“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Paz Fábrega y el encanto de lo cotidiano
    Por Natalia Rodríguez Mata

    La cineasta costarricense estrena este mes su segundo largometraje, Viaje, una historia de amor en blanco y negro. En entrevista nos cuenta el viaje personal que vivió al realizarlo.

    Paz Fábrega nos recibe en su café, su espacio, su lugar: Café Rojo, ese que se ha convertido en su refugio en los últimos años, un pequeño local en San José cerca de la Alianza Francesa, al lado de una librería (Libros Duluoz). Un bosque en medio de la selva de concreto.

    Ahí sale a flote la otra Paz, como ella misma lo cree, aunque en realidad es una de las muchas “paces” que en ella cohabitan: la que cocina, planea el menú, hace cuentas y atiende clientes que llegan a disfrutar de un buen rato.

    Nos sentamos en una de las mesas de afuera y empezamos a conversar. Los años no parecen pasar por ella, sigue siendo una chiquilla de hermosa sonrisa y ojos cautivadores. “Venir aquí es conectarme con las cosas más básicas y simples”, confiesa. “A veces con el cine hay que hacerse mucha autopromoción y eso se vuelve muy cansado”.

    A cinco años de su primera película Agua fría de mar, la directora Paz Fábrega vuelve a ser noticia en el pequeño mundo del cine criollo con Viaje, promocionada como la primera película de amor en Costa Rica. Filmada en blanco y negro durante 20 días hace ya tres años y con solamente dos actores, la película lleva al espectador por los momentos cotidianos de una pareja de jóvenes que se conocen, se enamoran, se desencuentran y… el final no se los contamos.

    A lo largo de los 72 minutos no pasa demasiado, pero lo que pasa es intenso. Como las historias de amor de las que se recuerdan todos los detalles: la primera mirada, la primera salida, el primer beso. Cada imagen habla. Paz lo explica así: “En esta película no hay tanta metáfora, sino que habla de cosas que pasan en la vida de la gente normal, no hay nada extraordinario, es más un interés en la vida cotidiana de la gente. Si llenás una película de cosas muy grandes se van demasiado a un segundo plano. Se necesita una historia simple y suave para que esas cosas se puedan ver”.

    Y es que si se pudiera hablar de un “sello” personal con dos películas a su haber, entonces ese sería el sello de Paz: su afición casi obsesiva por los detalles, por la cotidianidad, por retratar lo simple de las situaciones comunes, aunado a un viaje por el interior de los personajes. Así fue en Agua fría de mar, así es ahora Viaje.

    Pero en Viaje también hay amistad, complicidad y erotismo. Momentos de felicidad verdadera. Y otra vez hay hojas, agua y tierra, como antes en las playas del sur, pero ahora en el Parque Nacional Rincón de la Vieja.

    A pesar de esas similitudes, los procesos para hacer ambas películas fueron distintos, dice Paz. Agua fría de mar fue una coproducción complicada, cansada y que involucró muchos países. Siempre estaba de paso en lugares y eso se extendía por años. Entonces después de eso tenía muchas ganas de poder controlar algo en mi vida. Quería hacer una película que se pudiera hacer de una manera más acorde a la idea de la vida que me gustaría tener: filmar con amigos, hacer las cosas a una escala más pequeña, que no requiriera tanta plata”, cuenta la cineasta de 35 años.

    Entonces surgió Viaje, que antes que nada tuvo actores. “Primero encontré a Katia (González) y Fer (Fernando Bolaños), pero no sabía de qué iba a hacer la película. Ya después empezamos a conversar y ahí fueron saliendo ideas para escribir el guión”. En ese momento, tanto los actores como Paz estaban por cumplir 30 años, para muchos una edad de “corte”. “Sentíamos que muchas cosas se nos acababan y teníamos que hacer una película sobre eso en ese momento”, dice.

    ¿Cosas como cuáles? Paz responde: “Queríamos hablar sobre cosas que tal vez no valoramos mucho, como el divertirse, la libertad, el pasársela bien, las cosas efímeras, la conexión que uno llega a sentir con una persona. Esas cosas en la adolescencia son súper importantes, pasamos buscando esos momentos intensos, el estar muy presente en el momento. Pero conforme nos hacemos mayores vamos dándole menos importancia a esas cosas y se la damos a otras que pensamos que deben ser las importantes, las que deben venir”.

    Entonces Paz hace una pausa. Luego retoma para contar algo que pasó después de que filmó la película y el por qué de esos dos años sin terminarla: la muerte de su mejor amiga, hecho doloroso que la marcó. Por eso, decidió tomarse un tiempo y puso el café para intentar distraerse. “Lo único que podía en ese momento era hacer cosas simples, inmediatas… no tenía la claridad mental para hacer cosas que requerían un proceso”, confiesa.

    Dos años después, decidió retomar su Viaje. Volvió a ver el material pero ya con otros ojos. “La última conversación que tuve con ella (su amiga) fue sobre que ya teníamos que hacer otras cosas “importantes”, asentarnos… y cuando volví a ver la película unos años después de su muerte sentí que quizás esas cosas que creíamos que no eran tan importantes son en realidad lo único que nos llevamos... que todas esas cosas “serias” parten de que uno va a vivir mucho tiempo: procurarse ciertas condiciones de vida, tener una pareja estable, los hijos, un montón de cosas... Ella murió a los 33 años y todo eso que pensábamos iba a pasar no pasó. Al final la vida fueron esos momentos. Y aunque uno se muera a los 90 quizás esas son las cosas de las que se vaya a acordar: un fin de semana loco, una fiesta vacilona, qué sé yo…”, cuenta con sus verdes ojos puestos el horizonte.

    Entonces terminó la película y decidió mostrarla a algunas personas. Para su sorpresa, gustó mucho principalmente en quienes no eran parte del mundo del cine, lo que la hizo pensar que quizás podría ser una película “de público”. Llamó a su amigo cineasta y experto en este tipo de películas, Miguel Gómez (Italia 90, Maikol Yordan de viaje perdido, entre otras), quien le dio su voto de confianza y decidió sumarse al proyecto como productor asociado, para encargarse de la promoción y distribución de la película en el país. Los cineastas trabajando en conjunto.

    “Eso me pareció súper chiva, aquí nos pasa que cada quien está tan metido en su cosa que nos cuesta extender la mano para ayudar al otro y de verdad podríamos ahorrarnos mucho esfuerzo si nos ayudamos más. Yo podría hacer lo mismo con temas como festivales, agentes de venta, etc. Uno no puede ser un experto en todas las áreas”. Justo Viaje fue seleccionada ya en su primer festival: el Tribeca, en Nueva York. Ahí se verá en abril de este año, compitiendo en la categoría de mejor narrativa mundial.

    Y así termina la primera parte del Viaje de Paz Fábrega. La segunda empieza cuando se estrene en los cines del país y se enfrente con el público tico. Pero sin duda para ella el trayecto ya ha valido la pena.

    Viaje se ve desde el 12 de marzo en las salas de cine de Cinépolis Terramall, Plaza Lincoln, Mall San Pedro, Nova, Cariari, Cinemark del este y Liberia. Consulte la cartelera de cada cine para horarios y fechas.


    (Fuente: Redcultura.com)


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