|
Ponencia presentada por Nicolás Schonfeld durante la Muestra Iberoamericana de Televisión Infantil (Bogotá, Colombia. 11 y 12 de junio de 2009).
Buenas Tardes, muchísimas gracias a la Comisión nacional de Televisión de Colombia por haberme invitado a participar en este encuentro en representación de TAL. Voy a contarles acerca del trabajo de la Red TAL. Este es un proyecto iniciado por iniciativa brasileña. Comenzó a pensarse a partir del año 2000- 2001 y empezó a gestionarse a finales del 2003, impulsado por actores vinculados al documental y al audiovisual educativo. Surgió motivado por la necesidad de la revalorización de lo público y de lo latinoamericano. Estuvimos muchos años acostumbrados, por lo menos en mi país, en Argentina, a mirar mucho más hacia Europa o eventualmente hacia Estados Unidos, que hacia América Latina. Desde esa perspectiva, quienes iniciaron esta experiencia, a la que me sumé en el año 2004, tenían la idea de que para poder empezar a construir realmente una integración latinoamericana, independientemente de acuerdos culturales o políticos que puedan existir entre un gobierno u otro en la región, era muy importante comenzar a romper ciertas barreras culturales que tenemos entre nosotros. Es muy común que conozcamos desde el discurso audiovisual muchísimo más de la realidad de Estados Unidos y de sus distintas ciudades, de cómo es la gente de Arkansas, de Missouri, de Nueva York, de distintos sectores de Estados Unidos, de lo que conocemos a nuestros vecinos, tenemos poca visión propia de América Latina.
Esto en parte se debe a un aspecto que tiene que ver mucho con el desarrollo de industria audiovisual en América Latina y es la posibilidad que tienen las grandes cadenas de la televisión de comprar latas, es decir, material extranjero a mucho menor precio, que producir series en nuestros países.
También notamos que a pesar de la cercanía geográfica y cultural, es muy difícil que el público, ya sea argentino, colombiano o brasileño, se pudiera sentar a ver cine chileno o cubano de manera cotidiana. Entonces nos damos cuenta que es muy importante construir una formación del público. Y para lograr esto es muy importante que la televisión empiece a construir un diálogo latinoamericano que vaya más allá de los temas que usualmente nos unen, como por ejemplo lo deportivo: la Copa Libertadores de América, la Copa América, las celebraciones del mundial, etc. En mi país es muy común que nos interese mucho más, qué pasa en Deportivo Cuenca, Nacional de Medellín, etc., que lo que pasa en Medellín, cuáles son los deseos, los sueños, las necesidades, las particularidades, las diferencias entre los paisas y los bogotanos, etc.
Con esta idea empezamos a pensar en la posibilidad de organizar un intercambio audiovisual que permitiera construir este diálogo de identidades con esta idea fundamental: que para poder construir una comunidad latinoamericana, es muy importante conocernos. Es muy difícil que el argentino rompa su barrera con el chileno o con el brasileño o el uruguayo si no conocemos un poco más allá del estereotipo ya construido, y que naturalmente, sin darnos cuenta, nosotros reproducimos. Con esto en mente comenzamos a armar una red constituida por diversos actores vinculados a lo audiovisual, específicamente no comercial - no por una idea de que lo comercial es el enemigo o que lo comercial tiene que llegar de afuera, o que no es válido, sino simplemente, porque la lógica de la televisión comercial es una lógica que tiene que ver con la necesidad de autofinanciarse con publicidad, con la necesidad del rating, de lo masivo, y por supuesto de lo exclusivo: la idea de tener lo que los otros no tienen. Y ésta lógica obviamente se distancia de la idea de socializar los contenidos.
El siguiente paso fue empezar a pensar cuales son los factores con los que podríamos trabajar. Durante dos años nos dedicamos básicamente a armar una constitución del proyecto. Empezamos a firmar convenios y a asociar a este proyecto a los diferentes ministerios de cultura, a las televisoras públicas, a las asociaciones de documentalistas, a las televisoras independientes y a las escuelas de cine de toda América Latina.
Luego de dos años de trabajo construimos con una red de casi 100 instituciones asociadas, un marco político institucional que permitiera conseguir financiamiento para este proyecto a partir de un acuerdo entre muchas organizaciones y los distintos actores del campo visual. Entonces comenzamos a armar un proyecto que llamamos el "Banco de Documentales de América Latina", una iniciativa que contó con el apoyo del Ministerio de Cultura de Brasil y que permitió empezar a explorar los materiales existentes en América Latina, producidos por televisoras públicas, por documentalistas, por escuelas de cine, los mejores trabajos de los estudiantes, etc. Así armamos este banco, que cuenta hoy con 3000 horas de material, 1200 en idioma portugués, y unas 1800 horas en español.
A continuación nos encargamos de traducir y subtitular de un idioma al otro. Esta labor fue compleja porque Televisión América Latina es una red, un proyecto que se basa en la celebración de la diversidad, entonces había que encontrar una manera de poder hacer una traducción alejada lo más posible del idioma neutro, del español neutro por ejemplo, pero que al mismo tiempo permitiera, entender las distintas expresiones en español. De igual forma, que las diferentes formas de hablar portugués en Brasil tuvieran la posibilidad de expresarse y encontrar un lugar. Luego comenzamos a desarrollar una distribución entre los diferentes actores y a partir del año 2008, luego de tener más del 60%-70 % del banco audiovisual en condiciones, abrimos una página web que funciona como una web TV, donde cualquier persona que entra puede encontrar materiales de toda América Latina, de documentalistas, de televisoras públicas, y de televisoras independientes. Finalmente, con todo este proceso logramos construir una red de trabajo donde los distintos canales de televisión pública de América Latina, eligen una franja de programación y seleccionan contenidos; así es como por ejemplo, aquí en Colombia, Señal Colombia, el canal de la Universidad del Valle o el Canal Universitario de Antioquia pueden eligir contenidos de Argentina, de Brasil, de Uruguay y de otros países de latinoamericanos.
