A Ana Katz le escribieron un texto en el que debía hacer referencia a su embarazo en relación a la sección Cine en Construcción que ganó el año pasado y que esta vez debió presentar en la ceremonia de apertura.
Ya una veterana en presentar su filme Una novia errante en distintos eventos (lo hizo en Cannes y en Toronto), a Katz le preocupaba bajar sin tropezarse por la larga escalera que decoraba el escenario principal: "Prefiero mil veces tener que hablar de mi película que hacer una cosa así", dice.
Acompañada por su pareja, el actor Daniel Hendler, que tiene un rol importante en el filme, por la productora Carolina Konstantinovsky y la coguionista Inés Bortagary, Katz mostró la película ante un muy receptivo público en la sección Horizontes Latinos. Luego seguirá recorriendo festivales para luego abocarse de lleno, primero, a actuar en un obra teatral de Inés Saavedra, luego a su maternidad, y en octubre del año próximo, a su nuevo proyecto cinematográfico, Bienestar.
"Primero filmé un documental sobre las mujeres que visitan presos en las cárceles –confiesa por su parte, Liliana Paolinelli, la directora de Por sus propios ojos, presentada en San Sebastián en la Sección Horizontes Latinos en carácter de estreno mundial-. Y esa experiencia, más una mujer a la que quise filmar entonces y mucho no pude, me inspiraron a transformar la historia en ficción".
El filme toma a una estudiante universitaria (Ana Carabajal) en su intento por filmar un documental de tesis sobre las mujeres que visitan familiares en las cárceles. Al conocer a la madre de un preso, comienzan una relación que llevará a la protagonista a atravesar situaciones inesperadas.
La película, que mantiene una impronta documental desde lo visual, se rodó en Córdoba, de donde es oriunda la realizadora. "Los exteriores de las cárceles son reales, nos permitieron filmar allí, pero la gente que se ve allí son extras -cuenta-. Pero tratamos de hacer un casting para que se vean muy similares a las verdaderas".
Celina Murga se fue con un par de invitaciones a festivales y algunas promesas de productores pero no con el premio que vino a buscar a San Sebastián con su segunda película, Una semana solos.