“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA
  • El audiovisual cubano más joven goza de buena salud

    El 26 de febrero de 2008 se inaugura la 7ma edición de la Muestra Nacional de Nuevos Realizadores, encuentro anual auspiciado por el ICAIC, que ha servido como plataforma de lanzamiento, encuentro y confrontación entre los realizodores jóvenes cubanos. A propósito de esta edición, el realizador Jorge Luis Sánchez (El Benny, 2006),  quien es el presidente de la Muestra, concedió una entrevista.

    Después de 6 ediciones de La Muestra de Nuevos Realizadores, es posible definir las coordenadas en que se mueve el audiovisual joven cubano en cuanto a temáticas, géneros que predominan y vías de producción?

    El audiovisual cubano más joven goza de buena salud. Lo más importante es que está mirando hacia la sociedad cubana y los conflictos del país no les son ajenos, esto como actitud es muy importante. No hay una voluntad de esconder la cabeza, mirar hacia otro lado o ver la realidad desde el cinismo. Lo otro que aprecio es la diversidad de asuntos, temas y vías de producción. Hay muchísimos glóbulos rojos en ebullición, gente joven que está pensando con seriedad en el audiovisual cubano, que se consagra a él y, por encima de las limitaciones financieras, sigue filmando. No se detienen. Y esto te lo puedo afirmar por la cantidad de más de 150 filmes inscriptos en la Muestra, todo un record. Se puede decir que en Cuba comienza a germinar el cineasta como pasa con la música.

    Estimular en los jóvenes realizadores el riesgo artístico y la búsqueda de formas de expresión novedosas, o no tradicionales, ha sido uno de los propósitos fundamentales de la Muestra. Es esto una constante o un elemento de excepción en las obras presentadas?

    Desde mi modesta apreciación, creo que se va imponiendo. Es decir, ese encuentro de formas, tal vez no rotundamente  nuevas, pero al menos diferentes a la tradición siempre ha estado, pero aprecio que en esta edición está más compacto, por tanto se expresa con mayor nitidez en un grupo de filmes, me parece que más del lado de la ficción y la animación en esta Muestra.  Pero si miro hacia las anteriores, puedo decirte que en el género documental hay más de un filme que no tiene antecedentes, que ha llegado por vías nuevas. No los voy a mencionar aquí, pero son objetos de una investigación que estoy haciendo.


    Ha trazado la Muestra alguna estrategia para incentivar en igual sentido el trabajo de los jóvenes guionistas?

    La muestra es un hecho anual, unos pocos días al año en los que no es posible hacer tanto. Quiere decir que la estrategia la tiene el ICAIC y en todo caso este evento es una de sus proas.  La Oficina de creación artística, que es donde se organiza la Muestra, el resto del año trabaja, apoya, colabora y es la mejor cómplice para incentivar ese trabajo necesario con los más jóvenes. Claro está que la Muestra tiene sus objetivos que apuntan a ubicarse delante de lo que está delante. No me imagino un evento que auspicie la participación juvenil y no asuma con autenticidad la contemporaneidad del cine y del audiovisual en toda su magnitud.  Un ejemplo es el espacio Haciendo Cine, inédito y renovador, pues en el deben converger los jóvenes con sus guiones, de una parte, y del otro los Centros que en Cuba producen o auspician el audiovisual. Unidos para levantar el mejor guión, pero sin paternalismos.

    Cómo ha “asimilado” la Muestra el trabajo de las escuelas de cine radicadas en nuestro país?

    Buena pregunta. La Muestra es como el cauce natural donde los filmes de los estudiantes y graduados se exhiben, con la esperanza de que los mejores puedan verse en la red de cines y en la televisión. Es importante que muchos de ellos, que en un futuro serán los grandes cineastas de Cuba, hayan pasado por este espacio, no importan si fueron premiados, o no. Por eso a partir de esta edición reparamos una necesidad con los estudiantes extranjeros de las dos escuelas de Cine, y es la posibilidad de abrir un espacio; La Mirada del Otro, para que el mejor, pueda aspirar al premio de que sea insertado a trabajar como Meritorio en un filme del ICAIC. Muchos de esos jóvenes se gradúan y demoran años en trabajar en la producción de un filme hecho en la
    industria.

