Este material audiovisual contiene los siguientes documentales de la cineasta cubana Gloria Rolando:

-Oggún, un eterno presente (1991, 51 minutos)
-Raíces de mi corazón (2001, 50 minutos)
-Los marqueses de Atarés (2003, 46 minutos) 
-Paisajes del corazón y la memoria (2007, 48 minutos)
-Nosotros y el jazz (2004, 44 minutos)

Oggún, un eterno presente está dedicado a la tradición yoruba y a la leyenda de Oggún, el incansable guerrero que, enamorado de su madre, decide vivir prisionero en las montañas. Este documental también rinde tributo al cantante Lázaro Ros, una de las personalidades más importante de la cultura afrocubana, quien relata la historia que se cuenta.

En Raíces de mi corazón una mujer habanera comienza a descifrar los secretos familiares a través de las fotos de sus bisabuelos. Entre la realidad y el sueño, ella conocerá los vínculos de esta pareja, especialmente su bisabuelo, con el partido independiente de color, y el trágico final de los hechos ocurridos en 1912.

Los marqueses de Atarés tiene como propósito acercarse a las integrantes de la comparsa así nombrada, quienes le dieron un sello particular al carnaval habanero desde los años 30. Su música y sus cantos permearon las vivencias de muchos habaneros que, generación tras generación, disfrutaron de las congas que identificaban a cada agrupación y a cada barrio.

Paisajes del corazón y la memoria aborda el origen de las familias cubano-caimaneras, provenientes tanto de la Isla de Pinos como de las Islas Caimán.

Nosotros y el jazz es la historia de un grupo de jovenes habaneros que en los años 40 y 50 se reunieron alrededor de este género musical. En casas particulares, sociedades de negros y algunos bares de la ciudad de la Habana, disfrutaron de lo que llamaron entonces "jam sesion". Películas como "Stormy weather" y "Cabin in the sky"  hicieron soñar a estos jóvenes que descubrían el arte de los músicos, cantantes y bailarines afroamericanos. En la actualidad, con sus 60 y 70 años, estos bailadores de jazz tradicional, mantienen una especial vitalidad. En los recuerdos de juventud y en los relatos del presente, se expresa una hermosa complicidad entre el jazz y la amistad.

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