“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA
  • Ari Maniel Cruz


    Ari Maniel Cruz, el cine en busca de la identidad puertorriqueña
    Por Ibis Frade Brito

    Como buena parte de los puertorriqueños, el cineasta Ari Maniel Cruz (1978) conoce la disyuntiva de vivir entre dos tierras: nació en San Juan pero vive en Nueva York, y esas tensiones configuran su identidad.
    "Para tratar de entender la amalgama de confusiones que entraña ser boricua aposté por el cine" dijo a Prensa Latina este realizador de nombre y sangre indígena, alejado desde hace un tiempo de las grandes industrias.

    En la actualidad es una especie de hombre orquesta: Licenciado en Comunicaciones, actor, guionista, productor, director de películas, video clips y series de televisión, y hasta un poco de periodista.

    Para ser su propio jefe fundó La Teta Productions y dejó a un lado los dividendos de sus videos con Calle 13 y los reguetoneros Daddy Yanqui y Don Omar.

    Ahora busca su identidad latinoamericana y puertorriqueña a través del cine con cintas como Under my nails (2011), donde plantea la disyuntiva del migrante entre pasado y presente.

    Ari Maniel contó que al llegar a Estados Unidos pudo conseguir trabajo en la televisión pública en un canal en español y lo vio como una gran oportunidad para hablarle a sus coterráneos residentes allí.

    Pero en mi sueño de hacer televisión de calidad pasé a integrar una minoría dentro de mi propio "latineo", pues de los casi 52 millones de personas de origen hispanoamericano, alrededor del 66 por ciento son mexicanos.

    "Así terminé de convencerme de que la palabra latino no me define, pues quiere poner dentro de un mismo saco a personas muy diversas cuando la identidad latinoamericana es compleja y llena de tensiones".

    La experiencia migratoria me hizo entender más mi propia cultura, a tal punto que en un barrio de Nueva York me descubrí a mí mismo como caribeño y miembro de una comunidad a la que de cierta forma había dado la espalda, dijo el boricua.

    Por eso mi trabajo va en esa línea de búsqueda, para tratar de desenredar el caos causado por el experimento social de los yanquis en mi país, donde el idioma es una discusión política entre inglés y español, agregó.

    "Puerto Rico es una especie de tragedia latinoamericana, si bien conservamos muchos valores culturales autóctonos como el idioma español, la mayor parte de la población rige su vida por parámetros promulgados desde Estados Unidos".

    Hacia allí se dirige la visión de futuro y se le considera la única alternativa de éxito en el planeta, de hecho, el público latino de ese país norteño resulta el primer mercado a tener en cuenta por los artistas boricuas, señaló Cruz.

    Además, los puertorriqueños sufren una desconexión con la identidad latinoamericana e incluso, con su propia realidad porque muchos se sienten norteamericanos, aunque no hablen inglés y vivan en una isla del mar Caribe, agregó el cineasta.

    La población en mi país llega a 3,5 millones de habitantes, mientras en Estados Unidos viven casi cuatro millones de puertorriqueños, o sea, estamos divididos en dos naciones y a veces, desde fuera predomina una visión idílica, explicó.

    "En la nostalgia por el campo, la luz del quinqué y las casitas blancas se pierde de vista la sociedad violenta de hoy, nacida en el laboratorio experimental de los yanquis".

    Por eso, conservar todavía gran parte de nuestra identidad es un acto de revolución inconsciente, afirmó Cruz.

    Los gringos lograron desconectar a muchos del contexto latinoamericano, su historia y cultura común: en Puerto Rico querer ser parte de América Latina es casi un acto de desobediencia, pero yo no quiero sentirme extranjero en mi propia tierra, reveló.

    Si el proceso migratorio le permitió viajar dentro de su identidad, cada regreso a su tierra está marcado por el compromiso y las ganas de hacer.

    Para el próximo año, Cruz planea filmar dos nuevas películas, una de ellas es Infinito Carmín con guión de la puertorriqueña Kisha Tikina Burgos, su compañera en la vida y en la aventura cinematográfica.

    La otra se titula La tierra prometida, un homenaje al recinto universitario Río Piedras, donde huelgas y manifestaciones estudiantiles dejaron huella en la historia política, cultural y educativa de Puerto Rico.

    Ambas son producciones independientes y de muy poco presupuesto, pues el financiamiento lo buscamos nosotros mismos, precisó Cruz y también habló de su nuevo proyecto: abrir un Café Teatro en San Juan, para que nadie les diga cuándo poner o quitar una película.

    "Los medios audiovisuales son poderosísimos, moldean el gusto y la mente de las personas, y resulta vital llevar a ellos un mensaje de resistencia, así lo hizo el grupo Calle 13 desde la música y así trato de hacerlo yo desde el cine, pero todavía no me ha salido la jugada".


    (Fuente: PL)


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