“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

NOTICIA
  • ¿Por qué Viña del Mar?
    Por Salvador Salazar Navarro

    El 29 de Festival de La Habana se ha propuesto homenajear los encuentros fundacionales ocurridos durante los años 1967 y 1969, en el balneario chileno de Viña del Mar. En ese tiempo un grupo de cineastas, bajo la voluntad mesiánica de Aldo Francia, se reunieron con el propósito de hacer concurrir cinematografías nacionales que más tarde darían cause al gran río continental del Nuevo Cine Latinoamericano.

    La década del sesenta fue un período de creadoras herejías. Como trasfondo, el despertar político de América Latina, donde se desencadenaron un conjunto de movimientos de liberación nacional, críticos al orden establecido y constructores de posibles órdenes alternativos. En el plano estético la eclosión del Nuevo Cine como voluntad transformadora, movimiento que se propuso dotar de imágenes a un continente, a partir de la visión de aquellos históricamente excluidos del celuloide. Filmes antológicos como La pampa gringa, de Fernando Birri, o Revolución, de Jorge Sanjinés, muestran una preocupación por reflejar otra perspectiva del cine, no solo como proceso de creación artística, sino también como un vehículo de cuestionamiento social. Viña del Mar hizo concurrir cinematografías que comenzaban a verse y reconocerse, a encontrar puntos en común, a trazar estrategias.

    Como parte del programa de homenaje que realiza el Festival de La Habana, se incluye la muestra de una serie de filmes exhibidos durante esos eventos. Entre ellos se encuentran El otro oficio, de Jorge Cedrón, Fuelle querido, de Mauricio Berú, Sobre todas las estrellas, de Eliseo Subiela, Manuela, de Humberto Solás, y Now, de Santiago Álvarez, entre otros.

    Además, se presentará el libro Los años de la ira. Viña del Mar 67, de los autores Alfredo Guevara y Raúl Garcés, así como se realizará un encuentro-homenaje que reunirá a protagonistas del suceso y cineastas de otras generaciones.

    La trascendencia de aquellos festivales radica en su posible continuidad. Refiriéndose a este tema, Tanya Valette, directora de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños apuntaba: “De Viña debemos rescatar su obstinación, su irreverencia, su valentía, su capacidad de soñar y de creer y defender sus sueños”.

    Hace ya veinte años, el realizador brasileño Eduardo Coutinho afirmaba refiriéndose a estos encuentros: “Fue el germen de una soñada comunidad latinoamericana de filmes. El Festival de La Habana que vino después, y la Escuela de Cine de Cuba, significan que la semilla finalmente floreció y esperamos recoger los frutos en este siglo. Un cine sin fronteras en un continente que supere sus más trágicas contradicciones”.

    A cuatro décadas del encuentro de Viña los retos siguen planteados sobre la mesa. Una vez más la rueda de la historia nos depara un momento de agitación creativa, cuestionamiento a los valores establecidos, retorno a las herejías. De ahí la necesidad de pensar Viña a la luz de estos tiempos, no con la mirada puesta en pretéritas ensoñaciones, sino con la voluntad de extraer las claves necesarias, las lecciones históricas, para enfrentar los retos que se avecinan en esta nueva hora de rebelión continental.


    (Fuente: www.habanafilmfestival.com)


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