“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Entrevista a Sofía Carrillo, realizadora del cortometraje de animación La casa triste
    Por Annemarie Meier

    Sofia Carrillo es Licenciada en Artes Audiovisuales por la Universidad de Guadalajara, se ha desempeñado en las áreas de Animación y Dirección de Arte.  Con su segundo trabajo, Fuera de control, participó en festivales nacionales e internacionales como Annecy, Sitges y Sundance.  Su tercer film, Prita Noire, fue acreedor al Premio Ariel de Plata como mejor cortometraje de animación (2012). Forma parte de la generación Jóvenes Creadores (Fonca-Conaculta, 2011-2012), con el proyecto La casa triste. Es becaria actual de Fonca Conaculta Coinversiones con el proyecto de animación El Corazón del sastre.

    Sofía, nos regalaste una nueva obra maestra de la animación. La siento muy personal, hecha con el alma y a partir de experiencias de vida y arte. También me parece una obra madura y muy femenina. En una entrevista comentaste que está basada en un cuento tuyo que escribiste hace varios años. ¿Qué tan fiel al cuento es tu película? ¿También describiste objetos que guardan y son capaces de “animar” el pasado? ¿El libro y los textos que leemos son parte del cuento?     
    La casa triste nació en realidad de mucho tiempo atrás, mi madre es coleccionista de antigüedades y yo hago dirección de arte, en mis andanzas por bazares de antigüedades en busca de props y ambientación para historias de ficción me pregunté sobre la vida oculta de los objetos, así que pensé en unir dos de mis grandes pasiones, la dirección de arte y la animación. Pensé en darle la voz a los objetos de contar una historia, finalmente animar es dotar de vida un objeto inanimado. ¡Cuántas cosas no tendría que decir un objeto si le diéramos voz! Con esta teoría me lancé en la búsqueda de objetos que hablaran de las emociones humanas, hice un “casting” de objetos.
    Yo quería hablar de la vida, de la muerte, del amor, de la tristeza con objetos que no hubieran sido construidos para ser animados, con objetos de la vida cotidiana… y en el proceso lo más lógico, lo más sincero, fue contar mi historia, la historia de mi familia un tanto “estilizada”, partiendo que de una narración honesta, para que los demás encuentren su propia historia. Los textos en el corto, además de ser una guía en la historia, son extractos de ideas que escuché de pequeña sobre mis abuelos, momentos que de tanto contarlos se volvieron mágicos, y otros son recolectados de murales en los Altos de Jalisco, sobre los cristeros.

    De la historia familiar, los destinos individuales, familiares, regionales y culturales, resulta el tema de lo transitorio del tiempo, lo efímero de la vida humana. Pero también tratas la enfermedad – y en especial el cáncer - como materialización de la tristeza.
    Me parece fascinante como un acontecimiento, por banal que parezca puede modificar el curso en la vida de una familia, de un individuo o de una comunidad. Cuando estaba escribiendo el guión de La casa triste bajo la teoría de dar voz a los objetos, vivía una situación familiar difícil, un par de muertes, a causa del cáncer,  con un mes de diferencia puso en calidad de emergencia este tema para mí. Haciendo una reflexión sobre la enfermedad, y su impacto en mi familia, y en muchas otras, le puse un nombre y una emoción, la tristeza, tan contagiosa como una epidemia.

    Tus personajes son los objetos con los que seres humanos del pasado vivieron y a los que utilizaron. Los objetos no sólo guardan recuerdos sino que “son” – o, con ayuda de tu animación – se convierten en los personajes. Desde lo alto la Señora Cabeza de Muñeca observa, se divierte, se conmueve y sufre con lo que sucede. Los textos del diario comentan con melancolía el destino de los personajes que observamos. Me parece que la cabeza de muñeca, el libro y las nubes atraviesan la película como elementos narrativos y significativos.
    La cabeza, (Isolda como la bauticé), al despertar por un suceso aparentemente banal, recorre, revive su historia familiar, es testigo y aprende de ella, y debe decidir su propio destino, puede hacerlo, mientras el tiempo de tormentas, (las nubes) es un momento difícil, que también pasa y da lugar a momentos de calma. El libro o el destino, ya escrito, puede cambiar su rumbo, y para mi eso es esperanzador. Todo es al mismo tiempo un juego, acaso Isolda no es también una niña ¿jugando con sus muñecos?

    Sin embargo, no todo es tristeza y melancolía. Hay personajes y toques de humor que me parecen muy mexicanos. Las fiestas, el sapo con armónica, el nacimiento de los gemelos, el galope de caballos, los cochecitos y el avión despiertan alegría y el desenlace es esperanzador. ¿El tiempo lo sana todo? ¿Hay que reír y sonreír a pesar de la tristeza? Además, se nota que al buscar y fabricar los objetos, encontrarles su rol y movimiento te divertiste mucho.
    La tristeza te contagia como una enfermedad, así como el cáncer es hereditario, y muchas familias deben afrontar esto. Sin embargo, conociendo nuestra historia podemos hacer frente a nuestros oscuros enemigos. Por otro lado mi tiempo en el set de rodaje fue fascinante, volví a ser niña y a jugar como entonces. Tuve ese privilegio, el set se volvió un pequeño universo en el que mis abuelos revivieron, asistí a la boda de mis padres, y las generaciones, en un tiempo circular convivieron en un mismo plató. Sentí la infinita tristeza de la muerte de mis abuelos, la alegría de los encuentros, las bodas, los nacimientos y la mirada a un futuro esperanzador.

