“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Erik Gandini
    Gitmo: el desmontaje de la mentira
    Por Urbino Amaya

    El documental Gitmo: las reglas de la guerra (The new rules of war), es uno de esos testimonios en los que con audacia e inteligencia, sus realizadores logran desmontar la “fachada” que pretende ofrecer el pentágono sobre los prisioneros de la ilegal base militar de Estados Unidos en Guantánamo para engañar a la opinión pública internacional.

    La reciente e inexplicable detención del ciudadano sueco Medi Ghezali, motivó la visita al enclave estadounidense de los realizadores suecos Eric Gandini y Tarik Saleh, quienes nos ofrecen, con impecable factura artística y técnica, una serena y aguda investigación documental mediante entrevistas a supervisores militares, interrogadores a sueldo y  exprisioneros. 

    A propósito de su visita a Cuba para el encuentro de realizadores suecos y cubanos, donde fue exhibido el documental, pedimos a Gandini nos contara qué había más allá de la superficie y los paseos por los lugares más  agradables del enclave militar estadounidense.

    Gandini: Los detenidos en Guantánamo constituyen un grupo anónimo, en realidad nadie sabe exactamente quienes son. La mayoría procede de países muy pobres; probablemente cuando son liberados se les obliga a que no ofrezcan ningún tipo de entrevistas y todos los militares que trabajan allí tienen que firmar un acuerdo de no divulgación, eso ya es una fuente de problemas, porque ahí están los pocos prisioneros europeos que fueron los primeros liberados debido a las gestiones de sus respectivos gobiernos.

    ¿Ese es el caso de Mehdi Ghezali, cuyo testimonio aparece en el documental? 

    Exacto, seguimos su caso y él conjuntamente con un británico nos contaron historias increíbles. Guantánamo no es un centro de detención solamente, sino un centro de interrogatorios. La razón por la cual la “Convención de Ginebra” no se aplica allí es porque han inventado una categoría que se llama “combatientes ilegales” . Simplemente quieren negarle a estas personas su derecho a permanecer callados. Un prisionero de guerra tiene derecho a responder solo cuatro preguntas: nombre, grado militar, el numero de identificación y la nacionalidad, pero en la base lo que quieren es información sobre Al Qaeda, futuros ataques terroristas...

    Ustedes conocían esto.

    Lo conocimos por los propios detenidos. Ellos todos juntos decidieron permanecer callados cuando se percataron que se les estaba negando ese derecho y ahí el personal militar no estaba preparado para enfrentar esta situación, entonces comenzaron a hacer los interrogatorios de la forma normal y no funcionó. A partir de entonces comenzaron a emplear métodos nuevos, diseñados específicamente para las personas religiosas hombres. Por ejemplo, Mehdi, nos contó de hostigamiento sexual, de cómo una mujer comenzó a tocarlo durante la celebración del Ramadán, cosa que para un prisionero normal en otra prisión esto pudiera parecer un sueño, pero para un musulmán tocarlo es una cosa muy sensible.

    Tengo entendido que fue detenido en Afganistán, ¿no es así?   

    Así es,  es un joven de padre argelino que se crió en Suecia y estaba muy interesado en sus raíces; hay muchos que se interesan en las escuelas donde se estudia  idioma árabe y el Corán. Al comienzo de la guerra viajó a Afganistán y lo hicieron prisionero sin tener nada que ver con la contienda bélica que tenía lugar en esa nación. Cuando preguntamos sobre su caso un interrogador nombrado Torin Nelson, que solía trabajar en Guantánamo, nos dijo que había mucha presión “desde arriba” para obtener los resultados deseados, y que él no estaba de acuerdo con los métodos que se utilizaban. Según nos contó solo era necesaria la firma de un sargento para enviar a alguien a la base ubicada en el extremo oriental de Cuba, sin embargo requería cientos de firmas de los niveles mas altos del pentágono para fuera liberado; ss por eso que los detenidos han permanecido presos en la base durante 5 años con la incertidumbre de no saber cuando serán liberados. 
     
    ¿Qué sucedió después que fue liberado Medí Ghezali?

