Amat Escalante —discípulo de Carlos Reygadas— ya había llamado la atención en el Festival de Cannes 2005 con su polémica Sangre y volvió a impactar tres años más tarde en la sección Un Certain Régard de esa misma muestra con la cruda y muy controvertida Los bastardos.
Este filme, que tiene varios puntos de contacto con Funny Games, de Michael Haneke, narra 24 horas en la vida de Fausto y Jesús (los actores no profesionales Rubén Sosa y Jesús Moisés Rodríguez), dos inmigrantes ilegales mexicanos que se ganan a duras penas la vida con trabajos ocasionales: se ubican todos los días junto a varios compatriotas en una esquina de Los Ángeles y por allí pasan estadounidenses a recogerlos para diversas changas (y hasta algún avance sexual) por escasos 8 o 10 dólares la hora.
Pero Fausto y Jesús ese día deciden llevar una escopeta en el bolso y su objetivo será irrumpir en una casa y ganarse el dinero de la jornada de otra forma. Así, ingresan en la vivienda de una madre que vive junto a su hijo adolescente. Ella fuma crack y el chico está casi ausente, alienado con la música electrónica. El muchacho parte justo antes de que los dos mexicanos lleguen. Así, Fausto y Jesús se encontrarán sólo con la mujer cuarentona. Comerán algo de fast food, fumarán con ella, se meterán en la piscina, habrá algún encuentro sexual y, luego, llegará un desenlace narrado de la manera más brutal e inesperada, de esos que dejan al espectador en estado de shock.
Escalante, de apenas 29 años cuando rodó el filme, vuelve a demostrar su innegable talento para el encuadre, para largos planos fijos o para sofisticados planos-secuencia. Es, también, un gran director de no-actores y un incisivo observador. Y, por supuesto, no pierde su oportunidad para incomodar, perturbar, escandalizar al público con una película sólida y audaz, al que algunos condenarán por su violencia gratuita. Una mirada para nada complaciente sobre el tema de la inmigración ilegal, las diferencias de clase y la irracionalidad de la violencia. Otro interesante aporte del nuevo cine mexicano.