    ¿Qué representa para La Muestra, la presencia, sin dudas significativa, de un número cada vez más creciente de filmes extranjeros que integran la Muestra Internacional? Es que esto desvirtúa en algún sentido la esencia del evento, o por el contrario, lo enriquece?
     
    Una ventana, una puerta que nos permite mirar hacia los lados, hacia el frente, y te ofrece un sinnúmero de preguntas. Los filmes que conforman la Muestra Internacional no están sujetos a los parabienes del mercado, no gozan de los beneficios de la distribución de las majors, nacen dentro de los nichos de resistencia de un tipo de cine que se niega a adormecer al espectador, que no complace peticiones ni está a la moda. Todo este cine se asemeja al que hacen, no solo los jóvenes realizadores, si no los cineastas cubanos. Por abrirnos a estas miradas no vamos a perder, si no que ganamos todos. Los que traen sus filmes, inclusive, pues la Muestra va a contribuir a reconocernos un poco más, sobre todo en la pantalla. 
     
    Cómo reacciona el público esencialmente joven que  participa en la Muestra, ante un espacio bastante amplio que le dedica el evento a la memoria fílmica del ICAIC y a la obra de consagrados realizadores del cine cubano?

    La Muestra tiene que ser el pretexto para que se encuentren en la pantalla, y fuera de ella, lo mejor de los cineastas que hacen el cine y el audiovisual en Cuba. Para suerte del Cine Cubano esta voluntad se ha consolidado, por lo que es parte del diseño esa mezcla intergeneracional. Los más nuevos conocen el pasado y sus autores. Los menos jóvenes conocen el presente y sus autores. Esas sintonías, o no, son maravillosas y generan una dinámica muy importante. Este intercambio es uno de los sellos de la Muestra, ello me ha llevado afirmar que la Muestra, más que Festival tiene que estar cada vez más cerca de un concepto de Taller. Este año Julio García Espinosa será el presidente del jurado, además de presentar, junto a José Masivo y Manuel Pérez,  una Muestra sobre la inspiración neorrealista en el naciente Cine Cubano. Tenerlo y escucharlo siempre será un privilegio, sobre todo para los más jóvenes.

    A qué atribuyes el hecho de que al cierre de la convocatoria este año, más de 300 obras se hayan inscrito para participar en las distintas secciones del evento, una cifra sin precedentes si la comparamos con las de ediciones anteriores?

    Hay que meditar en esa cifra, que incluye los filmes internacionales. Tal vez porque esta es la 7ma. y está asegurado cierto  prestigio, o se ha hecho más visible, no sé. Pero esa cifra es un hecho que hay que estudiar para cuidar, por lo que el diseño de la Muestras por venir no pueden acomodarse, al contrario, deben responder cada vez más a los tiempos y a las necesidades más contemporáneas del manejo audiovisual. Los curadores deben tener un fino olfato para seguir mostrándolo todo, abriendo los horizontes, pero favoreciendo lo que no se ve, lo que el predominio de las majors impide disfrutar por esa estandarización del gusto que han impuesto. La Muestra tiene el deber de respetar esa cifra de filmes inscriptos que mencionas porque es, y debe seguir siendo, un espacio diseñado para la liberación del espectador, que este encuentre en ella el placer de entretenerse a la vez que aprende. Se me ocurre que pudiera llamarse Muestra de Nuevos Realizadores Apoyados por Nuevos Espectadores Enriquecidos. ¡Lo nuevo contra lo nuevo!

    Sin dudas ha  crecido en más de un sentido, se pudiera decir que  llegado la Muestra de cine joven a  un momento de madurez? De ser así, cuáles serían las expectativas para próximos encuentros?

    ¡No, que no llegue la madurez! Es difícil mantenerse toda la vida con 28 años, pero ese es el reto de las Muestras si quieren zafarse del anquilosamiento. Pensar, romperse la cabeza y encontrar las líneas por donde moverse y abrir vías al pensamiento, las ideas y las reflexiones alrededor del Cine, es el desafío de los que le toquen diseñarlas. Esa sería la mejor contribución al Cine Cubano, más allá del medio siglo de su existencia. Por nutrirse de sangre joven y de sangre menos joven, ¿quién lo puede dudar?

     

     

     


    (Fuente: Boletín Señales)


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