En este volumen se entrelazan  el dramático recuento de una experiencia colectiva y el testimonio vivo de  algunos de sus más notables participantes, un mosaico de visiones y opiniones  que marcan el espacio audiovisual de la cultura cubana durante el Período Especial y más allá. Rodar en Cuba...habla de esa etapa de incertidumbre y carencias y también de iniciativas, en la que se pasó de una producción limitada, pero estable -patrocinada por el Estado-  a otra incierta y riesgosa en que el cineasta  debió buscar sus propias fuentes de abastecimiento. En esta fase de transición, los nuevos realizadores, aún sabiéndose herederos de una tradición cultural y artística, se decidieron a fundar otra: la del audiovisual  basado en redefiniciones  de la identidad que que favorecieran el rechazo de los estereotipos y de los temas tabú, así como la alianza con sectores privados y la ampliación de fronteras temáticas y estilísticas, hasta entonces ancladas mayormente en lo nacional.