“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

CRITICA


  • El regreso de Miranda a Venezuela
    Por Juan José Espinoza

    La razón para la interrogante que titula este escrito surge del sentido común, no sólo de espectador de cine, sino de venezolano. De una de esas cavilaciones que uno hace cuando está atrapado en el Metro por mucho tiempo: ¿Si Miranda regresa, eso quiere decir que se fue? y si se fue, ¿cuando estuvo aquí?

    En todo caso, la película de Luis Alberto Lamata funciona más como un 'Miranda por fin llegó', porque la verdad, Francisco de Miranda; tanto la persona histórica como el personaje cinematográfico siempre estuvo ausente. Por lo menos, para la masa que es quien aprende desde temprana edad eso que llaman 'Historia de Venezuela' y la que también va al cine y tiene la última palabra.

    Y al pensar en que Miranda por fin llegó o regresó, según prefiera el público, no deja en el olvido a la película de Diego Rísquez, que antecede al largometraje de Lamata.

    Ahora la película de Rísquez funciona mucho más como un antecedente válido y un indicio de que el cine venezolano que está por venir tendrá como uno de sus recursos a la historia venezolana, prueba de ello son las próximas producciones: Zamora, que será dirigida por Román Chalbaud; y Boves, el urogallo, la cual será conducida Luis Alberto Lamata, películas con un corte predominantemente histórico.

    Sin ánimos de patriotismos baratos, tal parece que es ahora cuando la historia de los próceres está sirviendo como verdadera materia prima para la expresión cinematográfica, una expresión cinematográfica que, por demás, parece estar definiendo su propio nuevo camino.

    Y esa llegada de Miranda es un reflejo de un aparente interés por recuperar el conocimiento propio de nuestro origen y de nuestros antecedentes . Por lo menos por parte del Gobierno, que ha hecho un esfuerzo por fomentar ese conocimiento, y en el caso de Miranda, no sólo se trata de esta película sino de publicaciones como el libro de Carmen Bohórquez, que fue publicado masiva y gratuitamente para que todos tuviésemos acceso a la figura histórica de Miranda.

    La película de Lamata no cae en el terreno de lo panfletario, sin embargo, su carácter meramente anecdótico parece ser su punto más débil, las licencias que se tomaron para contar la vida de Francisco de Miranda, en dos horas y algo más de duración, no son suficientes, para darle una fuerza verdadera al conjunto.

    Lo mejor de Miranda regresa quizás está por verse, cuando la misma llegue a las pantallas de televisión en forma de miniserie, pues lo único que parece haber estado en contra de la película fue su duración y la relación de ésta con el desarrollo de los personajes y la trama. Probablemente, la vida de Francisco de Miranda, llena de hechos de trascendental importancia no puedan resumirse en las dos horas que dura esta película.

    A destacar realmente de la película están sus apartados en el sonido, fotografía y efectos especiales. Mucho más placentero es saber que todo el equipo que trabajó en ello es totalmente venezolano, por lo que la película viene a ser una demostración de hecho para todos aquellos detractores que aseguraron (y seguirán asegurando) que aquí no se pueden hacer películas con calidad, una calidad mucho más alta que el estándar que exige el consumo interno, es decir, que Miranda regresa puede funcionar tanto aquí como en Nueva Zelanda.

    El otro aspecto a resaltar de la película de Lamata es su carácter educativo. Sí, educativo. Al terminar la película el espectador ha aprendido algo sobre Miranda, algo mayor que lo aprendido en todas las asignaturas de Historia de Venezuela que pudo haber visto. Quizás esa vena de historiador que tiene Lamata sea la responsable de esto.

    La existencia de la película es de por sí un triunfo tanto por su calidad técnica como por su carácter temático, pero si, además, la película tiene la capacidad de dejar la motivación de querer saber más de lo que antecedió a la construcción de la realidad donde te desenvuelves, entonces el filme ha cumplido uno de los muchos fines que tiene el cine, porque más allá de entretener está también la educación y la reflexión.


    (Fuente: Abn)



    Más información en: ww.abn.info.ve


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