En este momento nosotros estamos trabajando en un convenio con Teleantioquia y estamos trabajando puntualmente con la Comisión Nacional de Televisión para firmar un acuerdo que englobe directamente a las televisoras nacionales de Colombia y que todas puedan acceder a este contenido. Se trata de un intercambio libre y gratuito de materiales que ya existen, que ya fueron producidos y que las distintas señales emiten. Por ejemplo la serie colombiana Banderas En Marte - que ha tenido un éxito enorme en muchos de los países. Hay muchísimo material de televisión pública colombiana que es emitido por canales como Señal Colombia, que acá tienen poco rating, pero que en canales públicos de otros países tienen un éxito rotundo.
La etapa inicial de nuestro trabajo fue garantizar el primer cambio y lograr que los distintos países pudieran emitir contenidos de los demás; creemos que ésta es la base fundamental de un intercambio y de un diálogo de la identidades.
El segundo paso tiene que ver con la idea de incentivar el trabajo de los productores independientes y de los productores y en general, promover producciones que permitan continuar con este diálogo, pero a partir de los nuevos contenidos. Así fue como surgió la serie “Los Latinoamericanos”, para la cual, un equipo de documentalistas en cada uno de los países de América Latina, desarrolló un documental que es una búsqueda subjetiva de la identidad nacional de su país, de las identidades regionales, de las tensiones que surgen a raíz de esta situación. Ya tenemos listos los documentales de diez países. Este año, si la situación financiera lo permite, seguiremos con la producción de los chilenos y los brasileños, y así sucesivamente, hasta completar los 20 países.
Al mismo tiempo TAL es una red que produce y arma coproducciones con talentosos actores. Ahora estamos comenzando una producción con el Canal Encuentro de Argentina. De ese modo esperamos seguir creciendo. En síntesis, hemos llevado a cabo un proceso de búsqueda e identificación de programación, selección, distribución y ahora estamos en esta etapa de coproducción. Todo con la idea fundamental de construir un diálogo de diversidades y fortalecer formalmente las televisoras públicas con este intercambio.
¿Qué ventajas tiene intercambio? Permite concentrar la producción en contenidos de calidad contando con la posibilidad de obtener otros contenidos de forma gratuita que hizo otra televisora de América Latina. Al mismo tiempo, permite mostrar que tenemos muchísimas cosas en común, muchas que nos diferencian, diversas problemáticas y cuestiones puntuales en común entre los distintos países. TAL es un proyecto de televisión educativa y cultural, no trabaja específicamente con la televisión infantil, aunque muchas cosas de TAL servirían para la televisión infantil. Nosotros creemos que independientemente del proceso puntual de la organización de América Latina, la posibilidad de intercambio es fundamental para poder construir un espacio audiovisual latinoamericano de calidad en el campo de la televisión infantil.
Hay muchas experiencias de producción exitosas en América Latina, por ejemplo, la experiencia de Patricia Arriaga en Once niños y la experiencia de Beth Carmona con TV Cultura. También hay experiencias nuevas como la de Canal Encuentro, que está organizando una franja de televisión infantil y coproduciendo con muchos actores de América Latina. Pero en todos los casos se trata de experiencias aisladas. Lo que nosotros soñamos es la posibilidad de articular estos esfuerzos y pensar en un espacio común que pueda permitir - como ya está pasando un poco - que dos o tres canales hagan una coproducción y de esta forma obtengan resultados de calidad con una menor inversión. Es el mismo objetivo perseguido por redes como ALA, enfocadas en preservar el espacio de lo público y construir una televisión de calidad.
Si bien la televisión infantil no es televisión educativa exactamente o no debe ser televisión educativa, o debe eludir el formato de la televisión educativa, de acuerdo muchos especialistas, en lo que estamos todos de acuerdo es en que la idea de construir una televisión lúdica, atractiva, entretenida, seductora es fundamental.
Hemos comentado con varios de los ponentes en esta Muestra acerca de la necesidad de preservar la televisión pública, de crecer y de que las experiencias que existieron y que por circunstancias políticas o económicas en algunos países se van cerrando, puedan ser recatadas por los países que están naciendo para esta idea. En Argentina, por ejemplo, la televisión pública hace 5 años no existía prácticamente; hoy, de la mano de de Canal Encuentro, es un área que está en pleno crecimiento.
También es clave que la sociedad civil, tenga una incidencia fundamental, es decir, que garantice que se lleven adelante políticas de estado, políticas que tengan continuidad, de forma que un cambio de gobierno no produzca el corte de una televisión educativa, cultural, infantil. La sociedad civil tiene que convertirse en guardián de ese desarrollo. Por supuesto que el Estado tiene un papel fundamental, pero si le dejamos todo al Estado, vamos a vivir, sobre todo en América Latina, al ritmo de los cambios políticos y coyunturales del momento, que hacen que un proyecto que nace no alcance a desarrollarse cuando ya debe morir.
Lo último que quiero decir, es que celebro muchísimo esta iniciativa de la Comisión Nacional de Televisión. Me parece, me parece fundamental que haya mas encuentros como estos, que los distintos sectores del marco político en América Latina, puedan ponerse de acuerdo en algunos elementos básicos, a nivel regional, y que las organizaciones de la sociedad civil, los grupos independientes, los productores, los actores, las ONG, etc., puedan armar un espacio fuerte que garantice la continuidad de las políticas públicas de desarrollo humano, independientemente de los colores políticos de turno.
Muchas gracias.
|