En la actual movida de producción audiovisual de Colombia encontramos que los equipos técnicos se constituyen de personas de diferentes regiones. Andrés Felipe Buitrago Vásquez es un joven cineasta, nacido en Manizales, egresado de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños (Cuba) quien hasta ahora está construyendo una ruta propia para dirigir su primer largometraje y definir sus perfiles estéticos y narrativos. Él lleva a cuestas seis largometrajes y unos diez cortometrajes como Asistente de dirección y Script. Su actitud evidencia una gran seriedad por este oficio, por lo cual podemos intuir que su camino entre imágenes e historias será largo.

Manizales y el cine
Buitrago Vásquez tiene claro que no puede decirse que es un director de cine manizaleño o colombiano. Al igual que los cineastas de su generación cree que al no existir un cine colombiano, mucho menos se podría hablar de ser un realizador manizaleño. “En ese sentido creo que somos una generación muy poco dada a nacionalismos o regionalismos. Sin embargo, es claro que algún día me encantaría contar algo sobre mi ciudad. Pero, también le debo mucho a Medellín, a La Habana y a Bogotá, donde he vivido diferentes etapas de mi proceso como director y como persona. Pienso que los lugares no lo marcan tanto, como las personas, en lo que uno es y hace”.

En ese sentido, Manizales es y seguirá siendo importante porque es el lugar donde nació, donde vive su familia y donde se formó, pero el salto a la decisión expresiva en su vida se dio en espacios distintos. Para él sería interesante que alguna vez se le atravesara en el camino esa historia que pida ser contada desde Manizales, pero no le interesa forzarla. Su única responsabilidad real es contar historias, “el dónde y el cómo se irán dando por el camino”.

De los cómics al cine
Las historietas fueron primero que el cine. “Por ahí rondan en la casa de mi mamá y de mi papá los cuadernos de collage que hacía cuando tenía dos o tres años. Desde que tengo memoria me veía con una revista de cómics en la mano, revistas de Disney, Mimin Pinguín, Kaliman o Condorito. Luego, a los doce o trece años empecé a leer sobre el tema, su historia y sobre la teoría de la narración en la historieta”. A partir de ahí, tenía muy claro que lo que quería hacer era historietas.

Fue en la escuela cubana donde se enfrentó por primera vez a la dirección de cine y se dio cuenta de que todo ese bagaje acumulado de narración visual que traía de su experiencia como dibujante de cómics era una ventaja enorme. Por lo menos la gramática y la ortografía se las sabía, el estilo y las historias vendrían después. No fue un cambio de vocación haber dejado los cómics, fue sólo la evolución natural de la idea de contar historias con imágenes.

El estilo y el espectador
“Hoy por hoy estoy tratando de alejarme de preconcepciones como cinearte versus cine comercial, cine de género versus cine de autor y del cine independiente -ahora me pregunto ¿independiente de que?- En realidad cine sólo hay de dos tipos: bueno o malo.”

A Buitrago Vásquez las historias que más le interesan como guionista y realizador son las que apelan a lo cotidiano, a lo anodino, si se quiere. Historias en las que aparentemente no pasa nada pero pasa todo, como en la vida de cada ser humano, que puede ser tan aburrida o emocionante en dependencia de quien la vea y de cómo la vea. “Hay una frase de Jim Jarmush, quien es quizás mi director favorito, que dice: 'Prefiero contar la historia de un hombre paseando a su perro que la del emperador de la China'. Hay películas mucho más pequeñas y desprovistas de esas pretensiones de grandeza que han sido definitivas para mi formación estética y audiovisual.”

El fin último de la realización audiovisual es que la vea alguien, pero Buitrago Vásquez tiene claro que una consecuencia directa de lo que quiere y elige hacer es, probablemente, que lo suyo sea menos concurrido que lo de otros realizadores. “Nunca la intención va a ser que la gente no la vea, pero uno tiene que ser consciente también de que hay propuestas que apelan a un público masivo y otras sólo llegan al gusto o a la sensibilidad de unos cuantos, sin que sea necesariamente mejor ni peor. Cuando un cineasta dice que no le interesa que la gente vaya a ver su película ocurre una de dos cosas, o es un mentiroso o se equivocó de profesión”.

Lo último
Desde el rodaje de su último cortometraje, Juego de manos, es que puede referirse a sí mismo como director de cine. Es muy sencillo, fue rodado en cuatro días y en una sola locación. El proceso de posproducción comenzará en los próximos días y se espera que esté listo a final del año.

Sin embargo, su trabajo como director de largometrajes apenas comienza. La posibilidad de dirigir uno le llegó por intermedio de Ciro Guerra, quien le pasó un guión que había escrito un amigo suyo. “Lo leí y a pesar de que necesitaba una reescritura, la historia me encantó. Ciro está interesado en producirlo y le pareció que yo tenía el perfil para dirigirlo.”

A partir de eso, los diálogos en el guión sufrieron un proceso de reescritura, para que quedaran menos verborreicos, más lentos y parcos. En la actualidad, este guión se encuentra en la convocatoria del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, en la categoría de producción de largometrajes. Si todo sale bien, se rodará en el segundo semestre de 2008.

La experiencia de los años anteriores le ha dado la posibilidad de conformar un equipo técnico y de amigos muy cercanos y buenos en lo que hacen. Para ellos este largometraje es el primero de muchos peldaños en la escala del cine.