“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano.
Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)
CRITICA
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Gasolina, una bocanada de aire fresco en su momento
Hablar de una industria de cine guatemalteco resulta una labor titánica, y no precisamente por la cantidad de filmes que el país vecino produce, sino por la falta del mismo. Es por eso que Gasolina, de Julio Hernández Cordón, cinta presentada hace dos años en el Festival de Cine San Sebastián y que cosechara premios en dicho evento, resulta un agradable suceso gracias al reconocimiento que obtuvo.
La trama gira en torno a tres muchachos que toman su vida demasiado a la ligera, sin dinero pero con auto, y deciden robar gasolina de otros vehículos y hacer cosas sin sentido por el simple hecho de sentirse libres y capaces de todo. Con una producción más que modesta, la ópera prima de Julio Hernández Cordón logra retratar la vida de los jóvenes en Guatemala, que a la vez no es ajena a la mexicana.
Como parte de esta tendencia cinematográfica —vista muchas veces en el cine latinoamericano— en la que el retrato de la cotidianidad es el eje principal y un suceso cambia la vida de los protagonistas, Gasolina puede haber resultado una bocanada de aire fresco en su momento —aún y cuando ya existían Temporada de patos de México y Mala leche de Chile—, sin embargo, es un filme que no busca, ni pretende descubrir el hilo negro. Un logrado filme que da la cara por el vecino país del sur, pero que en el cine contemplativo se pierde entre otras propuestas.
Gasolina, a puff of fresh air in its moment
To talk about a film industry in Guatemala is a titanic task, and not precisely for the great quantity of films that the neighboring country produces, but for the lack of them. It is for that reason that Gasolina, by Julio Hernández Cordón, a film premiered two years ago at the San Sebastian Film Festival at which it earned some awards, is a pleasant event for the recognition it received.
The plot deals with three boys of easy life style who are deprived of money but own a car, so they decide to steal gasoline from other vehicles and to commit nonsense acts only to feel themselves free and able of do anything they want. With a much than modest production, Julio Hernández Cordón’s first work is able to depict the life of the Guatemalan youth, which is not very different from that of other Latin American countries like Mexico.
As part of this cinematic trend – very frequent in the Latin American cinema - in which the portrait of every day life is the main focus and an then an event changes the life of the main characters, Gasolina surely was a puff of fresh air in its moment -even when films such as Temporada de patos from Mexico and Mala leche from Chile were already made -, however, it is a film that does not try to discover the cause of problems. It is a well craft film that fairly represents the neighboring southern country, but which would pass unnoticed among other proposals of the contemplative cinema.
(Fuente: Cinepremier.com.mx)
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