    Cuando fue liberado esperaba regresar a su hogar y recibir todo el apoyo de los Medios Masivos de Comunicación, sin embargo tuvo una conferencia de prensa terrible, en la que todos los periodistas en vez de saber de una experiencia de primera mano como detenido con las historias de un prisionero, lo que hicieron fue interrogarlo, asumiendo las mismas preguntas que le hacían en Guantánamo. Fue una situación muy lamentable y él asumió su derecho a permanecer callado.  Luego escribió un libro y fue entrevistado para nuestro documental. 
                                                   
     ¿Tuvieron acceso a los métodos de interrogación aplicados allí? ¿Pudiera mencionar algunos?

    Sí, pudimos conocer la lista de métodos como estudiar las fobias que tenían los prisioneros, si padecía de vértigo en las alturas o de miedo a las arañas…Ellos utilizan a los perros como aparece en las imágenes de Abu Ghraib, es decir son cosas que fueron aprobadas por el pentágono. Incluso, encontramos documentos donde el entonces secretario de defensa Donald Rumsfell,  cuestiona el hecho de que las posiciones bajo presión, stress y de estar parados solo sean de cuatro horas cuando él en su trabajo se mantenía de de pie entre 8 y 12 horas…¿”por qué tenerlos parados nada más que cuatro”?

    ¿Cómo describiría esa “apertura” para la prensa en la base de Guantánamo?

    Ellos dicen “este es el campamento más abierto, mas transparente en la historia de las guerras; tenemos mil periodistas que han visitado este campo…”  Ese vocabulario forma parte de todo un concepto que nosotros llamamos el nuevo discurso de George W. Bush: todas las palabras significan lo contrario, o sea: “¡Bienvenidos a Guantánamo! pero no filmes”, “aquí los prisioneros son tratados humanamente”, y en realidad quiere decir que son torturados hasta hablan de que, ese trato, es de acuerdo a la Convención de Ginebra, cuando en realidad no les importa para nada lo acordado en esa Convención. De manera que todo esto es una estrategia de apariencia. Cuando la televisión lo dice todo, apoyado en las imágenes, lo que aparece en la superficie los hace sentirse inseguros.

    ¿Cómo esta recogida esa “noble fachada” en “Gitmo: las nuevas reglas de la Guerra”?

    Nosotros usamos mucha edición ya que no se trata de un documental de observación. Cuando usted escucha los testimonios de los detenidos y el guía nos lleva por los campos de Golf y la zona donde está ubicado el Mac Donalds, algo que nos resultó muy extraño. Durante los tres días de recorrido los militares nos llevaron a ver la base de noche y mientras filmábamos, a unos 50 metros de la cerca, escuchábamos los gritos. El guía, que estaba muy molesto, se las ingenió para inventar una la historia poco creíble de que eran gentes “rezando de forma muy normal”, pero el sonido de los gritos decía algo muy distinto. 
     
    Por importante que sea la maquinaria de relaciones públicas, nuestro método como documentalistas siempre puede encontrar estas grietas que hay en la superficie. No se trata de un reportaje de dos minutos para la televisión, que es tan rápido, sino un material de 80 minutos en que uno puede profundizar en todo esto y desmontar la mentira.

    O sea usted deja claro en su obra que es un nuevo tipo de censura, ¿no es así?

    Es lo que me gusta llamar “La apertura a través de la censura”. Antes decían “No, no puede ir a Guantánamo”, ahora lo reciben con ¡bienvenido a Guantánamo!  Hay un filósofo que dijo: cuando todo esta abierto, cuando hay mucha apertura no hay nada que ver.

    ¿Qué ha sucedido con el documental desde su realización en el 2006?

    Fue proyectado en Estados Unidos y premiado en festivales de Seattle y Miami.

    ¿Ha tenido repercusión en los medios de prensa?

    Bueno hay una gran ausencia de películas sobre Guantánamo. Muchas personas saben que existe la base, pero son muy pocas las que comprenden lo que está sucediendo allí. Encontramos que había una profunda necesidad, especialmente entre los jóvenes, de conocer estas cosas. Es muy común que las películas con temas como este se hagan diez años después y no contando historias tan actuales. En “Gitmo…”, cuando se escucha los testimonios y se oye los gritos de los prisioneros, usted, sabe que eso está pasando ahora mismo. 

    Muchas gracias por su testimonio.



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