“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

CRITICA


  • Febre do Rato, anarquía y sexo
    Por Francisco Russo

    Febre do rato (fiebre del ratón) es una expresión típica del Nordeste brasileño, que significa estar fuera de control. Metáfora que apenas describe el estado de Zizo, personaje principal de Febre do Rato. Poeta por vocación, dedica su vida a la publicación de un periódico, cuyo nombre es el mismo que da título al filme. Su objetivo es exponer sus ideas, repletas de propuestas anárquicas, que valorizan la libre elección de las personas, libres de las amarras morales impuestas por la vida civilizada. Quien no conoce el mundo de Zizo puede imaginar que tiene la “fiebre del ratón”, o sea, que está fuera de control. Sólo que la verdad es justamente todo lo contrario.

    La inmersión  en este mundo libre, ligero y sin amarras, al cual Zizo pertenece, es la gran propuesta presentada por el director Cláudio Assis en su nuevo filme. Un viaje construido no sólo de palabras, al explorar los versos y gritos proferidos por el protagonista, sino mostrando especialmente las  costumbres y recurriendo a la imagen. Fiel a la máxima de que el ser humano está hecho de sexo, ya explorada tanto en Amarelo Manga como en Baixio das Bestas, Assis no libra al espectador de escenas de este tipo. Prácticamente todos los actores tiene escenas de desnudo, varias de ellos frontales, y algunas de ellas llegan a incomodar. Y este es el gran objetivo del director: retirar del sexo cualquier idea de nobleza, tornándose en mero instinto a ser saciado. Así vive Zizo y buena parte de sus amigos, con una libertad que va desde la de sus propios cuerpos a la de las relaciones que mantienen. Considerados por los demás como anárquicos. Para él, absolutamente normales.

    El mundo de Zizo comienza a tambalearse cuando conoce a Eneida. No porque se trate de un amor a primera vista, término romántico que está de más en el universo de Cláudio Assis, sino más por sentir una excitación inmediata nada más verla. Eneida, entretanto, lo provoca. A pesar de estar interesada en el poeta, lo rechaza. Crea un juego donde verlo castrado es lo que más le excita. Él, a su vez, se queda cada vez más petrificado por su desprecio afectivo. Es en este punto que Febre do Rato se diferencia de los demás filmes del director, al abordar la cuestión de la imposibilidad del gozo sexual, y sus consecuencias, tanto para los instintos como al impactar en la mente.

    Además del  ambiente de cierta manera hipnótico que logra – para aquellos que aceptan la libertad del cuerpo, es importante hacer este aparte -, Febre do Rato logra un rotundo éxito con la bellísima fotografía en blanco y negro de Walter Carvalho. Ya sea a través de panorámicas de la ciudad de Recife o de imágenes aéreas, que muestran los movimientos de los personajes bajo un ángulo poco usual, la fotografía juega un importante papel en esta historia sobre personajes que viven al margen de la sociedad convencional. Hay que destacar también la gran actuación de Irandhir Santos, inmerso en la piel de Zizo, y el valiente trabajo de Nanda Costa, intérprete de Eneida, por el despliegue logrado con su personaje.

    Febre do Rato es un buen filme que contiene en su ADN el lenguaje cinematográfico, en el sentido de construir un universo particular. Peca por la gratuidad de ciertas escenas dirigidas a escandalizar al espectador, sin tener una función en el argumento más allá de crear una ambientación entre los personajes. Pero, por otra parte, quien conoce el cine de Cláudio Assis no se sorprenderá. Gústese o no del director y sus teorías, es innegable que conoce bien el cine.

    Febre do Rato,Anarquia e sexo
    By Francisco Russo

    Febre do rato é uma expressão típica do Nordeste, que significa estar fora de controle. Metáfora apenas aparente para Zizo, personagem principal de Febre do Rato, o filme. Poeta por vocação, ele dedica a vida à publicação de seu jornaleco, cujo nome é o mesmo do título. O objetivo é expor suas ideias, repletas de propostas anárquicas que valorizam o livre arbítrio das pessoas, sem se prender às amarras morais impostas pela vida civilizada. Quem não conhece o mundo de Zizo pode imaginar que ele esteja com a febre do rato, ou seja, fora de controle. Só que a verdade é justamente o oposto.

    A imersão por este mundo livre, leve e solto ao qual Zizo pertence é a grande proposta apresentada pelo diretor Cláudio Assis em seu novo filme. Uma viagem feita não apenas de palavras, explorando os versos e brados proferidos pelo protagonista, mas especialmente através de costumes e imagens. Fiel à máxima de que o ser humano é sexo, já explorada tanto em Amarelo Manga quanto em Baixio das Bestas, Assis não poupa o espectador de cenas do tipo. Praticamente todos os atores têm cenas de nudez, várias delas frontais e algumas que chegam a incomodar. É este o grande objetivo do diretor: retirar do sexo qualquer tipo de nobreza, tornando-o mero instinto a ser saciado. Assim vive Zizo e boa parte dos seus amigos, com uma liberdade que vai do próprio corpo aos relacionamentos que mantém. Para os demais, anárquico. Para ele, absolutamente normal.

    O mundo de Zizo começa a ruir quando conhece Eneida. Não por ser amor à primeira vista, termo romântico demais para o universo de Cláudio Assis, mas por ter um tesão imediato assim que a vê. Eneida, entretanto, o provoca. Apesar de interessada no poeta, o recusa. Cria um jogo onde vê-lo castrado é o que mais lhe excita. Ele, por sua vez, fica cada vez mais vidrado pelo desprezo afetivo dela. É neste ponto que Febre do Rato se diferencia dos demais filmes do diretor, por abordar a questão do gozo impedido e suas consequências, tanto pelo lado do instinto quanto de impacto sobre a mente.

    Além do ambiente de certa forma hipnótico – para quem aceita a liberalidade do corpo, é importante frisar -, Febre do Rato tem como grande trunfo a belíssima fotografia em preto e branco de Walter Carvalho. Seja através de panorâmicas da cidade de Recife ou nas imagens aéreas, mostrando os movimentos dos personagens sob um ângulo pouco usual, ela tem um importante papel nesta história que conta com personagens que vivem fora da sociedade convencional. Destaque também para a enorme atuação de Irandhir Santos, mergulhado na pele de Zizo, e o corajoso trabalho de Nanda Costa, intérprete de Eneida, pela exposição provocada pela personagem.

    Febre do Rato é um bom filme que traz em seu DNA a linguagem cinematográfica, no sentido da construção de um universo particular. Peca pela gratuidade de certas cenas, na intenção de chocar o espectador, sem ter uma função na trama além de compor a ambientação entre os personagens. Entretanto, quem conhece o cinema de Cláudio Assis não irá se surpreender. Goste-se ou não dele e de suas teorias, é inegável que de cinema ele conhece bem.

    Resumen por: Fidel Jesús Quirós (traducido)

    (Fuente: AdoroCinema)


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