    Lo que narra La casa triste son mini crónicas de vidas masculinas, femeninas e infantiles. Están narradas desde una perspectiva femenina pero no sólo porque muestran situaciones femeninas como el embarazo, el tener o no tener hijos, la familia y las lágrimas. También hay una fuerte presencia de la naturaleza, del tiempo y lo efímero de la vida.
    Supongo que conté con cariño mi mas querida y grande historia, como llegué a esta vida (mi generación), a través de cuantas casualidades, cuantos encuentros. La casa triste es un homenaje a mi familia, desde mi punto de vista, inevitablemente femenino.

    La estética de tu filme es maravillosa. Colores, tonos, texturas e iluminación son espectaculares. Algunos planos son verdaderas pinturas. Sé que también te dedicas al diseño de arte para todo tipo de filmes. ¿Podrías comentar acerca de cómo trabajas el diseño de arte de tus películas o de filmes de otros realizadores?    
    Cuando estudiaba la carrera sentía que “algo” no se sentía real en mis trabajos escolares, la historia enfrentaba el primer problema ante el espectador cuando no se creía ni el ambiente ni la atmósfera que le proponía como entorno para el protagonista. Por eso empecé a hacer dirección de arte para otros trabajos. Es para mí un placer que me confíen sus historias, emprender una investigación hacía espacios desconocidos para que un ambiente se sienta realista y colaborar para que la película encuentre su estética. En mis trabajos no tengo limitantes que no sean de presupuesto, sin embargo busco ser congruente con la historia y llega un punto en el que se mezclan tanto el diseño de producción como la dirección y el soporte técnico de animación. Toda propuesta estética surge del guión, en el caso de mis trabajos como directora de arte, y en mi trabajo autoral se da simultáneo, las imágenes llegan acompañadas ya de una apariencia, de una sensación, solo profundizo, solo me familiarizo con el mundo que en ese momento ya empieza a existir.

    Creo que todos te dicen que haces cortometrajes surrealistas. Que se nota la cercanía con pintores como Magritte y animadores como Šwankmajer o McLaren. Sin embargo, también está presente la cultura mexicana. Muestras baúles, fiestas, lágrimas negras, miniaturas y pintura costumbrista. ¿Tienes otros autores o “modelos” culturales o artísticos como referencias?   
    Mi madre y mi padre son pintores, ¡ellos tienen la culpa! Conviví con muchas imágenes de pequeña y supongo que de tanto verlas se incorporaron a mi sistema. Cuando pequeña me encantaban los surrealistas, así que veía los libros de Remedios Varo, Leonora Carrington, George de Chirico, Dalí, Sofía Bassi, entre otros, después me fascino Frida Kalho, El Bosco… la lista es larga y no quisiera olvidar a ninguno. Y en cuanto a cine definitivamente los que mencionas, solo agregaría a Ladislaw Starewicz, los Quay Brothers, Yuri Norstein y Andrei Tarkovsky, entre otros.

    De manera sumamente creativa enriqueces la animación stop motion con animación digital que utilizas para profundizar el trabajo simbólico. ¿Cómo describirías tu desarrollo como realizadora de animación desde Fuera de control, Prita Noire, hasta La casa triste?
    Mis principales inquietudes en Fuera de control y Prita Noire, además de lograr tener una técnica de calidad era la búsqueda de una narrativa emocional, buscar nuevos retos y por supuesto hablar de temas que necesitaba sacar a como diera lugar de mi sistema. Con La casa triste necesitaba hablar de nuevo de un tema que planteaba para mí una emergencia, quería enfrentar el reto de animar objetos que no tenían soporte de animación y liberarme de las limitantes que puedes enfrentar al buscar hacer una obra perfecta, o de un gran presupuesto. De tal manera que algunos soportes se ven, no los borramos digitalmente, los personajes caminan como lo que son, como muñecos, no hay mucho movimiento naturalista. Los personajes no están hechos con estructuras costosas, no están hechos de materiales importados o especiales para stop motion, son lo que son, hallazgos de un bazar en el Distrito Federal, una estola abandonada en un bazar de Guadalajara.

    ¿Podrías comentar acerca de cuándo y cómo trabajas la banda sonora?
    La música y diseño sonoro son un proceso maravilloso, no hay sonido directo en la animación, así que ambos son un trabajo minucioso y casi mágico. ¿Cómo explicar a un músico que sensación, que ritmo, que armonía? Solo lo puedo explicarlo así, que músicos y realizador se conectan en otra dimensión y el lenguaje visual logra traducirse en música. Por lo general no suelo repetir compositores, solo me aseguro de que sea el ideal para cada proyecto, también me aseguro de que conozcan los aspectos más ocultos detrás del cortometraje, en ese sentido, se vuelven mis cómplices. Lo mismo ocurre con el encargado del diseño sonoro, las sensaciones se vuelven sonidos y hay una empatía absoluta. El equipo detrás de la música, del diseño sonoro, de la fotografía, la edición y postproducción de este corto son íntimos amigos y colaboradores, sin ellos no se hubiera podido llevar a cabo La casa triste.

    Muchas gracias por la entrevista y un mundo de gracias por la experiencia de La casa triste.

    (Fuente: www.youtube.com)


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