento donde nuevos desarrollos en técnicas de comunicación por imágenes, hacen interrogarnos sobre las posibilidades del cine para su propia evolución y supervivencia. Rojas confronta el viejo concepto de «arte de las imágenes en movimiento» y busca aquello que, independiente de experimentaciones y renovaciones, le es esencial y permanente. Es así que su propuesta de definición posibilita resituarlo en nuevas perspectivas, mediante la incorporación de sucesivos desarrollos técnicos. Por tanto, el eje temático de esta obra es proponer una definición de cine atemperada a la constante transformación mediática e informática.

El autor identifica al cine como «arte de la sucesión coherente de imágenes audiovisuales, recreadas a partir de una superficie y una matriz». De modo que la recreación de un mundo imaginal audiovisual, pero sin soslayar las condicionantes de la superficie y las matrices, sería su esencia como arte. Esta definición personal, pero cuidadosamente rigurosa en lo metodológico, asume lo nuclear de conceptos previos, pero lo enfoca de modo que comprende su evolución. Concibe lo medular del cine, pero establece el margen para los nexos con otras artes y medios, lo que afirma las inagotables potencialidades de expresión del cine. La definición propuesta, permite la aplicación al video, al cine digital, a imágenes holográficas, en tercera dimensión, etcétera.

A partir de este núcleo conceptual, con visión multilateral y coherente, aborda los componentes intrínsecos del cine, así como lo que toma de otras artes para su enriquecimiento. Es por ello que la estructura del libro tiene que ver con las propias intenciones y argumentaciones que nos ofrece el autor. Tras ese primer capítulo, «En busca de una definición actualizada de cine», sigue un repaso a los componentes de la creación cinematográfica. Con documentada síntesis y a partir del peso de lo visual en el cine, aborda elementos como los planos, el encuadre, el montaje. El autor es consciente del fundamento de este como modelo imaginal, pero toda imagen obtenida artísticamente es una creación, el resultado de una subjetividad, es por ello que se debe analizar esa dialéctica. Lo significativo de esta revisión es que el autor analiza fundamentos, causas y consecuencias. Ahonda en elementos de la filosofía del arte, la semiótica y las apropiaciones interartísticas, para enriquecer la visión estrictamente cinematográfica de sus conceptos y la definición propuesta.

En otro capítulo, «El cine como arte, como medio de comunicación y como industria», aborda las expansiones funcionales que el propio cine puede adquirir. Si bien es este un arte que ha bebido de los aportes de otras artes y técnicas, a la vez, ha constituido soporte para el desarrollo de otras formas culturales. El ensayista razona cada uno de los matices de este complejo fenómeno y aunque su mirada está centrada en el cine como arte, no deja de reconocer la validez de esas otras facetas. Reconoce las dificultades que el fenómeno industrial inobjetablemente presenta al cine. Sin embargo, sostiene que el peso industrial o mediático no es lo que hace al arte sino sus contribuciones estéticas.

Los capítulos que siguen, amplían y arrojan conocimientos complementarios al carácter artístico del cine. En «El cine —¿síntesis?— entre las artes», se desglosan las incorporaciones del cine a partir de otras artes canónicas. Lo central aquí es la defensa, debidamente razonada del autor, del presupuesto del cine como un arte que sintetiza recursos de otras artes, pero sin invalidar ninguna y alcanzando recursos y vuelos muy propios. Sigue un capítulo sobre un tema polémico: el de los géneros. En «La cuestión de los géneros», al remontarse a Aristóteles y en constante apoyatura en la diferenciación genérica de la literatura —el vecino más consustancial tal vez—, el investigador realiza una profusa confrontación de ciertos manejos genéricos que se han hecho e indica sus inconsecuencias. Lanza una posición a partir del modo de hacer el cine, o sea, lo documental, lo ficcional y el dibujo animado, lo cual se combinaría con presupuestos temáticos e intencionales, para conformar una caracterización genérica más compleja y acorde. Es esta una apreciación muy atendible.

Finalmente, Rojas Bez se adentra en lo paracinematográfico, en la recepción crítica del cine. En «El complejo ejercicio del debate y la crítica», se despliega una exposición de aspectos sobre su promoción y valoración, y se proponen elementos metodológicos para un mejor desempeño de la crítica atemperada a las circunstancias y a los receptores. Con ese capítulo, El cine entre las artes. Reflexiones estéticas sobre cine, cumple un ciclo, desde la idea rectora del arte hasta su percepción informada.

 Escrito con un lenguaje preciso sin desterrar elegancias, donde la impronta del profesor auxilia al ensayista y le ilumina en la organización y coherencia de sus análisis, el libro es útil no solo para especialistas sino para el público interesado en este arte. Su enfoque hacia lo valorativo, donde el centro es la dimensión estética, enaltece un arte que aún tiene mucho por decir en un mundo agobiado por los excesos técnicos y falsamente artísticos. Es muy apropiado en una era donde se confunden destellos tecnológicos, presupuestos astronómicos y rostros embellecidos con lo artístico. José Rojas Bez hace su propuesta, culta, informada, apasionada, no para hacernos acólitos, sino para incentivarnos a mirar el cine de un modo más enriquecedor y permanente.



Descriptor(es)
1. ENSEÑANZA DEL CINE
2. INVESTIGACIONES CINEMATOGRAFICAS
3. LITERATURA Y CINE
4. TECNOLOGIAS
5. TEORÍA DEL CINE

Web: http://www.cubacine.cult.cu/sitios/revistacinecubano/digital06/cap06.htm