Agnus Dei, película documental de la directora mexicana Alejandra Sánchez es un fuerte alegato contra los crímenes de pederastia en que se han visto implicados algunos sacerdotes en México y que siguen gozando de absoluta impunidad. La película ha sido proyectada en el Festival de cine de mujeres de Creteil y compite para el “premio Ana Politkovskaia” al mejor documental.
Con mucho rigor, Alejandra Sánchez relata la historia de Jesús, un joven que sufrió de abusos sexuales cuando tenía doce años y que ya adulto decidió denunciar a su agresor: Carlos López Valdés, sacerdote de su parroquia. El testimonio de Jesús, traumatizado por esa amarga experiencia, es una especie de psicoanálisis en directo, ante la cámara.
Su sentimiento de culpabilidad al tomar conciencia de su sumisión a la autoridad “paterna” del sacerdote, e incluso de su confuso “amor” hacia ese hombre que le robó su adolescencia, aparece con fuerza en las imágenes filmadas en contrapunto con el desarrollo de las clases a las que asiste un grupo de jóvenes seminaristas.
El testimonio de sus padres pone así mismo de manifiesto la “complicidad” o la culpable tolerancia de la familia ante comportamientos de ese cura que les protegía y ayudaba, mientras abusaba de su hijo. La lograda emoción del relato culmina con el encuentro entre abusador y abusado. El primero se encierra en el silencio y recusa los hechos, el segundo consigue así por fin reconstruir su propia vida y liberarse en parte de ese trauma.
El silencio culpable de la muy devota familia, la complicidad y la justificación de lo inadmisible por la jerarquía católica, la complicidad de la justicia y la impunidad de que gozan los autores de tales abusos sexuales, son conclusiones avasalladoras de este documental que pone de relieve la hipocresia existente sobre el tema de la sexualidad en el seno de la Iglesia en general, mexicana en particular.
Este es el segundo largometraje documental de Alejandra Sánchez, que realizó antes Bajo Juárez en 2007, sobre los crímenes contra mujeres en Ciudad Juárez, y que persiste en su preocupación por candentes temas de sociedad. Temas muy periodísticos, a los que sabe darles una dimensión cinematográfica a través de la investigación documental.
La impunidad y las complicidades entre la justicia mexicana y esos hechos delictivos que denuncia, son el denominador común de los dos documentales de Alejandra Sánchez. En un caso las mafias en Ciudad Juarez, en otro la pederastia clerical en la Iglesia católica.